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La Ciudad de Vic, lleva muchos años acogiendo inmigración, de hecho es de las ciudades europeas con mayor porcentaje de inmigración. Su anterior alcalde, Jacint Codina, fue ejemplar como llevó el tema, y se continuó en su línea, de forma que en Vic van a años luz de otras ciudades en temas de inmigración y acogida, servicios sociales, organización, etc. la acogida en las escuelas fue todo un modelo la forma cómo fue encaraado allí, comenzando por las hermanas dominicas del Colegio Santa Catalina, a quien en más de una oportunidad Pasqual Maragall elogió.

Como en todas partes hubo y hay problemas, y en tiempo de crisis, estos recrudecen. Y con un líder como Anglada, que hace de la diferencia una bandera de división, y que no cesa en su empeño de azuzar al personal para hacer saltar cualquier chispa y tener rédito político, la situación actual se explica claramente, y se explica en términos políticos, o mejor electoralistas.
El alcalde y su equipo de gobierno, ven que crece la línea dura del extremista de PxC, y quisieron dar un golpe de efecto, ¡para que ni Anglada les diga que no hacen nada, ni los que tienen problemas con la inmigración les acusen de estar pasivos! Y no les salió mal. Fueron noticia, titular, motivo de debate nacional, y hoy, todo vuelve a la normalidad.
Y cuando digo normalidad, digo normalidad. Continuaran los problemas del día a día, con nativos e inmigrantes, pero también continuaran las políticas de atención a todos, intentando estirar el presupuesto y los recursos, para que se llegue al máximo número de personas posibles. Vic continuará trabajando por la paz y la convivencia, como lo ha hecho hasta el día de hoy.
Lo que querían conseguir, ya lo han conseguido: poner sobre la mesa las contradicciones de la ley de extranjería, y rebotarse para demostrar que no están pasivos, para taparle la boca a Anglada y a los que militan en su cuerda intolerante.
Que nadie piense que Vic es una Ciudad que ha cerrado los ojos a la inmigración, y donde éstos son desatendidos. Es una Ciudad donde hay muchos inmigrantes y donde los problemas son los de todo grupo humano plural en su cultura, ideología, religión, situación social, etc.
En Vic, es más grave la intolerancia de Plataforma, que la situación de la inmigración en sí. Vale la pena ir a Vic y ver cómo la Ciudad ha cuidado y cuida sus espacios, también los barrios en los que los inmigrantes son mayoría.
Vic no es una Ciudad abandonada, ni un gueto cerrado, todo lo contrario, y hablo de lo que conozco, ¡que no es poco!

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