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«Además, los Padres sinodales sugieren que en las iglesias se destine un lugar de relieve donde se coloque la Escritura se fuera de la celebración. En efecto, es necesario que el libro que contiene la Palabra de Dios tenga un lugar visible y de honor en el templo cristiano, pero sin ocupar el centro, que corresponde al sagrario con el Santísimo Sacramento. »(Verbum Domini 68)

Un día de este curso pasado fui a un bautizo en una iglesia parroquial de Barcelona donde me llamó la atención una pieza de madera adosada a la barandilla de piedra del ambón que cumplía la función de expositor de una Biblia , al tiempo que servía de base para la proclamación de las lecturas durante las celebraciones. Encontré que era una aplicación ingeniosa de la citación de VD68 que encabeza el artículo, que invita a dar mayor visibilidad a la Palabra de Dios en los lugares de culto.

No era la primera vez que veía una actuación similar de modificación de un ambón para poder exponer también la Palabra. Cuando estuve rondando las parroquias modernas de París, en 2016, me sorprendió que en la Parroquia de San Francisco de Molitor, una obra muy estudiada y debatida del arquitecto Jean-Marie Duthilleul (de quien ya hablé al artículo Ingeniería litúrgica francesa), habían diseñado una pieza de metal pintado de blanco y madera natural que se ajustaba a la mesa del ambón. Una vez finalizada la celebración, la Biblia quedaba abierta y expuesta alineada en el eje principal de la nave litúrgica con la fuente bautismal, el altar y, tras ella, la cruz dorada de la resurrección.

La aparición de estos elementos supletorias-expositivos-bíblicos pueden ir en aumento porque es la manera más directa y práctica de abordar la invitación del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios de 2008. Si están bien pensados y no desentonan con el "triplete litúrgico" de ssede-altar-ambón en el ámbito del presbiterio pueden ser una buena solución, pero también hay otros que pueden ser exploradas.

Una primera solución alternativa es dedicarle una de las capillas laterales en el caso de reformas de iglesias con planta basilical, que tenemos unas cuantas. Esto es lo que han hecho, por ejemplo, en la parroquia de San Juan Bautista de Reus, donde me consta que hicieron un ciclo de lectura bíblica donde varios fieles voluntarios leyeron toda la Biblia a modo de "hilo musical meditativo" mientras se 'iban relevante. Evidentemente, no es lo mismo entrar en una iglesia donde hay "música enlatada" de fondo que encontrar personas que leyendo la Biblia.

Otra solución es posibilitar un diseño de ambón, en el caso de una renovación del mobiliario litúrgico, que pueda rotar sobre su eje vertical. La primera vez que vi esta solución fue en la capilla del noviciado de los jesuitas en San Sebastián, en el País Vasco. La verdad es que la idea original que dio lugar a la rotación de la mesa del ambón respecto su base no fue tanto el hecho de poder exponer la Palabra, sino la posición cambiante de quien proclama las lecturas dependiendo del número de participantes en el acto litúrgico y su posición en el espacio de la capilla. Esta es una solución a tener en cuenta en aquellas iglesias de grandes dimensiones donde se estudia la posibilidad de una doble posición de los participantes: todos dentro del presbiterio a modo asambleario o bien ocupando la nave central de la iglesia a modo "pueblo en marcha ". La Biblia puede quedar expuesta hacia el interior del presbiterio o hacia la nave y luego, en el momento de la proclamación de las lecturas, se puede girar la base 180 grados.

Una tercera solución es modificar la tabla de apoyo de la Palabra de forma que ésta pueda girar respecto un eje horizontal superior y pueda quedar fijada, mediante pasadores, para que la inclinación vaya hacia el frontal del ambón y no hacia atrás. Esta solución fue la que hicimos emplear el despacho T113-Taller de Arquitectura para la reforma del presbiterio de la iglesia parroquial de Santa Madrona de Poble Sec.

Todavía hay una última solución, que es fruto de la anterior y que de tan atrevida no se llevó a cabo (por el momento): construir un ambón de forma que su fuste pueda girar horizontalmente de tal manera que la Biblia "baja "hacia el usuario ofreciendo por la lectura cuando no hay celebración litúrgica, o bien" sube "para ser proclamada cuando hay celebración. El diseño de esta última solución ya fue creado por la reforma que hicimos de la iglesia del Colegio Lestonnac, donde se pedía que, sin dejar de hacer un ambón fijo, este pudiera "bajar" en el caso de representaciones musicales o pastorales; por ejemplo las actividades de los alumnos de infantil los padres a la Navidad que se hacían en la grada del fondo del presbiterio. Se puede consultar en el artículo "Una palabra que se da".

Una Palabra que se expone, una Palabra que es da la vuelta o se levanta para ser vista, una Palabra que baja a buscar el usuario ... todo recuerda mucho a aquel Tolle et lege ("Toma y lee") que escuchó internamente San Agustín y que lo llevó a tomar la Biblia por primera vez para cambiar su vida.

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