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Por Josep Gallifa .

Ha salido el segundo número del suplemento de 'Vida Nueva Cataluña', que está dedicado en buena parte a la formación de los cristianos, como "una necesidad a cubrir, sobre todo en los tiempos actuales, para que puedan dar cuenta de una fe razonada, sólida y profunda". Tuve la oportunidad de dialogar sobre este tema en una entrevista en este suplemento con el jesuita Llorenç Puig, director del centro Cristianisme i Justicia y con la religiosa de la Compañía de María, María Claustre Solé, profesora en la Facultad de Teología de Cataluña y el ISCREB. Aprovecho la ocasión para desear suerte y también un buen futuro a esta iniciativa comunicativa. Quisiera también animar a los lectores a que lean la entrevista completa con las tres visiones complementarias. Aquel diálogo me sugirió algunas reflexiones respecto de la universidad de inspiración cristiana. Ante el modelo predominante de universidad pública en España existe la alternativa universitaria, de servicio público desde la iniciativa social, que representa la universidad de inspiración cristiana. ¿Qué características cualitativas diferenciales tiene esta propuesta universitaria?

Antes de explicar algunos de sus rasgos debemos decir que, para tener calidad, lo primero que seguro que tiene que ser una universidad de inspiración cristiana es ser una buena universidad. Esto quiere decir que su calidad ha de poder ser medida y comparada con los parámetros internacionales de calidad en educación superior con cualquier otra institución de calidad. Sería largo aquí ahora extenderme en las dimensiones de esta calidad más genérica. Pongamos una como ejemplo: la calidad de la investigación. Una universidad que no contribuyera al esfuerzo de la investigación, que sus profesores no fueran reconocidos por su calidad académica, no sería nunca considerada una buena universidad, y no pasaría de ser una "academia" pero con el sentido peyorativo del término, como le gustaba decir al anterior rector de la Universidad Ramon Llull Dr. Miquel Gassiot. Por otra parte la rectora de la universidad Ramon Llull, Dra. Ester Giménez-Salinas, en un acto reciente en ESADE, organizado por la Cátedra de Liderazgos, y debatiendo el tema de la gobernabilidad en el ámbito universitario y las diferencias sector público-sector privado, expuso, entre otras cosas interesantes, como una buena universidad debe cumplir además otra condición: "no puede ser una institución con ánimo de lucro". También al mismo tiempo pedía que no se podía discriminar, desde el estado, una buena universidad por ser privada en la financiación pública de la investigación, que es un esfuerzo colectivo de toda la comunidad científica y académica.
Vamos ahora a la pregunta inicial: ¿Qué rasgos específicos de calidad ofrece una universidad de inspiración cristiana, además de la calidad más genérica citada? No pretendemos responder desde los documentos del Magisterio, la teoría o los idearios, sino desde lo que se concreta finalmente en prácticas institucionales. Veamos algunas de las dimensiones, presentes en mayor o menor medida, también dependiendo de los estudios que se trate:
Una primera dimensión es que debe formar buenos profesionales. Y eso en una sociedad dinámica y cada vez más exigente es un reto permanente. Los profesionales universitarios no pueden ser hoy unos meros técnicos o aplicadores de conocimientos sino que, en la sociedad del conocimiento en la que estamos, deben ser también creadores de conocimiento. Una dimensión muy importante de la investigación universitaria es, por tanto, que permita formar buenos investigadores dentro de sus ámbitos profesionales. Así pues los estudiantes en su proceso de formación deben pasar a tener un rol activo, en lugar de un rol pasivo con el conocimiento. Por eso la universidad debe estar permanentemente abierta a la racionalidad y a la argumentación y fomentar procesos creativos y de cambio. Lo que valía ayer quizás no sirva para mañana. Es la actitud de estar confiadamente en el presente con una mirada atenta hacia el futuro, algo que es natural al hacer de una institución de inspiración cristiana.
