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Por La puntada .

Quitèria Guirao es militante de la ACO

Decidirme y dar el paso a depositar el dinero que gano, con mi trabajo, a un banco con valores ha sido un proceso personal ligado a la búsqueda continua de ser coherente entre mis valores y mis decisiones. Que la utilización de nuestro dinero por parte de bancos y cajas de ahorro en la economía especulativa y armamentista era y es de vox populi, lo sabemos. Que las ganancias en esta economía de casino las reparten entre unos cuantos, también lo sabemos. Que en Cataluña lo de las cajas de ahorro era (ahora no es) "una manera de apoyar a la economía local"-caso de la Caixa Laietana, de la que me fui "pies para qué os quiero" hace más de 25 años! -, que se lo digan a las familias que están en proceso de desahucio o bien a las pequeñas empresas que se encuentran carentes de crédito. Y más ejemplos que, quien más quien menos, podría decir de sus experiencias con unas maquinarias preparadas para dar dividendos a los accionistas, como son los bancos. Bueno, ¡dije basta! ¡No quería que con mi dinero destruyeran el mundo!

Lo hice, primero, dejando de tener el plan de ahorro en una caja. De eso hace más de tres años. Debo decir que tengo suerte de no tener ningún préstamo solicitado y concedido, por lo que siempre he estado libre de poner mi dinero -poco, no hace falta decirlo-donde he querido. No tenía ninguna excusa para no dar el paso a un banco con principios y con valores. Aquí podemos hacer propaganda, ¿verdad? He puesto mi dinero en el Triodos, un banco nacido en Holanda. Cuando me decidí a dar el paso hacia Triodos, este aún no tenía el servicio de cuenta corriente con el que pudiera operar con normalidad (domiciliaciones, ingreso nómina, tarjeta ...). Con este cambio pude decidir lo que quería hacer con parte o con la totalidad de los intereses que obtenía del dinero ahorrado: los podía aportar a entidades de reconocida solvencia en cooperación al desarrollo y también a entidades ecologistas. Puse la cruz en una de ellas, a una entidad ecologista. Había encontrado un banco donde utilizan el dinero para financiar la economía real, de empresas y proyectos, donde la calidad de vida de las personas y el respeto al medio ambiente son lo que prevalece, y no sólo la rentabilidad económica. El siguiente paso lo di cuando este banco ofreció abrir cuenta corriente. Desde hace un año soy clienta al 100% de la banca con valores. También tomé otra decisión que me facilitó el propio banco: destinar parte de mis ahorros a una cooperativa financiera para la economía social, la COOP57.

Un banco sin oficinas podría parecer poco accesible. Mi experiencia es que no es así. El teléfono, el correo postal e internet son los medios que utilizamos para contratar servicios. Y el dinero en efectivo que necesito, pues, como hacía con la anterior caja, tiro de la tarjeta de crédito en cualquier cajero con Servi-Red.

Si todavía no has dado el paso a la banca con valores plantéate seriamente emprender este camino. Para mí, no es coherente formar parte del 15M, participar en manifestaciones por la paz, firmar manifiestos por las energías renovables o a favor de un parque natural si nuestro dinero están financiando a la industria armamentista, a empresas que contaminan aquí o en países terceros buscando el rendimiento económico máximo, ... El dinero se destinarán a proyectos útiles para la sociedad: la banca con principios -ética- y valores nos propone eso.

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