¿Quién paga la fiesta del periodismo?

Miquel Codolar –CR La sala Miquel Diumé del Colegio de Periodistas de Girona se llenó este martes en una mesa redonda centrada en la verdad y el periodismo para conmemorar los 400 años de la muerte de san Francisco de Sales. Esta frase es rigurosa, pero según lo que dijo la periodista del Diari de Girona, Laura Fanals, no sería honesta, habría que añadir cuál es la capacidad de la sala, donde caben 25 personas.

Lo que distingue al periodismo de la publicidad es la búsqueda de la verdad, destacó Fanals, quien dijo cómo se ha pasado de buscarla a través de la objetividad o la neutralidad, a hacerlo a través del rigor y la honestidad. “Los cínicos no sirven para ese oficio”, tituló uno de sus libros el periodista polaco Ryszard Kapuśiński.

La mesa redonda fue moderada por el presidente del Colegio de Periodistas de Girona, Jordi Grau, que una de las primeras cosas que hizo fue criticar el título oficial de la mesa redonda 'Comunicación y verdad', recordando cómo el término comunicación va asociado al de publicidad, apoyando el comentario que en el mismo sentido había hecho Fanals.

El nombre de la jornada generó más comentarios. La periodista y teóloga Gemma Morató lo consideró un atrevimiento. "Me sorprendió que alguien se atreviera a hablar de la verdad, ahora que la posverdad nos ha llevado a lo que yo siento, lo que a mí me parece, y de ahí no pasamos". Recordó que la verdad sale en el Catecismo de la Iglesia católica. ”Vamos fuertes, y lo que estamos haciendo es un poco a contracorriente”, añadió.

También participó Josep Casellas, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Girona (ISCRG), que vinculó la temática con el personaje. Explicó que Francisco de Sales, patrón de los periodistas, defendió su fe "con firmeza y claridad pero con un estilo de dulzura, benevolencia y humildad".

"La verdad está amenazada"

“Las palabras de Francisco de Sales podían haber sido entendidas como beligerantes, pero leídas siglos después son como un bálsamo, hacen bien”, destacó Míriam Díez, directora del Observatorio Blanquerna. Explicó que Francisco de Sales había mostrado la verdad "sin hacer daño" y "explicando quién era desde su identidad".

Fanals dijo que ahora “la verdad está amenazada” y explicó que las noticias falsas pueden salir tanto de periodistas que no hacen bien su trabajo o que no pueden hacerlo por falta de tiempo o capacidad, como de forma deliberada por políticos o lobbies, o de estrategias para conseguir clics fáciles. Ante esta situación, ella lo tiene claro: "Es necesaria una respuesta de la ciudadanía, que sea consciente de lo que consume y lo que esto implica".

La gerundense Míriam Díez explicó que le preocupan algunas respuestas de los universitarios cuando se les pregunta cómo se informan. “La idea de no contrastar va muy ligada a la credibilidad que damos a las fuentes y a la confianza: si os conozco creo, pero, si no, lo pondré en duda”. Su recomendación en este sentido es clara: "Les digo que deben ser escépticos pero no cínicos", en el sentido de tener espíritu crítico.

Morató criticó la falta de referentes de los jóvenes y que no lean lo suficiente, lo que dijo que “les impide tener perspectiva”. Farolas fue más allá. “Los universitarios no se informan porque no les interesa, pero ¿la información debe ser siempre interesante? Está muy bien comer un croissant de chocolate, pero también debes hacer un esfuerzo por la verdura y el pescado”.

Para Casellas, que haya jóvenes que no tengan interés en saber qué ocurre nos debe llevar a pensar que tenemos el futuro “un poco negro”. La verdad no siempre es divertida, pero el objetivo del periodismo no ha cambiado, explicó Díez: "Debemos construir ciudadanos con espíritu crítico".

Pero "la calidad tiene un coste", reaccionó Fanals. "Y para que alguien pueda investigar una determinada información debe haber alguien que lo pague". En este sentido, apuntó cómo las redacciones se están vaciando por varios motivos y así sale perdiendo el intercambio y el periodismo. Concluyó que “si es gratis es porque hay alguien detrás que lo paga, debemos preguntarnos siempre quién paga la fiesta”.

Precisamente insistir en esto fue una de las preguntas del público. Todos los medios dicen que van mal, que tienen problemas económicos, pero no cierran. Los grandes grupos tienen detrás multimillonarios, bancos o grandes empresas, respondieron. “Estamos en un cruce donde habrá que luchar por demostrar lo obvio”, concluyó Grau.