Yasmine Mohammed, en su libro La dona sense vel, publicado en catalán el año 2021, comparte su historia personal. Se trata de una mujer canadiense, educada en el fundamentalismo islámico. Leer sus páginas implica adentrarse en una biografía de dolor, maltrato y abuso. Estuvo casada con un alto miembro de Al-Qaeda a través de un matrimonio concertado. No obstante, su capacidad de lucha, de resiliencia, de amor a la libertad le permiten superar las heridas inenarrables que le infligen y que ella, con gran esfuerzo y constancia, consigue cicatrizar. Actualmente, es una activista a favor de los derechos humanos en las comunidades musulmanas.
La expresión latina «Corruptio Optimi Pessima» [la corrupción de lo mejor es lo peor], atribuida a san Jerónimo, apunta sobre la experiencia distorsionada de la religión. El valor de la fe viene a ser como un niño que se encuentra en una palangana de agua. Si está sucia, no se resuelve el problema echando por la borda el niño y el agua, sino sabiendo distinguir entre esencial y los aspectos corruptos. No hay religión que esté libre de poderse manipular y corromper. Hay que estar muy atentos para que no ocurra, porque sucede con frecuencia.
En su último capítulo del libro, que habla sobre la esperanza, escribe: «Espero que cuando las personas se encuentren delante de una niña que recibe palizas en casa, no se postren ante la etnia de sus padres. Espero que se den cuenta de que todas las niñas sufren, sean de la etnia que sean. Espero que entiendan que justificar una paliza por la etnia de sus padres la condenará a una vida de torturas físicas y psicológicas que se quedarán con ella hasta el día de su muerte, sea del color que sea. Espero que se decanten por proteger a la niña en lugar de una cultura o de una religión sin cara y sin nombre que no merece ningún tipo de protección». La cita es larga, pero denuncia una hipocresía social que excusa a menudo a determinados agresores, según sean o no de mi cuerda, según me provoquen miedo y así me lave las manos. Son las víctimas que requieren protección. No sus verdugos. En un mundo global, no deja de ser una tarea compleja.
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