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Por La puntada .

En mayo moría Martí Amagat, sacerdote de Girona y miembro del Foro Joan Alsina. Un persona que ha dejado huella allí por donde ha pasado. La familia quería decir unas palabras en la celebración al igual que pidió al Foro hacer lo mismo. Ante la negativa del obispo a cualquier intervención, al final se pudo consensuar la intervención de la familia y de un miembro del Foro.

La celebración, para unos digna de un capellán, para otros no es eso lo que le hubiera gustado, en aquellos momentos, a Martí ni a la familia ni a los compañeros del Foro.

El Foro Joan Alsina, en el mes de septiembre, fue a hablar con el obispo pidiendo que en los funerales de los sacerdotes no se siguiera haciendo tal y como se hizo en la muerte de Martí, donde el obispo no quería dejar hablar a la familia ni a los amigos ni al Foro, a parte de toda la fastuosidad de la celebración con báculos y mitras y sacerdotes revestidos en el altar, que son signos de poder y autoridad. ("En cuanto a la intervención de los sacerdotes, sí que manifesté recelos y reticencias -nos dijo-, pero no por imposición de autoridad, sino para evitar la clasificación y la división entre el clero, para no calificar a algunos como curas de primera y otros de segunda clase, lo que sí que hicisteis vosotros").

El Foro le expresó al obispo que, en la próxima ocasión, sea sensible a la familia (que los sacerdotes también tenemos), sensible a los amigos que nos conocen y que sea flexible en las circunstancias que se den en cada momento. Hay momentos que vale más una palabra amiga de alguien que te conozca y una celebración sencilla que no lo que se hace.

El obispo no mostró ningún tipo de acogida a nuestra reflexión y petición. Por el contrario, ofendido nos dijo que "si de lo que se trata es que el obispo no esté presente en los entierros (si no puede presidir los mismos no puede ser) es necesario que cada sacerdote que lo desee lo manifieste personalmente y, ante el notario diocesano, fijaremos las condiciones y detalles de las celebraciones", y sabiendo que hay comunidades que no son fieles a la liturgia romana nos continuó diciendo que "en cuanto a la Liturgia, ésta es la que hay y no puede haber otra. Es única y uniforme para toda la Iglesia, porque así manifiesta la comunión universal y no se puede cambiar nada, no se puede tocar ni una coma".

Por nuestra parte, dicho está lo que le dijimos y que todo el mundo actúe en conciencia. Quisiera terminar con las palabras que Félix, compañero del Foro, dijo en el funeral:

"Martí, nuestras palabras quedan cortas ante tu figura, tu vida y tu lucha. Persona siempre en búsqueda, sin creerte nunca en posesión de la verdad. Porque como decía tu admirado Cardijn: "Una verdad sólo es verdad cuando es vivida".

Comprometido, desde el comienzo, con la clase obrera, en la JOC y la HOAC, en las barracas de Montjuïc, sufriendo el infortunio de los inmigrantes. Reviviendo siempre el Ver, Juzgar y Actuar de la Revisión de Vida. Con espíritu de líder y pastor, nunca por encima, siempre al lado. Con criterio y palabra clara y compromiso social transparente.

Martí, tenías una fina y profunda sensibilidad humana, que traducías en poesía, de versos ágiles y floridos (....). Tenías el don de la palabra y del mensaje, misionero de nuestros pueblos y ciudades, tocando el corazón de las personas, señalando a Jesucristo como el mayor valor (....)

Siempre motivado por el Evangelio, te sentías identificado del todo con el espíritu del Concilio Vaticano II: Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas, tenían un lugar primordial en tu corazón de cristiano.

Movido por estos principios fuiste uno de los creadores del Foro Joan Alsina, trabajando en la comisión durante diez años. Encendido por la fidelidad a tu vocación, te preocupaba la escasa renovación de la vida y la misión del sacerdote y la situación de los compañeros sin el ejercicio del ministerio.

Porque amabas a la Iglesia, eras un defensor de la libertad de expresión, dentro y fuera de ella. Crítico con la ostentación, el poder y el autoritarismo de una parte de la jerarquía. Soñabas y ansiabas una Iglesia de hermanos, cada uno en su lugar, pero todos iguales, ni superiores ni inferiores. Querías una Iglesia que se encarna y sufre con el pueblo. Una Iglesia buena noticia, más fiel al Evangelio que a las leyes. No tragabas a la Iglesia de Constantino, sino que comulgabas con la Iglesia de Jesús de Nazaret (....)"

Ramón Masachs es sacerdote en la comunidad de Poblenou de Pineda de Mar

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