Pasar al contenido principal
Por Francesc Riu i Rovira de Villar .
En algunos ambientes hoy es arriesgado hablar de nueva evangelización. Los recelos afloran enseguida, y a menudo el diálogo se hace difícil. He llegado a una conclusión: como en otras cuestiones de actualidad, una misma expresión es objeto de lecturas distintas porque no ha sido definida con claridad desde el principio, y su significado ha evolucionado gradualmente. Como sucede cuando las ramas de un árbol frutal han sido injertadas con esquejes de otros árboles de la misma familia. Los frutos tienen gustos y apariencias distintos.
Seamos realistas. Los documentos que nos llegan de Roma no suelen ser de lectura fácil, y tampoco son divulgados de forma adecuada. Juan Pablo ii y Benedicto xvi han hablado muchas veces de la necesidad de una nueva evangelización en la Iglesia, pero sus mensajes no han llegado con suficiente claridad a los destinatarios. Se han quedado en el papel, o en la web. Un problema real de comunicación que la Iglesia todavía no ha resuelto satisfactoriamente.
Da la impresión de que algo semejante ha sucedido con la expresión nueva evangelización. Hoy no todos los obispos utilizan el mismo lenguaje cuando se refieren a ella, porque lo hacen desde perspectivas distantes o acentúan aspectos distintos; de tal modo, que a menudo los fieles recibimos mensajes diferentes según el obispo que escuchamos. Por ello, es fácil observar que hoy se atribuyen a la nueva evangelización algunas iniciativas pastorales que tienen muy poco que ver con la nueva evangelización que el Papa impulsa con tanta valentía como insistencia.
Si hubiésemos aprovechado el documento preparatorio del Sínodo de los Obispos (Lineamenta) para divulgar la idea de nueva evangelización que allí será objeto de reflexión, quizá ahora todos utilizaríamos el mismo lenguaje, y el diálogo sería mucho más fácil: todos hablaríamos de la misma nueva evangelización, aunque las concreciones fuesen distintas, atendiendo a la diversidad de culturas y a las circunstancias propias de cada lugar y de cada pueblo.
Estoy seguro de que el papa Benedicto xvi se implicará plenamente en el Sínodo de los Obispos, y que una vez concluido, escribirá una Exhortación apostólica ofreciendo pautas clarificadoras. Lo necesitamos.

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.