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Catalunya Religió

(Direcció General d'Afers Religiosos) La Direcció General d'Afers Religiosos abre un nuevo espacio que dedicará a entrevistar a los responsables o representantes de las diferentes confesiones religiosas en nuestro país. Y comienza con Jorge Burdman, representante de los ámbitos de educación y diálogo de la comunidad israelita de Barcelona.

Estos días han celebrado el inicio del Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío en todo el mundo. ¿Nos puede explicar en qué consiste esta celebración?

Efectivamente, acabamos de celebrar el inicio del Año Nuevo judío, el Rosh Hashaná, que significa literalmente "cabeza" y "año". Es una de nuestras fiestas esenciales, que celebra la creación del ser humano y de la humanidad. Es una fiesta de autoinstrospección, de reflexión. El ser humano reflexiona sobre cuál ha sido su comportamiento este año y se plantea como debería ser el próximo año. La fiesta dura dos días, de oraciones en la sinagoga y también de celebración familiar, cada uno en su hogar. En definitiva, la esencia de la fiesta es reflexionar sobre la finalidad de nuestra creación, cuál es nuestra misión en la tierra y plantearnos el futuro. Tenemos en nuestras manos la responsabilidad de mejorar el mundo, por lo que debemos comprometernos con la justicia, la ecología y la creación de las condiciones para alcanzar la paz.

Y unos días después también se celebra el Yom Kippur. ¿Cuál es su sentido?

Sí, se celebra siempre diez días después de la fiesta de Fin de Año. Yom Kippur es el día del primer error humano y su contrición. Se trata de un día de ayuno, de introspección, el primer día en que el ser humano comete un error, un pecado. Así, nosotros tenemos que reflexionar sobre los errores que cometemos, para arrepentirnos y no cometer más.

¿Cuál es la situación de las diferentes comunidades judías en Barcelona y Cataluña? ¿Nos podría hacer una radiografía de estas comunidades?

En Cataluña existe una comunidad madre, la Comunidad Israelita de Barcelona, ​​con una sinagoga abierta todo el año. Una comunidad que tiene un miqvé, un espacio para el baño judío de purificación espiritual, mediante la inmersión total del cuerpo en el agua. También disponemos de un colegio de cultura judía, que es pluricultural y plurireligioso. Se enseña el hebreo pero los alumnos no tienen que ser necesariamente judíos: estudian alumnos de todas las religiones. Nuestra comunidad reúne unas mil familias, unas 4.000 personas.

Por otra parte, en Barcelona también hay otras comunidades judías más pequeñas, nacidas posteriormente: Atid, Jabad Lubavitch y Bet Shalom. Es difícil dar cifras, pero podríamos estimar que en total en Cataluña hoy vivimos unas 15.000 personas judías.

La presencia a lo largo de los siglos del judaísmo en Cataluña es muy importante, no es nueva.

Es así. De hecho, se puede hablar de una presencia histórica de la cultura judía desde los orígenes de Cataluña, desde los siglos VIII y IX, con una concentración destacada durante la época de Jaime I. Hay un conjunto de lugares donde realmente la presencia judía ha sido muy importante: Girona, Barcelona, ​​Tàrrega, Tortosa, Figueras, Besalú, donde se encontró un miqvé natural, por cierto. Conviene explicar que el call deriva de la palabra "caal", que significa 'comunidad'.

Una de las causas de esta fuerte presencia es que Cataluña tiene muchas semejanzas con Tierra Santa: el clima, las costumbres, el talante, un país mediterráneo, el idioma, la conciencia de sentirse parte de un pueblo. Hay muchos rasgos comunes, en especial el mar Mediterráneo. Todo esto provocó que en Cataluña surgieran los grandes sabios de la Cábala, el estudio profundo de la Torá.

¿Cuáles son los principales retos para el judaísmo en la sociedad catalana?

La comunidad judía, desde el advenimiento de la democracia, se siente libre en Cataluña. Cataluña es un modelo de convivencia interreligiosa: personas y expertos de otros países han venido aquí para conocer el modelo de convivencia. Aquí, cada ciudadano tiene libertad plena de ejercer su religión sin límites, respetando los derechos de los demás ciudadanos. Cataluña es un claro ejemplo de ello. La Generalitat, a través de la Dirección General de Asuntos Religiosos, durante estos últimos trece años nos ha ofrecido la posibilidad para que los judíos ejerzamos con libertad absoluta nuestra religión.

¿Los retos? El primero, dar a conocer mucho más el judaísmo. Para nosotros, la difusión es básica para contribuir a entendernos mejor. Durante los últimos años se han producido avances importantes, sobre todo en el ámbito educativo. Los colegios en Cataluña tienen modelos de convivencia, visitan centros de culto, las iglesias cristianas, las sinagogas, centros budistas, las mezquitas... Esto es muy positivo porque se está formando una generación joven con conocimiento de la diversidad religiosa. Y este conocimiento interreligioso evita los prejuicios y contribuye a construir una sociedad de paz. Ojalá con lo que está pasando ahora, la preocupante situación en Oriente Próximo, se pudiera extender el modelo de convivencia de Cataluña, basado en la paz y la cultura.

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