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Catalunya Religió

(Franciscanos) El Santuario del Remei de Vic se llenó este domingo hasta no poder dar cabida a los más de seiscientos fieles que asistieron a la eucaristía de despedida de la comunidad franciscana de Vic. Presidió el obispo de Vic, Romà Casanova, que en su homilía destacó el carácter de homenaje que aquella celebración tenía a todos los frailes franciscanos de Cataluña que durante 8 siglos han anunciado el Evangelio de palabra y obra por toda la zona de Vic. Dijo también que pedía a la Virgen del Remedio que surgieran nuevas vocaciones a fin, que en un tiempo no muy lejano, los frailes puedan retornar a Osona.

Los once grupos de la Comunidad Cristiana: Liturgia, Oración, Caritas, Catequesis, Visitadores de enfermos, Vida Ascendente, Coral, Grupo demusica instrumental, Renovación carismática, y el grupo de cristianos pentecostales, leyeron sus escritos y oraciones de despedida y de reconocimiento a la labor realizada durante tantos años por los franciscanos catalanes.

La Asociación de Vecinos del Remei y el Ayuntamiento de Vic hicieron la ofrenda de dos ramos de flores y dirigieron unas palabras de consuelo y agradecimiento a la comunidad.

Al terminar, el ministro provincial, fray José Gendrau, hizo la despedida diciendo que marchaban de Vic pero que dejaban el Santuario y la Virgen del Remedio, una casa bien puesta y sobre todo una comunidad viva de laicos. También pidió al obispo que los acompañe y ayude, como padre y pastor que es, a fin de que las puertas y ventanas de la comunidad cristiana queden siempre bien abiertas al soplo del Espíritu, como dijo el beato papa Juan XXIII, terciario franciscano, al abrir, hace 50, el Concilio Ecuménico Vaticano II.

El hermano guardian del convento, fray Alberto Salaric, hizo de diácono y leyó el documento donde la Provincia Franciscana de Cataluña otorgaba la Carta de Hermandad en la Comunidad Cristiana del Remei, lo que conlleva tenerla para siempre presente en las oraciones y sufragios en las fraternidad Franciscanas.

El rector del Parroquia, fray Lluís Rocaspana, que durante 30 años, en diferentes etapas, ha sido conventual del Remei, con especial atención a los más pobres y a las comunidades evangélicas y otros grupos de emigrantes, dio las gracias a todos

Con la bendición del obispo, el Canto del Himno a la Virgen del Remei y un refresco con coca y longaniza de Vic se cerró este acto histórico de la despedida de los hijos de San Francisco de Asís. Ya en vida del santo, los franciscanos estaban presentes en Vic y queda aún la tradición de la Ermita de Sant Francesc s'hi Moria, que mosén Cinto Verdaguer, terciario franciscano, cantó en un magnífico poema. Dijo adiós recordando aquel dicho: "Quien por fray quien por hermano, todo el mundo es franciscano". O sea, que San Francisco no tiene exclusivamente a sus hijos los franciscanos y a toda la gran familia Franciscana, sino que es el santo universal, así como San Antonio de Lisboa o de Portugal es el santo de todo el mundo.

La comunidad cristiana obsequió un cuadro con la fotografía de la Virgen del Remei con una dedicatoria a los frailes franciscanos.

Ver más en NacióDigital, XarxaNotícies, i 324.cat.

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