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Por Jordi Llisterri i Boix .

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Me van a perdonar porque no me gusta mucho hablar de eventos en los que he tenido alguna implicación singular. Pero a veces te empujan a explicarse. Este martes se celebró una multitudinaria oración interreligiosa en la Basílica de Santa María del Pi de Barcelona "en apoyo a las familias de los dirigentes políticos y sociales catalanes encarcelados y en el exilio" y para "pedir una resolución del conflicto político de una forma digna y no violenta". No entro más gente porque se tuvo que cerrar puertas antes de empezar.

Rezar por la independencia? O, "poner a Dios en el proceso", titulaba un digital venido a menos. Vamos ver.

Rezar, cada uno puede rezar por lo que le parezca más adecuado, siempre que no sea para desear algo malo a alguien. Hay gente que reza para que gane el Barça y gente que reza para que gane el Madrid, y no creo que ninguna confesión religiosa haya sufrido un colapso interno por ello. (Tampoco han faltado quienes sintonizaban con la causa pero recordaban que la república es laica. Si ha habido algún encuentro de vegetarianos por los presos, no creo que nadie les salga a recordar que en la república también se comerá carne). Que se hizo realmente el martes por la noche en el Pi?

A menudo tenemos una visión muy utilitarista de la oración, como si fuera una manera de presentar una instancia en el más allá. La oración de petición tiene sentido si creemos que todo nos ha sido dado. Pero orar es sobre todo una actitud en el momento de afrontar las alegrías y las penas. De confiar. Y desde esta experiencia ayudarte a vivir cada momento de tu vida. De iluminar tu vida.

La oración también tiene una dimensión colectiva. Reunirse para orar tiene sentido. No porque rezarando mil personas Dios te escuche más que cuando sólo está rezando una sola. Tiene sentido porque la oración conjunta también es una manera de sentirnos acompañados y de compartir lo que creemos. De confiar conjuntamente. Incluso cuando lo hacemos personas de religiones o convicciones distintas.

Pues resulta que en este país hay un amplio colectivo de personas que compartimos, más allá de las posiciones políticas, que la situación de los dirigentes políticos y sociales catalanes afectados es injusta. Y que es injusta no sólo para quienes la padecen, sino también para sus familias, y más aún para los hijos. Así lo han expresado públicamente representantes religiosos, como ha habido eclesiásticos que han visitado presos y exiliados.

Se ha hecho caminatas, conciertos, castellers, cenas, calçotades, batucadas, madrugadas, chocolatadas, festivales ... para mostrar esto. Pues ahora se ha hecho una oración interreligiosa. Sin ninguna aspiración de representar a nadie. Sólo eran personas que querían aportar algo positivo desde sus creencias.

Cualquier persona que hubiera estado el martes por la oración creo que sólo podría sacar una conclusión. La oración hizo bien a los que asistieron y creo que fue una ayuda para las familias. Quien tenga ganas de poner etiquetas políticas, que lo haga. Pero se consiguió el primer objetivo de todo esto: ayudar. Qué otro papel pueden hacer los religiones en este momento?

Si algo me impresionó martes fue el silencio. Aquellos silencios que dicen más que mil palabras. Estamos acostumbrados a actos amarillos con gritos y proclamas. A todos los que estamos indignados con la situación, las religiones en el Pi nos ofrecieron una hora de silencio y de espiritualidad.

No fue un acto. Fue una oración. Con confesiones distintas bajo un mismo techo. Ninguna proclama, ningún grito. Una hora sin tener que tuitear compulsivamente. Y sólo, ya terminado el acto, el único lema coreado fue "libertad". Como el lema de la convocatoria: "Justicia y Libertad".

Invito a leer los textos que recitaron, cantaron o leyeron personas de las distintas tradiciones religiosas. La sabiduría de la tradición, con textos milenarios que parecen escritos antes de ayer. Invito a ver el acto entero en internet cuando esté disponible. Allí se ve la calidez, humanidad y espiritualidad que transmitió el acto. Qué otro papel pueden hacer los religiones en este momento?

Quién lo ha resumido mejor ha sido uno de los impulsores de la oración, el compositor Bernat Vivancos: "Lo que es bonito de las oraciones no es hacia donde van, sino de donde salen!". Y si a alguien no le ha gustado lo que se hizo el martes en la Basílica del Pi, creo que es sencillamente porque no estaba allí para verlo.

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