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Por Francesc Riu i Rovira de Villar .

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Fitxers adjunts

No debe sorprendernos que el papa Francisco a menudo se refiera al diálogo como una exigencia básica en nuestra sociedad plural. Donde hay personas de culturas distintas, el diálogo intercultural es totalmente necesario para asegurar una convivencia pacífica y evitar tensiones que podrían poner en riesgo la cohesión social y dificultar el ejercicio de los derechos individuales y de grupo.

En este contexto el Papa también ha subrayado la absoluta necesidad del diálogo entre las diversas religiones, y él mismo nos ha dado ejemplo de persona dialogante y abierta a escuchar a los demás y a intercambiar puntos de vista con ellos, en el respecto a su modo de pensar.

No hace mucho el mismo papa Francisco ha insistido en la necesidad de crear un clima de diálogo en las escuelas, y en particular en las escuelas católicas, partiendo de un hecho indiscutible: en ellas coinciden estudiantes de culturas diferentes, y también de religiones distintas.

He aquí cómo el Papa ha expresado esta idea: «Jesús comenzó a anunciar la Buena Nueva en la ‘Galilea de los gentiles’, encrucijada de diferentes razas, culturas y religiones. Este contexto se parece en ciertos aspectos al mundo de hoy. Los profundos cambios que han llevado a la difusión cada vez más amplia de sociedades multiculturales exigen a quienes trabajan en el sector escolar que se impliquen en itinerarios educativos de confrontación y diálogo, con una fidelidad valiente e innovadora que conjugue la identidad católica con las distintas almas de la sociedad multicultural».

La Congregación para la Educación Católica (CEC) ha dedicado un documento sumamente interesante a esta cuestión, con argumentos y propuestas que pueden ser de utilidad para los directivos de las escuelas y para todos los profesores, que deben afrontar este nuevo reto con espíritu creativo y sin temor. En efecto, en el amplio abanico de las competencias sociales y cívicas que todos los estudiantes han de tener la oportunidad de adquirir, el proyecto educativo de toda escuela católica deberá incluir la competencia para el diálogo intercultural. Por una razón muy simple: sin diálogo entre las distintas culturas, hoy no solo no será posible el enriquecimiento mutuo sino que la convivencia y la cohesión social estarán en riesgo.

A partir de este documento de la CEC he preparado un recurso formativo que pongo a disposición de todas las personas que deseen estudiar más a fondo esta cuestión y descubrir nuevos caminos de renovación de la acción educativa escolar.

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