Otra dimensión es la formación integral. Esta puede estar reforzada por la presencia o el estudio de las Humanidades, la Antropología, las diferentes Ciencias Religiosas, ... No basta con estudiar las materias de la propia especialidad, hay que tener una parte del currículum para cubrir la necesidad de formación de todas las dimensiones de la persona y también la dimensión religiosa y espiritual. Una materia importante a remarcar aquí, para cualquier profesión, es la Ética profesional. En ella está el modelo de profesional-persona que se quiere formar. La Ética no es exclusiva de la Universidad de inspiración cristiana, sin embargo el Evangelio le da el acento especial que permite ir más allá de estas "éticas de mínimos", que están de moda, pero que cuando hay conflictos, no siempre son suficientes. Esto daría para más...
Un aspecto que también sería largo, y sobre lo que ya habíamos escrito, es la importancia competencias genéricas o transversales. Por ejemplo: la responsabilidad, la capacidad para el trabajo en equipo, la creatividad, la capacidad de comunicación, de liderazgo y emprendeduría... No son exclusivas de la universidad y es más fácil de decirlo que trabajarlas realmente, porque para eso es necesario que haya espacios y tiempos en los planes de estudios. Es una dimensión importante, porque el modelo de persona y profesional debe traducirse en las prácticas educativas de las instituciones. No podemos decir por ejemplo "es importante la responsabilidad" y que no haya espacios o formas de interacción para fomentarla, o incluso que la práctica contradijera las expectativas... Muchas de estas competencias son posibles, en la universidad de inspiración cristiana, precisamente porque hay espacios de interacción, como por ejemplo los Seminarios, que facilitan el diálogo y que permiten además compartir perspectivas sobre los temas y problemas entre profesores-tutores y estudiantes. Trabajar en estos entornos sobre temas de actualidad, por ejemplo, permite ir compartiendo criterios sobre temas delicados que preocupan a los jóvenes, lo que contribuye a hacer este puente entre el conocimiento teórico y la vida. No siempre los valores que salen y se comparten son los del mundo en el que viven los jóvenes. Estos espacios pues permiten también abrir perspectivas a la visión cristiana razonada. No sería posible todo esto sin los profesores que, dentro del valor universitario de la libertad de cátedra, muchos tienen también el valor del testimonio. Queda pendiente para otra entrada tratar el tema tan importante del profesorado.
Algunos de los otros elementos son: la Pastoral Universitaria, que está también en las universidades públicas. O la acción cultural a través de cursos, conferencias, universidades de verano, etc. que tienen finalmente un impacto social y cultural. Aquí la universidad de inspiración cristiana tiende puentes entre sectores profesionales diferentes de la sociedad, agentes diferentes (públicos y privados) e instituciones cristianas. Una anécdota: En una reunión con rectores europeos de la EUA (European University Association) que trataba el tema del impacto cultural de la universidad, un representante de una universidad pública catalana, del que no diré el nombre, dijo: " De hecho debemos reconocer que la universidad (se refería a la pública) no tiene ningún tipo impacto cultural ". Todos los rectores europeos presentes en la sala protestaron visiblemente, discrepando enérgicamente en las diversas sucesivas intervenciones ante lo que acababan de escuchar... Una universidad puede ser universidad sin impacto cultural?! La universidad de inspiración cristiana si que aspira a tener impacto cultural.
En resumen: La universidad de inspiración cristiana es una alternativa que tiene unas propuestas y formas de funcionamiento diferenciadas. Trata de reunir todos los elementos posibles para formar a la persona del estudiante que, más allá de sistemas y programas, se convierte en el centro y el protagonista de la Universidad. Es una realidad que acoge estudiantes cristianos y también estudiantes no cristianos, un ámbito donde proponer, compartir, dialogar, y permitir también presentar -junto a las especialidades- la razonabilidad de la fe... Y ser testigo de ella en contextos tan secularizados como son los contextos universitarios e intelectuales en nuestro país.
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