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Comentario a la segunda lectura del domingo 30 durante el año. A

Tesalónica era (y todavía es) un puerto marítimo importando a unas 185 millas (300 km) al norte de Atenas. Pablo, Silas y Timoteo la visitaron en el Segundo Viaje Misionero de Pablo. Él y Silas habían estado en Filipos, pero fueron encarcelados allá. Un terremoto los liberó. Después fueron a Tesalónica, donde durante tres sábados sucesivos asistieron a la sinagoga y presentaron y anunciaron a Jesús como el Mesías. Hicieron una serie de conversos, principalmente entre los griegos devotos (Hch 17:4), gentiles que simpatizaban con el judaísmo, pero que todavía no se habían convertido en prosélitos judíos de pleno derecho. Los líderes judíos, descontentos con estas conversiones, se quejaron a las autoridades denunciando que Pablo y Silas afirmaban que había un rey llamado Jesús (Hch 17:7). Como resultado del conflicto, Pablo y Silas marcharon a Berea (Hch 17:10). Silas y Timoteo se quedaron temporalmente, mientras que Pablo fue a Atenas (Hch 17:14). Pau pidió a Silas y Timoteo que se reunieran con él (Hch 17:15). Pablo después fue a Corinto, donde permaneció un tiempo considerable (Hch 18). Silas y Timoteo se reunieron con él Hch 18:5).

Pablo envió Timoteo a ayudar a la iglesia de Tesalónica (1 Ts 3:2). Timoteo llevó de vuelta un buen informe (3:6.), pero expresó la preocupación de la comunidad por su comprensión del estado de aquellos que se han dormido en Jesús" (1 Ts 4:14).

La manera de estar organizada socialmente la ciudad helenista de Tesalónica influía sin ningún tipo de duda en la existencia del grupo cristiano. Los creyentes tesalonicenses vivían bajo la presión de las costumbres y prácticas de la sociedad civil de la que formaban parte y en la vida de la cual habían plenamente participado cuando todavía veneraban a los ídolos.

No solo la influencia, sino que la comunidad de Tesalónica tuvo que soportar la hostilidad del entorno compartiendo así las tribulaciones del equipo misionero de Pablo (1,16). Las causas de la hostilidad hay que buscarlas en la fe mesiánica y el nuevo tipo de comportamiento religioso y social que esta fe comportaba.

Es lógico que el reino mesiánico que los predicadores misioneros proclamaban representara por las autoridades y habitantes de la ciudad un reto frontal y una subversión en toda regla contra el poder político imperial, su propaganda, su ideología y su culto. No es difícil imaginar que el abandono de las prácticas religiosas que configuraban el tejido de la vida de la ciudad tendría en la joven comunidad unas duras consecuencias de aislamiento y humillación. Por eso Pablo escribe esta carta para alentar la comunidad de Tesalónica y resolver las dudas que esta tenía sobre el destino de quienes habían muerto y el retorno de Jesús. Leemos un fragmento ( Té 1, 5c-10) en la segunda lectura de este domingo

Los últimos versículos de la lectura (9b-10) tienen un interés especial porque resumen en pocas palabras el contenido del anuncio (“kerigma”) de la predicación apostólica a los paganos. Pablo presenta la esencia de la fe cristiana: un monoteísmo, una cristología y una escatología. El monoteísmo queda evidenciado por el abandono de los ídolos y la conversión a un único Dios vivo y verdadero.

Lo que se expone sobre Jesús es muy breve, muy concentrado, pero no falta nada del anuncio fundamental sobre Jesús. Es Hijo de Dios y como tal Hijo es el revelador. Dios lo ha resucitado; la resurrección va ligada a su muerte. La mención del cielo es una referencia inequívoca a la entronización mesiánica de Jesús, a su exaltación.

La capacidad de liberación y salvación de Jesús queda afirmada cuando Pablo dice que hay que esperar que Jesús nos libere del castigo en el juicio que ha de venir. Los cristianos de Tesalónica esperaban con interés y con ansia la segunda venida de Jesús porque Pablo les había asegurado que Jesús los liberaría de la ira que vendría. No sufrirían el juicio - detalladamente descrito por la literatura apocalíptica – que experimentarían los malvados al fin de los tiempos. Pablo en su predicación ya había hablado de la segunda venida de Jesús y ahora en esta carta vuelve a hablar (5,1-6) porque el tema preocupa a los tesalonicenses. Pau los quiere confortar y serenar.

Domingo 30 durante el año. 29 de Octubre de 2023.

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