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Catalunya Religió
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Roger Vilaclara –CR El Lloc de la Dona, el centro de día de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor que atiende a mujeres que viven en contextos de prostitución, busca voluntarios para este verano. La idea es promocionar una experiencia para acercar la realidad de la prostitución y que, al mismo tiempo, estas personas puedan ayudar en labores de dinamización y acompañamiento de la entidad. Conocer esta realidad "te cambia la mirada", asegura la directora del Lugar de la Mujer, Mar Galceran.

Durante el casal de verano, el centro de día ofrece la posibilidad de implicarse como voluntario en las actividades y propuestas dirigidas a las mujeres. "En verano organizamos actividades de tipo lúdico que durante el año no ofrecemos", explica Galceran. Los voluntarios acompañarán al grupo en estas actividades y conocerán "una realidad invisibilizada". "Las actividades las seguirá dinamizando un profesional, pero el voluntario tendrá contacto directo con las mujeres", dice la directora del Lloc de la Dona.

Además de esta opción, también existe la posibilidad de hacer el voluntariado con un "mayor nivel de implicación". Además del acompañamiento matinal de las actividades del casal de verano, los voluntarios que lo deseen convivirán con las mujeres en una pequeña comunidad junto con dos profesionales laicas del centro. "Esta opción permitirá compartir la vivencia desde el cristianismo", explica Mar Galceran. Con la comunidad, los voluntarios podrán conocer desde qué dimensión trabaja el Lloc de la Dona. Lo harán a través de los ratos de oración ya partir de su compromiso espiritual.

"EL ACERCAMIENTO DE LOS VOLUNTARIOS A LOS CONTEXTOS PROSTITUCIONALES AYUDA A LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL"

Con todo, Mar Galceran asegura que lo importante es que, con ambas posibilidades, los voluntarios se podrán implicar y podrán compartir "una experiencia de acercamiento a la realidad de las mujeres que ejercen la prostitución". "Este acercamiento cambia la mirada y ayuda a la construcción social", añade.

De cara a las mujeres, la participación de los voluntarios es un factor de normalización en sus vidas. "Que ellas puedan socializarse y relacionarse con personas de todas las edades, contextos y perfiles tiene mucho valor para ellas", dice Galceran. Son mujeres que suelen vivir en entornos muy cerrados, con pocas posibilidades de socialización y, a menudo, en situaciones de control. Por este motivo, salir de su entorno habitual les obliga a salir de su zona de confort.

Desde el Lloc de la Dona subrayan que la experiencia se destina a cualquier perfil de persona de entre 16 y 45 años. Eso sí, antes de iniciar el voluntariado, el centro de día ofrecerá una sesión formativa. En ésta se explicará el perfil de las mujeres atendidas, los contextos prostitucionales y se hablará del ejercicio de la prostitución y sus causas.

"QUEREMOS QUE LAS MUJERES PUEDAN SER LO QUE REALMENTE SON Y QUE SIENTAN SUS DERECHOS RECONOCIDOS"

El Lloc de la Dona es un centro de día que atiende a mujeres que viven en contextos de prostitución o de tráfico de personas. Desde el centro se les ofrecen recursos para atender sus necesidades básicas, soporte en los procesos de regularización, atención a la salud sexual y programas de inserción laboral para dar alternativas al ejercicio de la prostitución. Mar Galceran explica que se realizan formaciones en ámbitos como la costura o confección industrial, por ser auxiliares de almacén, sobre la atención a personas mayores y en competencias básicas transversales.

"La mayoría de mujeres atendidas por el Lloc de la Dona llegan por el boca-oreja”, explica Galceran. La entidad lleva más de 30 años interviniendo en el Raval y eso hace que el barrio ya conozca su acción. “También hacemos salidas dos golpes a la semana en pisos y clubs para darnos a conocer”, añade.

Para Galceran, el rasgo distintivo del centro de día de las Oblatas es la conciencia para intentar que todo lo que se haga sea positivo para "un proceso hacia una mayor autonomía". "Queremos que puedan ser lo que realmente son y que sientan sus derechos reconocidos", dice.

El centro ofrece un espacio de seguridad, de acogida y de calidez para que se sientan protegidas. El Lloc de la Dona es un espacio para sentirse a sí mismas, sin que nadie las estigmatice o las juzgue. Y lo hacen desde la perspectiva del Evangelio porque, dice Galcerán, es lo que Jesús hizo siempre: "Dignificar a las personas".

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