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Catalunya Religió

(Glòria Barrete –CR) Liderazgo. Aptitud de una persona o grupo para dirigir otras personas o grupos y ejercer influencia. Esta es la definición de un concepto que, si bien en ámbitos sociales como el político o el empresarial están muy en auge y se trabajan, en el ámbito eclesial parece que todavía se mira con recelo. ¿No es necesario el liderazgo en la Iglesia? ¿Ser líder es contrario a escuchar, delegar o promover a otras personas? Una investigación del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura ha analizado las iniciativas de liderazgo en la Iglesia católica en España y Portugal.

Promovido por la organización Porticus, y realizado conjuntamente entre el Observatorio Blanquerna y el Centro de Investigación en Comunicación y Cultura de la Universidad Católica Portuguesa, el proyecto se materializa en un mapa de iniciativas de liderazgo construido a partir de encuestas, foco groups, entrevistas y documentación. El objetivo del proyecto, "detectar si se están llevando a cabo iniciativas de liderazgo que fomenten la sinodalidad".

Desproporción entre formación y gestión

En el Estado Español las diócesis encuestadas reconocen, afirma Míriam Díez, directora del Observatorio y quien ha liderado el proyecto, que tienen iniciativas de liderazgo, pero que éstas son "mayoritariamente en formato offline, presenciales". Sobre todo destacan iniciativas de cursos y formaciones, siendo sólo un 13% las que hablan de iniciativas de acompañamiento, donde se habla poco de gestión y management o couching, y un17% las diócesis cuentan con iniciativas de comunicación en liderazgo. "Hay una desproporción porque en liderazgo todavía se sigue ofreciendo sólo formación", explica Díez.

Sólo el 6% reconoce que implementa modelos de liderazgo, dato que contrasta cuando se pregunta sobre qué modelo de liderazgo querrían en su diócesis. La mayoría apuesta por un perfil de líder democrático y coach, y nadie apuesta por un líder autoritario. También han detectado desde el Observatorio una carencia de conocimiento sobre el concepto de liderazgo de servicio. Y como desafíos para la implementación del liderazgo en la Iglesia se destacan "la falta de tiempo y la falta de coordinación". Sigue llamando la atención, explica Díez, que todavía "un 6% de las diócesis encuestadas no cuentan con el laicado por el liderazgo".

En el caso de Portugal, los resultados son diferentes. En Portugal sí que existen iniciativas de liderazgo y la coincidencia entre lo que ya existe y lo que se desea "es mucho más elevada". En Portugal cuentan ya con iniciativas y estructuras propias de coaching. En cuanto a los desafíos para la implementación de liderazgo en Portugal destacan "la falta de inversión y la falta de recursos humanos, así como la descoordinación y una exclusión aún mayor del laicado".

El estudio realizado también ejemplifica buenas prácticas que triunfan en liderazgo eclesial en ambos países. Díez ha enumerado, por ejemplo, el proyecto AUTEM, en la diócesis de Solsona, el programa Pastores Gregis Christi, el programa LIDE de la Universidad de Comillas, los Scouts Católicos de Andalucía, el programa ACEGE en Portugal, el programa de dirigentes eclesiales, los Scouts Portugueses, o el proyecto Missao País. En ambos países también destacan los proyectos de los grupos Alpha.

"Volver a las raíces"

El teólogo Rafael Luciani ha puesto en contexto de sinodalidad el proyecto del Observatorio. Luciani ha explicado que uno de los grandes retos que tiene la Iglesia hoy es saber "cómo crear el modelo institucional que haga viable la sinodalidad". Sin un modelo institucional efectivo, afirma, "quedará todo muy bonito, pero no habrá un canal adecuado para ser efectivos".

Luciani defiende un liderazgo eclesial que "represente el consenso de la comunidad". El gran reto, para él, "hacer una propuesta de formación de liderazgo ministerial y pastoral centrada en la comunidad", ya que, reconoce, "si no existe un nuevo modelo institucional la sinodalidad no será efectiva".

Bruno Spriet, responsable del proyecto Iglesia y Fe de Porticus, ha querido remarcar que una Iglesia sinodal significa "volver a las raíces". Para ello, afirma, se necesitan "líderes en clave sinodal". El mapa del Observatorio Blanquerna presentado este miércoles, explica Spriet, "ayuda a buscar iniciativas y aptitudes interesantes sobre el tema".

Un concepto, el del liderazgo, que Míriam Díez reconoce que "todavía genera desconfianza en la Iglesia". Díez cree que hace falta más autoevaluación, autodiagnóstico y profesionalización dentro de la Iglesia. Díez pide, al mismo tiempo, confiar más en el concepto de liderazgo y sobre todo en el concepto de liderazgo de servicio. "Hay que proponer, cocrear, nuevas ideas y perder el miedo a acercarse a nuevas realidades e iniciativas".

El proyecto se puede consultar en la web www.lideresiglesia.com.

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