¿Qué decimos cuando decimos "clase obrera?

(Ramiro Pàmpols, GOAC) Una pregunta

En alguna reunión mensual los curas obreros de Barcelona nos hemos hecho una pregunta que consideramos de fondo. La pregunta puede formularse así:

¿Cómo describir hoy un análisis real acerca de la “clase obrera”? Es decir, quiénes son, en concreto, los que hoy día todavía llamamos “obreros” (o trabajadores): en concreto, cómo se expresan, qué piensan, qué esperan, cómo actúan, las mujeres y hombres que hasta ahora hemos identificado como pertenecientes a la “clase obrera”.

Todo ello en el supuesto de que estas personas, mujeres y hombres, viven su realidad obrera de forma más o menos consciente y que son capaces de expresarla y organizar acciones colectivas y públicas, apuntando a un nuevo proyecto social y superando, o al menos intentando superar, los corporativismos cerrados.

La respuesta

Por mi parte he aventurado una cierta respuesta que quiero compartir, proponiendo una especie de descripción sobre una posible respuesta, a partir del interrogante que me plantea el Movimiento y la realidad del Feminismo. (1)

Si hablamos de la relación entre Feminismo y clase obrera, o bien, entre Feminismo y opción de clase, creo que hay que recrear el lenguaje y el contenido de este planteamiento en el sentido siguiente: hoy día, toda explotación humana, toda injusticia estructural, toda identidad humana no reconocida, en primer lugar, el feminismo, pero también otros movimientos sociales, como determinado independentismo, el ecologismo, las migraciones forzadas, las víctimas de racismo, el colectivo LGTBY+, los jóvenes precarizados, las víctimas de la pobreza estructural y grupos determinados más o menos conscientes de pertenecer al llamado lumpenproletariado, como los “sintecho”, o las etnias no reconocidas y perseguidas, etc., deberían incluirse, en mi entender, en el marco más amplio de “clase social oprimida”, o mejor, “clases o grupos sociales oprimidos o explotados”, un concepto más complejo y amplio que el concebido hasta ahora por el marxismo tradicional que entendió la explotación económica como la forma primera, originaria, casi única, de opresión.

Por supuesto, este nuevo lenguaje supone un fuerte cambio de paradigma ideológico en el imaginario del obrero industrial, o posindustrial, y del sector servicios y de la tecnología virtual.

Se trataría de englobar las dimensiones múltiples que configuran esta nueva clase social que recupera las dimensiones propias de la clase obrera tradicional y a la vez, añade las que caracterizan las identidades oprimidas o explotadas de estos diferentes colectivos o grupos sociales.

Esta nueva conciencia de clase evitaría el riesgo de dispersión y por ello mismo el debilitamiento de una única clase obrera, eliminaría las luchas de clase en paralelo o de fuerte carácter corporativo, y en definitiva, la no integración de todas o la mayoría de las fuerzas sociales oprimidas, en un solo Movimiento mucho más amplio, aunque a la vez, plural en muchos aspectos.

Es una cuestión compleja para la que no he sabido encontrar hasta ahora una respuesta suficientemente abarcadora y elaborada, que tenga presente este desafío.

En clave cultural se trataría de dar una respuesta a Susan Sarandon cuando dice:

”Los demócratas están perdiendo la clase obrera”.

A modo de Síntesis

Se me ocurre como una síntesis muy elemental de esta nueva realidad de clase, la siguiente: Con el paso del tiempo se está dando un desplazamiento, no debilitamiento, de la centralidad del Trabajo y del valor de la Justicia, especialmente en su dimensión económica (distributiva), como elementos casi exclusivos y vertebradores de la clase obrera, hacia una mayor consideración de otros Derechos Humanos, más allá de los llamados de ”primera generación”, como son los derechos identitarios de diferentes colectivos sociales, los Derechos de la Naturaleza, y otros derechos políticos, como los referidos a la independencia de los pueblos. Por todos estos derechos y contra las injusticias, explotaciones y opresiones estructurales que se manifiestan en las sociedades actuales, se da hoy día una cierta convergencia de clase que podemos llamar “clases sociales oprimidas”.

Ramiro, 28 de abril del 2023

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(1) Un periodista y sociólogo, Daniel Bernabé, alerta sobre la debilidad que no sea exclusivamente la opción de clase obrera tradicional, el principal referente de todos los colectivos que luchan por una transformación social, en especial el Movimiento feminista.

Cfr. “La trampa de la diversidad. Cómo el liberalismo fragmentó la identidad de clase obrera”.