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Hoy quiero hablar, desde la justícia y la convicción, desde el respeto y desde el conocimiento personal, de la honestidad insobornable de un amigo que está siendo víctima de una campaña feroz, urdida en la mentira y en la calumnia, por el único delito de ser un hombre íntegro, con grandeza de espíritu, con gran capacidad intelectual, espiritual, política y humana. Me estoy refiriendo a José Bono Martínez, Presidente del Congreso de los Diputados y hombre de bien, a quien atacan vilmente aquellos que tapan sus vergüenzas con el insulto, la mentira y el engaño.
Es José Bono, seguramente el político español que más méritos tiene en su larga trayectoria, en la gestión y en el gobierno, y es posiblemente el único que, hoy por hoy, pueda conducirnos con paso firme para salir de la situación límite en la que nos encontramos. Y esto es bien sabido por los pretenden acceder al poder, y que a falta de méritos no ahorran artimañas de dudosa honestidad para derribarle ¡cueste lo que cueste!, pactando con la mentira, la mediocridad y los más bajos instintos egoístas. Quienes así obran, se descalifican a sí mismos, y desde luego no están preparados ni son idóneos para conducir el País, porque de hecho, no saben conducir la propia vida y demuestran ser personas con una carencia absoluta de valores, de honestidad y de dignidad.
Cuánta razón tenía Carlos Carnicero cuando decía que “los españoles arrastramos el deseo desaforado de destruir a quien progresa”, y yo añadiría, que José Bono se ha convertido en un gigante y un referente para los hombre y mujeres de bien, y por eso mismo, hay quiene temen su autoridad moral, y a falta de pruebas, sacan a pasear la artillería absurda de la falsedad y la sospecha, refugiándose en un discurso carente de fundamentos, de ética y de verdad. Siembran la duda, y de paso llaman la atención para autopromocionarse.
El fiscal ha hablado, y ha sido claro, pero los emisarios del mal, se obstinan en sus retorcidos argumentos, y persisten en la descalificación. Creo que lo hacen, entre otras cosas, porque en este País calumniar sale gratis y porque la impunidad de los desestabilizadores y mentirosos alcanza cotas inimaginables en un Estado que presume de ser democrático, pero que con hechos como este se desdice de forma esencial.
La campaña de Intereconomía y del partido Popular con Dolores Cospedal a la cabeza y con el consentimiento de Rajoy en la sombra, se debe, sin duda, a que ven en José Bono a un político capaz y con muchas posibilidades para liderar un proyecto de País, y esto hace peligrar sus aspiraciones al poder. A estos señores habría que recordarles que “en política, ¡no todo es válido!”
Espero que los acusadores imiten el gesto de transparencia ejercido por el Presidente del Congreso de los diputafos, y que muestren sus cuentas y su patrimonio…. Sólo entonces estaremos hablando en igualdad de condiciones….¡Pero nadie da el primer paso!, y eso es un auténtico escándalo. Tal vez no lo dan, porque no son agua clara y transparente.
Decía Jacinto Benavente que “el lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo; la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo”, y sin duda José Bono está siendo víctima de un escarnio en el que lo despellejan sin contemplaciones… Y repito, ¡no pasa nada!... la impunidad de los calumniadores es absoluta.
Yo renuevo mi confianza y amistad en José Bono, y mientras lo hago, recuerdo un proverbio árabe que solía escuchar a mi abuela libanesa, y que decía que “sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos”.
José Bono los tiene en abundancia, y por eso se ha ganado el respeto, la amistad y el cariño de la inmensa mayoría de los españoles; y por eso los envidiosos y los mediocres se empeñan en afinar su puntería para eliminarlo, pero estoy segura que ¡no lo conseguirán!
Pepe, un abrazo, mis oraciones y mi amistad incondicional.

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