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Catalunya Religió
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(Víctor Rodríguez –CR/Constantí) Los pueblos cercanos a grandes capitales, a pesar de disponer de una actividad cultural y patrimonial considerable, a menudo quedan eclipsados ​​por la proyección de las grandes ciudades que tienen muy cerca. Posiblemente sea el caso de Constantí. Con poco más de 6.000 habitantes y a tan sólo 8 kilómetros de Tarragona, lucha desde hace años por proyectarse culturalmente con toda su fuerza. Esta semana lo ha logrado.

Y es que este sábado sus calles hervían de gente. Una población que atesora la villa romana de Centcelles, una gran iglesia con decoración jujoliana, un casino modernista y conocida también por ser el pueblo descrito en la canción 'Bon dia' de Els Pets. El ambiente que se respiraba era el de una auténtica fiesta mayor totalmente prepandémica. ¿El motivo? Celebrar el regreso de la reliquia del brazo de Santa Tecla, 701 años después de que ésta saliera en comitiva desde el castillo de Constantí –hoy desaparecido– hacia Tarragona para quedarse definitivamente.

Como en tantas otras fiestas y conmemoraciones que debían hacerse en 2020 o 2021, la pandemia hizo que esta celebración tan esperada se pospusiera hasta que la situación sanitaria lo permitiera. Probablemente, este retraso ha hecho la fiesta del sábado aún más solemne, más sentida y, sobre todo, más esperada.

Gente en las calles y plazas, las autoridades mudadas y los balcones adornados ​​con la imagen de Santa Tecla esperaban el regreso de las reliquias de esta mártir. Pero el brazo de Santa Tecla no llega solo a la villa, sino acompañado por buena parte del séquito festivo tarraconense que en una ocasión tan especial se ha desplazado hasta Constantí, donde se ha sumado su gente y también el séquito local.

Una nueva reliquia para el pueblo

Durante la misa, que ha llenado la plaza de la iglesia y buena parte de las escaleras que hacían de gradería, el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha hecho un repaso histórico de la llegada de la reliquia hasta nuestro país hace 700 años, remarcando la importancia de "no descuidar la fe recibida con el ejemplo de Santa Tecla", algo que emparentaba también con el "saber ver en aquella gente lejana nuestra fe".

Llegado el momento de presentación de las ofrendas por parte de los niños que se preparan para la primera comunión, el párroco de Constantí, Antoni Pérez de Mendiguren, ha comunicado una sorpresa a los asistentes: "El capítulo de la Catedral de Tarragona ha querido hacer donación de un trozo de la reliquia de Santa Tecla en la parroquia de Constantí". Una noticia que ha sido recibida con un aplauso entusiasta por parte de los feligreses, que han podido contemplar el nuevo relicario que podrá venerarse en la parroquia.

La procesión más esperada

La salida fuera de la ciudad del cortejo tarraconense ha sido uno de los platos fuertes que reforzaban la llegada de la reliquia. Es la segunda vez en la historia que el cortejo sale de la ciudad, después de que en 1998 hiciera una visita excepcional a Elche. Por eso, los constantinenses se han volcado en la calle para ver la plantación del cortejo, la ida a oficio y la procesión que ha contado con los gigantes, los enanos, el águila, el león, el baile de turcos y caballetes, entre otros elementos, por las calles del casco antiguo de Constantí.

Tras la eucaristía, que acabó con los Gozos de Santa Tecla, la procesión más esperada ha sumado también a los representantes de los gremios que 700 años atrás también estuvieron presentes en el traslado, como el Gremi de pagesos y el Gremi de Marejants, todos con su estandarte. Les acompañaban las autoridades políticas y religiosas, con el arzobispo a la cabeza, acompañado en todo momento por el párroco de Constantí, que es decano también del capítulo de la Catedral de Tarragona, de la directora general de Asuntos Religiosos, Yvonne Griley, del alcalde de Constantí, Óscar Sánchez, y del secretario general del PSC, Salvador Illa, entre otros.

La procesión ha rodeado el casco antiguo hasta bien entrada la tarde, recordando festivamente que un 17 de mayo de 1321 la reliquia salía del castillo episcopal de Constantí, donde era custodiada, para ser trasladada hacia Tarragona por miles de personas. Mientras se iba oscureciendo, Constantí se ha llenado de fuego, de luz para acompañar a la reliquia de Santa Tecla, que ha sido llevada de manera compartida por las diferentes autoridades.

Una celebración local que ha durado días

La conmemoración de los 700 años del traslado ha tenido su punto álgido el sábado, pero comenzó el domingo 8 de mayo, con una caminata entre Constantí y Tarragona con más de 200 participantes. El aniversario también ha sido ocasión para la presentación de un cuento infantil titulado El traslado del brazo de Santa Tecla que se realizó el jueves, mientras que el viernes tuvo lugar una representación teatral y una conferencia que sirvieron para preparar el gran recibimiento del sábado.

El templo, cerrado al culto desde 2016

La misa del sábado se ha hecho en el exterior de la iglesia porque hace seis años aparecieron unas grietas en la fachada que aconsejaron cerrar el espacio al culto. Dos años después, en 2018, se derrumbaría una parte del tejado. Desde entonces, no se celebra culto en su interior.

Cabe destacar que la decoración del templo, que tiene unas grandes dimensiones, tiene la huella del arquitecto Josep Maria Jujol, que diseñó sus bancos, un fregadero bautismal, unas rejas forjadas o el cordero, de gran valor patrimonial y que preside la entrada en el baptisterio.

En los últimos años, el templo ha estado sometido a diferentes obras de rehabilitación y mejora, y se espera que en un futuro próximo pueda reabrirse de nuevo al culto, una vez estabilizada su estructura y a la espera de obras menores. Por este motivo, la colecta del sábado se ha destinado íntegramente a las obras de rehabilitación.

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