Juan no fue nunca un funcionario del sistema, sino un autoexcluido. Domingo 2º de Adviento

Domingo 2º de Adviento. Ciclo A
Barcelona, ​​8 de diciembre de 2013

¿Dónde radica la importancia de Juan Bautista?
Este personaje singular del Evangelio presenta las claves que explican lo que realmente representó la vida de Jesús, su mensaje y su destino final.

Lo primero que salta a la vista es que Juan fue un hombre marginal en la sociedad y en la religión judía de aquel tiempo.
Es decir: Juan vivió en los márgenes de aquella sociedad y de aquella religión:
‒ el lugar en el que vivió: el desierto;
‒ su forma de vida: vestimenta y comida fuera de lo normal;
‒ su mensaje de denuncia lo hace enfrentarse con los poderes, tanto los políticos como los religiosos.

Todo ello indica claramente que Juan no fue un hombre integrado en el sistema sino un autoexcluido de aquel sistema de poderes y de creencias.

Juan vivió así porque es como vivieron los grandes profetas de Israel, hombres todos ellos que vivieron en los límites e incluso fuera de los límites de aquella sociedad.
Los profetas bíblicos presentaron y propusieron un mundo alternativo:
‒ otra forma de ver la vida,
‒ otros valores,
‒ otros criterios.

Por ello, los profetas trataron con reyes, pero nada de lo que decían interesaba al sistema imperante.
Evidentemente, Juan no fue nunca un funcionario del sistema, sino más bien un autoexcluido del sistema.

A partir de estos criterios se comprende lo que Juan Bautista representó y quiso.
De esta manera prepara el camino del Señor, mediante la denuncia, la exigencia, la urgencia de un cambio de vida.

Pero esto sólo se puede hacer a partir de una autoridad que detiene quien no está integrado en lo que denuncia.
Desde la pompa y la ostentación, ¿cómo se pueden denunciar la maldad y la ridiculez que evidencian la pompa y la ostentación?