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Aquest és un dels articles del darrer número que edita la revista de la Fundació Rafael Campalans, en la que el politòleg Antoni Gutiérrez-Rubí reivindica el rol espitirual a la política, no necessàriemant religiós, ja que "La praxis política sublima la acción como el paradigma definitivo de la política e ignora y desprecia, por ejemplo, la meditación y el cuidado del espíritu como estructura medular del carácter de nuestros representantes. El absolutismo de la gestión se ha convertido en el indicador de referencia. Les valoramos por lo que hacen, no por lo que son, ni por lo que sienten en su interior".

Per l'autor, a més "La política progresista sigue prisionera de bastantes tópicos y prejuicios hacia la espiritualidad (en su amplia pluralidad) ya que considera que el desarrollo de la vida interior de las personas es una dimensión refractaria a la ideología o al pensamiento político. Craso error. Aceptada, a regañadientes, la inteligencia emocional como un concepto imprescindible para una renovada política más sensible y próxima, se debe iniciar un debate a fondo sobre la inteligencia espiritual, como una disciplina (un comportamiento, una actitud vital) que da profundidad y sentido a la vida, mejorando la capacidad autónoma de las personas, favoreciendo su distancia crítica respecto a la realidad y ayudándolas a convertir sus vidas en proyectos personales con mayor fundamento y equilibrio."

http://www.gutierrez-rubi.es/2010/07/20/el-espiritu-de-la-politica/

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