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No creen que hacer pagar el IBI a la Iglesia sería un grave error? Con esta pregunta finalizaba el artículo que publicó Antoni Matabosch, delegado de economía del Arzobispado de Barcelona este domingo 3 de junio en La Vanguardia. Matabosch argumenta el marco jurídico y la realidad que explicar la exención fiscal. Este es el texto del artículo.

Sobre el IBI y la Iglesia católica

Desde hace unas semanas se habla y publica mucho sobre si la Iglesia católica debería pagar el Impuesto Municipal sobre Bienes Inmuebles (IBI), especialmente en este momento de crisis económica. ¿Es un privilegio fiscal? ¿La Iglesia vive en un “paraíso fiscal”? ¿Debería pagar este impuesto?

Imagen eliminada. La exención del IBI a la Iglesia se basa en el Acuerdo internacional sobre Asuntos Económicos entre la Santa Sede y el Estado Español (1979), que en el Artículo IV lo determina respecto de los templos y capillas, edificios y locales destinados a la pastoral, las residencias de obispos y sacerdotes, oficinas diocesanas y parroquiales, seminarios universidades eclesiásticas y casas o conventos religiosos. El Artículo V extiende la exención a las actividades religiosas, benéfico-docentes, médicas, hospitalarias o de asistencia social de acuerdo con lo que se legisle sobre las entidades sin afán de lucro y en todo caso las entidades benéficas privadas.
Disposiciones legales posteriores han confirmado el citado Acuerdo y han determinado qué otras entidades y actividades de la sociedad también están exentas (Ley de Fundaciones de 1994, Ley de Mecenazgo de 2002 y el Real Decreto Legislativo de 2004). Están exentas las propiedades del Estado, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos; los edificios históricos; los locales de la policía, de servicios educativos, penitenciarios y del ejército; los bienes comunales y montes vecinales; los de la Cruz Roja; la SGAE; las embajadas y las estaciones de tren. Previa solicitud están exentos los monumentos históricos, los yacimientos arqueológicos, las zonas de repoblaciones forestales; los bienes de las otras confesiones o religiones que han suscrito en 1992 Acuerdos con el Estado (judíos, musulmanes , protestantes y ortodoxos), etc. También lo están todas las entidades sin fines lucrativos (fundaciones o asociaciones) que lo comuniquen al Ayuntamiento, cuyas explotaciones económicas (si las tienen) estén exentas del impuesto de sociedades (aquí se incluyen todas las prestaciones de servicios sociales). Algunos partidos políticos y sindicatos suelen tener sus inmuebles en fundaciones, que no pagan IBI.

De esta manera, la legislación vigente considera que debe ayudar por igual a todas las entidades y actividades que tengan una finalidad social apreciable y no pretendan obtener unos beneficios económicos que no redunden en la misma acción social. Según algunas estimaciones fiables las exenciones del IBI a la Iglesia representan un 5% del total . No se puede, por tanto, ni exagerar sobre lo que dejan de percibir de la Iglesia los municipios, ni afirmar que es un privilegio. Lo de la Iglesia es una pequeña parte de un hecho muy general y lógico.

La Iglesia no es rica. Sí, tiene muchas propiedades. En España está presente en 22.686 parroquias, con sus correspondientes iglesias y viviendas del párroco, ya que quiere estar al servicio de todos y en todas partes. Pero hay que pararse a pensar en lo que representa económicamente conservar el patrimonio histórico: muchos millones de euros cada año. Saldría mucho más a cuenta que, como en Francia, todas las iglesias históricas fueran propiedad del Estado (que corre a cuenta de las obras) y fueran cedidas en uso a la iglesia. La mayoría de las parroquias y diócesis españolas tienen una economía muy precaria y deben apretarse el cinturón cada año. Un sacerdote cobra como media 900 euros al mes y, aunque muchos de ellos viven en casas parroquiales, no es fácil llegar a final de mes.

