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Catalunya Religió

(Xavier Memba –CR) El Consejo Evangélico de Cataluña (CEC) declaró el 2021 como año de oración y ayuno para la gente joven. Bajo este lema, el CEC convocó un concurso de vídeos, de no más de un minuto de duración, sobre la temática en cuestión. Hablamos con Maria Kulbakou y Rodrigo Carral, dos jóvenes de la iglesia Centro Familiar Cristiano (CFC), una iglesia protestante en el barrio de los Merinals de Sabadell. Nos acompaña también Jonatán Tobal que, junto a su esposa, Vanesa Villaseñor, son los responsables y encargados de coordinar las actividades de los 40 jóvenes, de entre 13 y 25 años, que hay en la iglesia. Este grupo de jóvenes se divide a la vez en dos subgrupos: adolescentes (13-20 años) y jóvenes adultos o universitarios (21-25), aunque en este segundo grupo también existe algún matrimonio joven o algunos que llegan a los treinta años.

Los jóvenes de CFC se reúnen dos sábados al mes, así como de forma individual o en pequeños grupos entre semana. La principal actividad de los sábados es un tiempo de oración, alabanza y estudio bíblico. Una vez al año, los jóvenes organizan un culto del domingo para toda la iglesia, pero las del sábado son reuniones de jóvenes para los jóvenes. Por otra parte, muchos de los jóvenes sirven en diferentes áreas de la iglesia, como por ejemplo el equipo de audiovisuales, como integrantes del grupo de música, como profesores o ayudantes de profesores en las clases de los más pequeños.

Maria y Rodrigo forman parte del equipo que grabó uno de los vídeos que ganó el concurso convocado por el CEC. Aparte de Rodrigo y Maria, el equipo lo formaban Paula Conesa, Alison Cegarra, David Uroz, Christopher Grajeda, Carlos Carral y Ruth Montesinos.

Cuando los responsables les hicieron llegar la invitación para participar en el concurso, apenas tenían margen de tiempo, recuerda Rodrigo. Entre los jóvenes se organizaron y llevaron a cabo el proceso por fases, con un equipo creativo que escribió el guión, un equipo de producción que ejecutó la grabación, con los figurantes que aparecerían en el vídeo, quienes grabarían las voces en off y el equipo final de edición y montaje.

"Durante todo el proceso de elaboración, nuestra idea no era tanto ganar, sino poder llevar el evangelio lo más lejos posible", recuerda Rodrigo. "Nos animaba la idea de que nuestro vídeo pudiera salir en la tele y lo pudiera ver gente en todas partes", añade con entusiasmo. Y, aunque el premio les hacía ilusión, reconoce que "nuestra primera motivación era transmitir el evangelio".

"Rogaremos y ayunaremos por el cambio que queremos ver"

Un aspecto interesante del vídeo es que al final se repite la siguiente frase en catalán, castellano, inglés y ruso: "Rogaremos y ayunaremos por el cambio que queremos ver". Así salió el final multilingüe del vídeo. Se trata de todo un simbolismo, una forma de ilustrar la realidad multiétnica de esta comunidad cristiana de Sabadell. Una parte importante de la congregación está formada por familias venidas del este de Europa. Hace pensar en aquella imagen bíblica de Pentecostés, donde se produce el milagro de las lenguas que permitió que los discípulos de Jesús comunicaran por primera vez el mensaje del evangelio a toda una multitud de gente venida de todos los lugares del imperio romano. Al contrario de Babel, donde el lenguaje fue causa de división, Pentecostés fue el inicio de una nueva comunidad (la iglesia) formada de gente de todas las etnias, lenguas y pueblos.

Les preguntamos cómo la creación del vídeo ha impactado en el grupo de jóvenes y les ha hecho tomar más conciencia sobre la oración. Los dos representantes coinciden en que la oración ya tenía un lugar esencial en sus vidas y que ocupaba un lugar importante en su dinámica como grupo. A menudo rezan unos por otros por motivos personales, por estudio, por trabajo. También se reúnen para hacer oración y alabar a Dios con canciones y plegarias. Para ellos, la oración es una manera de vivir.

De todo ello el responsable de los jóvenes da fe y, de hecho, aclara que a la hora de seleccionar a los participantes para la realización del vídeo, quiso asegurarse que si debían hablar sobre la oración, los que lo hicieran fueran personas de oración.

