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Por Josep Gallifa .
La consejera Irene Rigau participó este año en la Jornada de profesores que tenemos al comienzo de cada curso en nuestra facultad, como explica hoy mismo CatalunyaReligió. Fue presentada por los Dres. Salvador Pié, presidente de la Fundación Blanquerna, y por nuestro decano el Dr. Climent Giné, que destacaron su trayectoria profesional, que se inició como maestra, y también su pasión por la educación, pasión que también transmitió a lo largo de su intervención. Todo un privilegio tener entre nosotros la consejera, justo en estos días de inicio del curso escolar en los que hay muchos actos y en los que seguro tiene su agenda bien ocupada.
En la motivación para su intervención había una constatación: los resultados del sistema educativo no son buenos. Lo destaca estos días la prensa: Tenemos un porcentaje del 26% de abandono prematuro de los estudios, unas tasas de graduación de la ESO por debajo de la media española y europea o, por ejemplo, el indicador de que un 51% de los alumnos de primero de ESO no aprueban todas las materias. En la educación obligatoria hay una franja importante de jóvenes que no llegan a alcanzar las competencias mínimas. La consejera Rigau dijo que "no estamos obteniendo los resultados que pensábamos. Pensábamos que reduciendo las ratios de alumnos o aumentando la ratio a más de un maestro por aula, mejoraría la calidad y los resultados ". No es esto lo que indican los estudios internacionales sobre calidad en la educación. Así pues "si queremos resultados diferentes no podemos hacer siempre lo mismo", dijo la consejera recordando la conocida frase de Einstein.
"La calidad la determina el maestro", dijo Irene Rigau. Los países europeos con los mejores resultados educativos dan mucha importancia al perfil del maestro. Por ejemplo en Finlandia, dijo la consejera, los estudiantes que tienen empatía con los niños/as y jóvenes (participan en esplais, scouts, asociaciones ...) pasan por delante, en el acceso a la Universidad, a los que tienen sólo un buen expediente académico. Hemos tenido aquí poco en cuenta el perfil del maestro. Irene Rigau llevaba un libro en la mano de principios de los 90 editado por Cruïlla en una experiencia en la que Blanquerna en su momento participó junto con la Fundación Santa María, un espacio que denominamos "Proposta: Espai de Pedagogia". En este libro la recordada pedagoga María Rubies hablaba del perfil del maestro y decía: "¿Cómo debe ser el maestro? ¿Qué debe tener? ¿Qué debe saber? "Leía la consejera del texto de María Rubies:" El maestro requiere unos rasgos en su identidad: cree en el hombre, se esfuerza en conocer al hombre, espera en el hombre ". Es decir que una persona pesimista no puede ser maestro, "si crees en el potencial de la persona podrás desvelar-lo", dijo Irene Rigau, que continuaba exponiendo como a diferencia de principios de aquellos años 90 's, luego como sistema hemos puesto el acento más en los recursos que en la persona, en la confianza en que todo lo solucionaría la organización/administración y esto ha llevado a un cierto desplazamiento de la responsabilidad.
El maestro que se necesita debe ser también generalista, culto. El exceso de especialización en una rama de conocimiento puede estar bien, pero sobretodo hay que saber despertar en el alumno el deseo y la motivación de conocer. Santaló decía que el maestro debe tener un conocimiento general de todas las materias y "alguna dèria" (sana obsesión). Irene Rigau expuso como, los planes de estudio de las Facultades de Educación (que a menudo son muy especializados) acaban teniendo unos resultados u otros, que acaban afectando a la sociedad. Emplazó a las Facultades de Educación a seguir este camino de poner el acento en la persona y reconoció y agradeció, en algún momento de la conferencia, la aportación significativa de Blanquerna en este aspecto durante tantos años.
Hubo más elementos, pero me referiré a un último aspecto. La consejera dijo también que "el maestro, ante todo debe ser ejemplar". Que todo educa o maleduca. Hemos potenciado mucho la función del "maestro como ciudadano", que tiene una visión de la sociedad que quiere transmitir, y poco la del "maestro como profesional" que pone en el centro al alumno y su desarrollo como persona. En este sentido dijo a los maestros: "el día en que la mirada de un niño o un adolescente no te haga cosquillas por dentro, tienes que plantearte cambiar de oficio".
Sin querer decir que los maestros que estan en las escuelas no lo sean, sin embargo necesitamos buenos maestros!
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