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Catalunya Religió

(Fundación Pere Tarrés) Cada 20 de noviembre se celebra el Día Universal de los Derechos del Niño, una fecha que conmemora el día que, en 1989, las Naciones Unidas aprobaron la Convención sobre los Derechos de los Niños, un documento que recoge todos aquellos derechos inexcusables de los que todos los niños y niñas deberían poder disfrutar. Cada año, la Fundación Pere Tarrés aprovecha esta fecha para denunciar que los derechos de los niños son sistemáticamente vulnerados en nuestra sociedad: miles de niños en todo el mundo y también en nuestro país todavía no pueden disfrutar de derechos tan básicos como la libertad de expresión, la igualdad de oportunidades, la educación, la paz o el derecho a la vivienda.

La pandemia, además, ha provocado un colapso del sistema de los servicios sociales y ha agravado la situación de las familias que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad: pérdida o precarización de los trabajos, descenso de los recursos económicos para cubrir las necesidades diarias de higiene y alimentación, falta de recursos materiales, informáticos o de conectividad, problemas de convivencia familiar... Y quienes han salido más perjudicados de estas situaciones a menudo dramáticas son los niños.

Los derechos y necesidades de los niños también fueron vulnerados durante la gestión pública de la pandemia, pues los niños y las niñas fueron, al principio, el principal foco de las restricciones: las escuelas fueron lo primero que cerró, fueron los últimos en poder salir a la calle y jugar, y los parques se llegaron a cerrar antes que los bares y las cafeterías.

Por ello, la Fundación Pere Tarrés ha querido ir más allá y ha decidido destinar su calendario escolar anual, que cada año dedica a una causa social diferente, a sensibilizar sobre la situación de la infancia y la necesidad de poner manos a la obra para garantizar unos mínimos para todos los niños y las niñas. Cada mes, de septiembre a agosto, la entidad difundirá uno de estos derechos con acciones de sensibilización en las redes sociales. Se han seleccionado doce de estos derechos en función de su representatividad y de la vinculación directa con el mundo de la educación y el ocio: educación, alimentación saludable, libre y juego, igualdad de oportunidades, paz, participación, derecho a ser uno/a mismo/a, salud, vivienda, derecho a vivir en un entorno saludable, libertad de expresión e intimidad.

Un calendario con voluntad pedagógica y de sensibilización

Más allá de ser un instrumento de planificación del curso escolar, el calendario tiene una voluntad pedagógica. Cada mes se harán propuestas educativas para trabajar esta cuestión en escuelas, centros socioeducativos, centros de esparcimiento y también en el ámbito familiar, con actividades concretas vinculadas a cada uno de los derechos ideados por un equipo de docentes, formadores y pedagogos de la Fundación Pere Tarrés. Los materiales están diseñados para ser útiles para la actividad educativa de equipos docentes, educadores, monitores y monitoras de centros de esparcimientos y familias.

La propuesta pedagógica de septiembre, por ejemplo, se centra en el derecho a la educación coincidiendo con el inicio del curso escolar. Propone dos actividades diferentes en función de la edad de los niños, "Las frases de Malala" (dirigida a niños y niñas de 5 a 13 años y que comparte la historia de Malala Yousafzai, activista paquistaní por la promoción de la educación de las niñas en su país y Premio Nobel de la Paz que, con sólo 15 años, fue víctima de un atentado por parte de un grupo talibán que casi le cuesta la vida) y "Los caminos en la escuela" (para niños a partir de 14 años, centrada en el visionado y posterior debate de este documental que narra la historia real de cuatro niños que viven en cuatro puntos muy distantes del planeta y que se deben enfrentar diariamente a una multitud de adversidades y peligros para llegar a salvo a la escuela).

Paquetes educativos y decálogo de propuestas para la infancia

La Fundación Pere Tarrés ha denunciado repetidamente un retroceso en el respeto y reconocimiento de los derechos de los niños y niñas, especialmente de los niños en situación de vulnerabilidad. Para paliar esta grave situación, especialmente a raíz de la crisis social y sanitaria del último año y medio, la entidad ha puesto en marcha programas de apoyo como la campaña solidaria "Ningún niño sin colonias", que este verano ha becado 5.200 niños de familias con pocos recursos para que puedan participar de actividades de ocio educativo, o el proyecto "CoronaKits", unos paquetes de material escolar para ayudar a mantener la actividad educativa de niños de familias en riesgo social que se deban confinar en casa en caso de que detecten un caso positivo en su grupo burbuja.

Durante el 2020, con el fin de compensar la brecha digital y garantizar que las familias en situación vulnerable disfruten de ordenadores y conexión a Internet para mantener una educación y un desarrollo saludable de los niños y adolescentes, la Fundación Pere Tarrés también movilizó a decenas de donantes para conseguir 800 equipos informáticos y 450 tarjetas de conectividad.

Finalmente, a principios de este año la Fundación Pere Tarrés hizo llegar al Gobierno y a los partidos políticos representados en el Parlamento de Cataluña un decálogo de propuestas para poner la infancia en primer plano de las prioridades políticas, fortalecer el sector social, que ha sido el encargado de parar el golpe ante la crisis social generada por la pandemia, y empezar a solucionar la grave vulneración de derechos que aún hoy en día sufren miles de niños y niñas en nuestro país.

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