Hacer el vídeo, explica Rodrigo, les ayudó a valorar su capacidad de coordinarse y trabajar juntos. Que si hay un propósito común y la motivación es correcta, pueden llevar a cabo cualquier tarea —a pesar de tener formas diferentes de hacer las cosas— como hacer un vídeo con un mensaje del evangelio que pueda llegar a gente que todavía no conoce a Dios. De hecho, puntualiza Rodrigo, "si volviéramos a hacer de nuevo el vídeo, sería interesante tratar de hacerlo de modo que tuviéramos más en cuenta a la gente que no conoce a Dios", ya que el enfoque y el propósito del concurso iba especialmente dirigido al pueblo cristiano.

"Grabamos este vídeo con la intención de enseñar a jóvenes de otras iglesias que hay jóvenes que también rogamos y hacemos ayuno presentando ante Dios las instituciones y autoridades de nuestra ciudad", explica Maria. "Pero también me gustaría ayudar a quienes no creen a entender qué es la oración y qué es lo que los cristianos hacemos y pretendemos a través de ella", añade.

El uso del catalán en la Iglesia

Una de las tareas del CEC es fomentar el uso, producción y distribución de material escrito y audiovisual en catalán. Este concurso forma parte de esta labor y así también lo entienden los jóvenes de CFC. Maria, que es de origen ruso, piensa que el hecho de hablar y fomentar el catalán desde la iglesia es importante y es una muestra de aprecio por la gente y la cultura catalana. Rodrigo, que dice que se expresa mejor en castellano, es de la misma opinión y considera importante que la Iglesia haga el esfuerzo de dirigirse a la gente en la lengua de su corazón "y si tu lengua en el hogar es el catalán", opina, "seguramente preferirás escuchar al sermón en catalán, leer la Biblia en catalán, cantar alabanzas a Dios en catalán y rezar en catalán".

Aparte de la lengua, también existen otras cuestiones culturales que requieren un esfuerzo por parte de la iglesia y en este ámbito los jóvenes también se encuentran a la vanguardia. Se trata de la capacidad de tener una mente abierta, de pensar en términos y categorías que van más allá de lo que gusta o se está acostumbrado a hacer o sentir desde la iglesia y ponerse en el lugar de quien lo mira de fuera.

El ejercicio de realizar este vídeo y las reflexiones a partir del resultado y la experiencia derivados, son una buena base sobre la que ahora pueden ir trabajando los jóvenes de CFC. Porque su interés, como señala el responsable del grupo, Joni, es "huir del formato 'eclesial' en el que a menudo transmitimos nuestro mensaje y llegar a hacerlo con excelencia y relevancia, en términos comprensibles para la sociedad en general, sin que esto" —matiza el líder de los jóvenes— "quiera decir, de ninguna manera, renunciar a la esencia del evangelio que creemos".

Ambos, Maria y Rodrigo, son de la opinión de que la oración siempre debe ir ligada a la acción. Que una afecta a la otra y que normalmente primero viene la oración seguida de la acción que afianza, avala y, sobre todo, no contradice esta oración, como apunta Maria. También es verdad que a veces el orden en que se da esta interacción puede alterarse; es decir, que hay momentos en los que determinadas acciones pueden llevarnos a la oración, por ejemplo, "reunirse, relacionarse y establecer relaciones con un grupo de jóvenes te puede llevar a quererlos, y esta relación te lleva a orar por ellos", ilustra Rodrigo.

Ganar el concurso ha sido motivo de júbilo y celebración, más teniendo en cuenta que la realización del vídeo fue en tiempo récord. La iglesia lleva tiempo trabajando en la producción de material audiovisual y utiliza las redes sociales como medio de difusión, especialmente, durante el tiempo de pandemia.

Sin embargo, los jóvenes de CFC no quieren renunciar al "cuerpo a cuerpo" de compartir el evangelio y realizar actividades de testimonio y presencia en los parques, calles y espacios públicos de la ciudad. Ahora bien, estos jóvenes tienen muy claro que las redes sociales han llegado para quedarse y que son y serán una herramienta imprescindible para su labor como cristianos que desean transmitir el mensaje del evangelio a la sociedad del siglo XXI.

Sobre la mesa está ahora mismo la idea de desarrollar un proyecto de Podcast sobre alabanza y otro más específico sobre temas que interesan especialmente a los jóvenes.

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