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Por Josep Gallifa .

Últimamente se habla con frecuencia de la sinodalidad, ese “hacer camino juntos” en la Iglesia. Un buen libro para profundizar es el del Dr. Salvador Pié recientemente publicado con el título: La sinodalidad como 'caminar juntos' en la Iglesia (1). En él explica cómo el Papa Francisco ha propuesto este “caminar juntos”, como tema del próximo Sínodo de los Obispos de octubre de 2023. Le precede una preparación en cada diócesis (hasta abril de 2022), a la que seguirá una fase continental y finalmente el Sínodo de los Obispos mencionado con el lema "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión". Así pues este "caminar juntos" se ha propuesto tanto a nivel de Iglesia particular como a nivel de Iglesia universal, el Papa pide a todas las Iglesias diocesanas que "entren con confianza y audacia en el camino de la sinodalidad" (Pié , 2021, p. 19).

El libro de Salvador Pié es muy interesante para profundizar en los distintos aspectos y significados históricos, evangélicos y teológicos, de esta sinodalidad eclesial. De lectura muy recomendable contiene apartados dedicados a la centralidad del Pueblo de Dios, que incluye también a los pastores, con la explicación de imágenes propuestas por el Papa como la de la pirámide invertida o la del carácter poliédrico de la realidad. Trata también de otros muchos aspectos de este caminar juntos, tanto de la vida interna de la Iglesia como de la Iglesia en el mundo; del discernimiento evangélico, de los instrumentos de la sinodalidad; presenta también los documentos sinodales, así como el propósito de ese camino sinodal concreto que “llevará a renovar nuestras mentalidades y estructuras eclesiales para vivir la llamada de Dios en medio de los actuales signos de los tiempos” (Pié, 2021, p. 10). El libro nos ayuda por tanto a ver la centralidad de la sinodalidad por la Iglesia hoy.

Además de remarcar el interés del libro quería hablar de una pequeña experiencia sinodal más particular y local, un modesto testimonio de cómo este camino se va haciendo en diversos lugares. Por vínculos familiares, algunos fines de semana vamos a un pueblo de la diócesis de Vic donde desde 2019, antes de la pandemia, ya se inició un camino sinodal con la creación de varios grupos en cada parroquia. Hemos podido participar desde entonces con bastante regularidad en uno de estos grupos. Nos hemos ido encontrando personas de diferentes edades y vivencias, a pesar de los confinamientos que interrumpieron el camino y afectaron también a los grupos, teniendo en cuenta que algunos compañeros nos dejaron. A pesar de estas dificultades, como dijo el Sr. obispo Romà Casanova durante las fases más difíciles, el “Sínodo está vivo”.

Siguiendo unos materiales muy bien editados, empezamos el camino sinodal, “nuestro camino de Emaús” con una primera etapa sobre persona y sociedad. "Los discípulos estaban desanimados". Tratamos de responder a la cuestión “¿Qué nos ocurre en el corazón de las personas y la sociedad hoy?”. La segunda etapa estuvo dedicada a Jesús, "Jesús se pone a caminar con ellos y abre el sentido de los acontecimientos". Nos preguntamos: "¿Jesús puede responder a las necesidades de las personas y la sociedad hoy?". Una tercera etapa es la que hace unos días terminamos (vamos un poco atrasados) "Reconocen a Jesús en el momento de partir el pan". Hablamos de la Diócesis y de qué papel juega la Iglesia en nuestro mundo. Y estamos entrando en la etapa de Misión “Los discípulos vuelven a Jerusalén para anunciar lo que han visto”, Tratamos de responder a “¿Cómo debemos ser fieles a la Misión de Jesús hoy?”. Éstas están siendo las etapas del camino.

¿Y cuáles son algunos aprendizajes que creo que se han producido en este andar juntos?

Un primero ha sido aprender a escucharnos y darnos cuenta de la riqueza que supone la diversidad de vivencias y visiones. Es interesante la diversidad de miradas, también en este nivel más local. El diálogo es siempre enriquecedor, especialmente cuando surgen visiones distintas que llevan a la necesidad de entender en concordia las perspectivas de los demás.

Un segundo aspecto que creo que surgió naturalmente es la apreciación por lo que nos ha sido dado. Participamos en una diócesis que nos precede y que seguirá y en la que estamos en una parte de su camino, con retos particulares de los tiempos. Puede haber habido seguramente tiempos mejores, pero también con sus características que podían también tener inconvenientes y dificultades. Hemos apreciado también cómo en la diócesis de Vic hay un legado espiritual e intelectual inmenso con personalidades como Antoni M. Claret, Joaquina de Vedruna, Josep Torras i Bages, Jaume Balmes, Jacint Verdaguer,... entre tantos otros , pero también 250 parroquias, congregaciones religiosas, santuarios, etc.

Otro aprendizaje está siendo tratar de hacer discernimiento en comunión y oración, que, como por San Ignacio que estuvo en la diócesis hace 500 años y dejó una profunda huella en Manresa, ayude a ir más allá del subjetivismo. Este aspecto del discernimiento lo explica muy bien Salvador Pié en su libro.

También hemos podido comprobar la importancia de la formación, pues este camino reflexivo está siendo sobre todo un aspecto formativo para todos. Caminar juntos no es distinto a Ser Iglesia hoy, junto también con el sr. Obispo. Hemos hecho en las Iglesias locales el camino de la elaboración, del “decision making” y al sr. Obispo le corresponderá el “descision taking”, la toma de decisión pastoral, como explica el Dr. Pié. Por eso habrá una Asamblea Sinodal con todos los grupos y la seguirán los posteriores decretos y declaraciones por parte del Sr. Obispo, para integrar a continuación este trabajo en el Sínodo general.

Dice el Papa Francisco sobre la finalidad del Sínodo que no es sólo producir documentos sino “hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros, y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos”

Será interesante poder compartir las experiencias y, con el apoyo de perspectivas como la del libro citado, realizar narrativas de este caminar juntos, tanto a nivel local como a nivel más global, de este Ser Iglesia en nuestros tiempos y también en estas tierras.

Referencia:

(1) Pié-Ninot, Salvador (2021). La sinodalitat com a 'caminar junts' en l’Església. Barcelona: Centre de Pastoral Litúrgica.

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