¿Realmente la Iglesia despliega una actividad social, en beneficio de la sociedad? La Iglesia católica desarrolla una triple actividad positiva para la sociedad. En primer lugar promueve una dimensión espiritual. Ofrece catequesis y formación a niños y adultos; promueve más de 200 movimientos laicos, unos 30 de jóvenes. Forma, por tanto, personas responsables y buenos ciudadanos. Promueve ayudas pastorales y sociales en las cárceles y en los hospitales. Se esfuerza en expandir valores éticos para la convivencia social. Suscita y forma miles de voluntarios. En segundo lugar desarrolla una amplísima actividad cultural y educativo. Gestiona en Barcelona un centenar de centros culturales; ha creado instituciones universitarias y de investigación, así como centros recreativos y colonias de verano; tiene centenares de escuelas cristianas cuyos conciertos apenas cubren el 80% de los presupuestos (4.440.000 alumnos en España y un ahorro para el Estado de alrededor de 3 mil millones de euros).

En tercer lugar, hay que valorar la inmensa labor social. En España la Iglesia tiene 4.459 centros asistenciales (hospitales, orfanatos, guarderías, centros sociales, casas para ancianos o niños, etc.), con 2.764.719 personas asistidas; existen 12.415 asociaciones religiosas inscritas en el Registro del Ministerio de Justicia. Caritas de la Provincia Eclesiástica de Barcelona (que incluye Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat) tiene un presupuesto para 2012 de 25 millones de euros. Mantiene 350 proyectos en los siguientes ámbitos: acogida y acompañamiento (150 proyectos), familia y infancia (40), vejez (45), formación y orientación sociolaboral (80), salud mental (6), personas sin hogar (35) y muchas acciones a favor de la inmigración. Tiene la Fundación para el Hogar para facilitar temporalmente pisos. Tiene miles de voluntarios. Un estudio de hace cuatro años describe la tarea social de los religiosos en Catalunya. Las órdenes religiosas gestionan 776 servicios a favor de los más pobres. El 21% destinados a menores y un 27% a mayores. Los principales ámbitos de actuación son: alfabetización y formación (16’7%), inmigración (14’4%), atención hospitalaria i/o domiciliaria (13’8%), sensibilización ciudadana (13’5%), inserción económica i/o social (11%), alimentos y ropa (10’2%), beneficencia (9’5%), salud (8’9%), etc.

El tercer gran ámbito de la acción social de la Iglesia católica son las parroquias, donde cada día conocemos más iniciativas sociales. Las parroquias están muy integradas en los barrios y pueblos y conocen de primera mano las necesidades. El paro ha añadido a los pobres “tradicionales” un nuevo tipo de pobres vergonzantes a causa de las hipotecas impagadas y la falta de trabajo. En las 200 parroquias de la Archidiócesis de Barcelona se ayuda regularmente con lotes de comida y ropa a unas 150.000 personas. Si se incluyen las otras dos diócesis de la Provincia Eclesiástica llegan a los 300.000.

La Iglesia católica es la mayor ONG social en España. Parece lógico que se la equipare, al menos, con todas las demás. El valor de lo que da a la sociedad vale docenas de veces más que lo que ahorra por el IBI. El esfuerzo que la Iglesia está haciendo en estos momentos de crisis es enorme. Ella también, como el que más, se está apretando el cinturón y se está volcando hacia los que más lo necesitan. Si un día cambiaran las leyes antes mencionadas, el pago del IBI repercutiría en el dinero disponible para sus actividades. Deseo que la discusión actual ayude a que se conozca mejor la gran tarea de la Iglesia, sin la cual nuestra sociedad estaría mucho peor. ¿No cree que hacer pagar el IBI a la Iglesia sería un grave error?

Dr. Antoni Matabosch
Delegado de Economía del Arzobispado de Barcelona


http://www.lavanguardia.es/

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