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En un hall del CCCB, lleno a rebosar, el prestigioso sociólogo alemán y referente del pensamiento liberal social europeo, Ulrich Beck, disertó sobre el presente y el futuro de Europa. Con la sobriedad y precisión que le caracteriza, reflexionó sobre la situación actual del continente y, de manera muy especial, sobre la Unión Europea en el actual contexto de globalización.
En opinión de Beck, la crisis actual es muy fuerte, "debemos evitar el abismo y la catástrofe" en una sociedad donde todo es posible e inesperado y donde "no sabemos hacia dónde vamos". Para conseguir evitar lo peor, lo que hay que hacer es "anticipar" y, precisamente, para ello, propone su concepto de "sociedad de riesgo", porque en la sociedad actual, los riesgos sociales, políticos y económicos tienden cada vez más a escapar a las instituciones políticas. Estos riesgos e incertidumbres son los que nos han llevado a vivir en el abismo -posibilidad de la caída del Euro, aumentos extremos del paro, desprotección de sectores sociales-, abismo que se acentúa con la globalización.
Para Beck, es indispensable evitar la aparición de escenarios como los del "estado de excepción" y los "nacionalismos" formulados por Karl Schmitt y reivindica "el principio de esperanza" de Ernst Bloch -capacidad de anticiparse para reconducir la sociedad, a través de la acción humana, a los mejores de los escenarios posibles-, y "la astucia de la razón" de Hegel -como capacidad de los humanos de superar las trampas que nosotros mismos nos ponemos. El imperativo que propone Beck es muy claro: "cooperar para evitar el fracaso". La cooperación, a través de estructuras formales o informales -cada vez más necesarias- para evitar el abismo, gestionar la complejidad y construir el futuro.
En referencia a la situación actual de la Unión Europea y del papel de Alemania, criticó el papel de la canciller Angela Merkel. Merkel, aplicando los principios de Maquiavelo, despliega una política "Merkiavelli", sin tomar posición entre los europeístas y los euroescépticos, con la vacilación como método de coerción al servicio de la estabilidad y el poder alemán. Un poder alemán que es, por encima de todo, un poder económico, asentado en la unificación y la estabilidad, lejos de aspiraciones hegemónicas y de la dominación militar del siglo pasado.

Ante esta situación, Beck pide un pacto social para Europa y fortalecer así la Unión Europea. Una Europa a partir de los estados-nación, sin querer sustituirlos, que asegure más libertad y cohesión social a los europeos. Está convencido de que vivimos un momento "muy político", debemos evitar que Europa "se hunda" y, para ello, es necesario acercar la idea de la Unión Europea a la vida cotidiana de los europeos, como institución significativa para su vida, su libertad y su seguridad social. Que la "crisis se convierta en esperanza". Hay margen para actuar.

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