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El secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, perdió para mí todos los puntos que podía tener. Y lo digo con pena, ya que la desilusión que recibí al escuchar sus desafortunadas declaraciones, me hicieron pensar: Parece que todo vale con tal de parecer progre y ganar adictos "anti todo" cuando la lucha política está a punto de comenzar. La verdad, le tenía por más sensato. Dijo en Rac1 lo siguiente "Entre el imán de Lérida y el Papa me lo pone difícil para escoger; son dos versiones bastante retrógradas y conservadoras de sus propias religiones. En este sentido, ganaría el imán de Lérida". Primero, y aunque no nos guste –y digo nos guste, porque no me gusta que el Papa sea un Jefe de estado- el Papa es un jefe de estado, pero además, es un líder religioso que representa a una significativa parte de la población. El Papa, no hace apología de la violencia, y su discurso nada tiene que ver con la de un integrista que pone en peligro la seguridad, la integración, la convivencia y la paz. Benedicto XVI, que yo sepa no promueve los malos tratos ni a las mujers ni a nadie, y seguramente condenaría a quien según las denuncia que el Imán tiene, “maltrata a su propia mujer”. Muchos que no se acuerdan nunca de los pobres, ahora utilizan la vista del Papa para decir que el dinero que se van a gastar podría repartirse entre los pobres. Lo mismo hizo Judas, cuando rompieron un frasco de perfume... y Jesús mismo les reprimió: a ellos, tal vez, como a Judas, tampoco le importaban los pobres. Personalmente no soy amiga de estas visitas, pero sin duda será un momento importante para muchos fieles de la Iglesia Católica, y el hecho de que el máximo representante de la Iglesia Católica venga a Barcelona a bendecir un edificio emblemático, como es la Sagrada Familia, ha de ser visto como un honor y un reconocimiento a uno de los monumentos más significativos de la Capital Catalana, obra de un hijo de esta tierra: Antoni Gaudí. El marketing de Barcelona en esta visita será importantísimo, y seguro que no habrá vandalismo como cuando hay convocatorias de los antisistemas o cuando hay finales de futbol; y que no habrá más gastos que en otros eventos similares, y además, será una fuente de ingresos para muchas personas que trabajan y viven del turismo. Yo también haría otras cosas con el dinero: Pero he de respetar que éste también se destine a otros aspectos de la vida y de la sociedad, que igualmente alimentan el alma, la cultura y la vida de las personas y los pueblos. Oriol Amorós ha estado del todo desafortunado. No sé qué relación guarda con él controvertido Imán, pero me parece penoso que en estos momentos esgrima su defensa y le prefiera… Aunque sobre gustos, no hay nada escrito. Si su política va encaminada a “preferir a estos radicales” y desestabilizadores, lo tengo claro: Que se vaya del gobierno él y los que le acompañan en su deshago, en sus miedos, o en su delirio... Una cosa es integrar, y otra desintegrar haciendo la vista gorda a lo que no se puede ignorar. Y si Oriol Amorós, es consciente de que fue un bocazas, que pida perdón, porque aun discrepando en algunas cosas con Benet XVI, creo que no es justo este agravio que ha recibido... y que recibimos en él los que somos parte de la Iglesia y se nos puede acusar de muchas cosas, pero nunca equiparar al Señor Imán de Lleida.

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