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Se acaba el año litúrgico. El domingo anterior veíamos guerras y calamidades, temblor de los astros del cielo que pierden su esplendor. Es el fin del mundo. Cada generación asiste al fin del mundo. Hoy, Siria es una hoguera. Una tregua in extremis ha salvado de una nueva guerra a Palestina e Israel. Cada persona que muere asiste al propio fin del mundo.
Este domingo el año litúrgico se cierra con la festividad de Cristo Rey. ¡Qué profundo es el diálogo de Pilato con Jesús! Me fijaré en los siguientes puntos de luz:
"¿Tú eres el rey de los judíos?", dice Pilato. Nosotros también le preguntamos: ¿Qué tienes que ver con los reyes de la tierra, para que te tengamos que llamar rey?. Es verdad que tú dispones de las cosas de este mundo con un poder providencial y benévolo para que se conviertan en elementos positivos en nuestra vida, de tal forma que podemos confiar plenamente en Ti (ver Romanos 8, 28).
"Mi Reino no es de este mundo". No debemos imaginar reyes de este mundo. Debemos pensar en la Última Cena, cuando Jesús recuerda que los reyes de las naciones las dominan como si fueran amos y dice a los discípulos que entre ellos no tiene por qué ser así (Lc 22, 25-26).

Jesús no es un rey de este mundo. Jesús es el rey del Reino de Dios Padre. Jesús ha salido del Padre para revelar y anticipar aquí, en este mundo, el Reino de Amor del Padre del cielo.

"Por tanto, tú ¿eres rey?". "Tú lo dices: Yo soy rey. Yo he nacido y he venido al mundo para dar testimonio de la Verdad".
Jesús, en el seno de la misericordia de Dios, ha oído y ha visto cómo era el Padre. Y, hecho Hijo del hombre, ha dado testimonio en el mundo de los hombres y las mujeres del Amor infinito del Padre. Jesús sabe "qué es y cómo es" la Verdad, el Bien y la Belleza del Padre. La realeza de Jesús consiste en dar testimonio de esta Verdad que es también amor. Cada uno de nosotros podemos escuchar a Jesús, la Palabra de la Verdad que es Amor. Cada uno de nosotros puede estar atraído por la Verdad que nos transforma.
"Los que son de la Verdad escuchan mi voz".
Ayer oí a un miembro de la Comunidad de la Barceloneta, que hablaba en nombre de todos y que tenía muy claro que somos atraídos por la Verdad viva que nos hace vivir como Jesús. Decía: somos atraídos por el Trascendente que, de alguna manera, ya se hace presente en nuestra vida terrenal, ya es amigo nuestro cuando le escuchamos -quizá incluso cuando escuchamos a los demás o cuando escuchamos música- y vivimos todo lo que nos comunica. Lejos de nosotros la frase medio de desprecio, medio de suficiencia de Pilato: "¿Qué es la Verdad?". Mucha gente vive como si no existiera este trasfondo de Verdad, Bien y Belleza que se nos da para que seamos semejanza.
Resumen. Hoy me he hecho este pequeño resumen: Jesús es el rey del Reino de Dios, el Padre. Jesús es el rey de la misericordia (amor que levanta) del Padre del cielo: él lo hace presente en la tierra. Jesús reina desde la Cruz. Él nos da la vida, porque Él reina también desde su vida con el Padre: reina desde la Resurrección. Jesús es el rey que nos da su vida porque Él nos comunica siempre su Espíritu Santo. Y con él nos da la justicia, la alegría y la paz que son la realidad viva del Reino de Dios. Gracias, Señor,que nos darás el Adviento para que aprendamos a recibir tu reino que es Amor.

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