Las exportaciones de material español de defensa en 2010 han sido de 1.128,3 Millones de euros, una cifra 16,2% inferior al 2009 que ha situado a España en el 7º lugar del ranking mundial de exportadores, detrás de Estados Unidos, Rusia , Alemania, Francia, Reino Unido y China. Si excluimos Alemania de esta lista de países, tenemos a los cinco ESTADOS Miembros del Consejo Permanente de Seguridad de Naciones Unidas; todos ellos con derecho de veto y ejerciendo el control del 75% del mercado mundial de armas. La misión de este Consejo Permanente es velar por la paz en el mundo, prevenir conflictos, organizar Misiones de paz, decretar embargos y mediar en los conflictos existentes. Es decir, que aquellos que tienen por responsabilidad velar por la paz en el mundo tienen el control legal de las exportaciones de armas y resultan ser los principales exportadores del mundo.
En cuanto a los clientes de armas españolas, hay que mencionar que están destinadas a países que están en conflicto armado como Colombia o Israel, países que se encuentran en situación inestable o de tensión, como Filipinas, Indonesia o Sri Lanka, o países donde existen serias preocupaciones sobre el respeto de los derechos humanos como Indonesia, Kenia, Malasia o Tailandia, países históricamente enfrentados como India y Pakistán, países con represiones internas como Turquía, Arabia Saudí o Marruecos, países como Angola donde la situación interna es muy delicada y frágil, países de los más pobres del mundo, como Burkina Faso, Angola, Kenia y Mauritania, o países que debido al su elevado grado de militarización, destinan más recursos al ámbito militar que al de la salud y educación como Angola, Arabia Saudita, Ecuador, Israel, Jordania, Pakistán o Sri Lanka.
En teoría, la Ley de control de exportaciones de armas española establece que no se venderán armas a países sancionados, inestables, en conflicto armado, que vulneren los derechos humanos, que no condenen el terrorismo, o que tengan un nivel de bienestar delicado. A la luz de lo que dice la Ley, cabe preguntarse cómo interpreta el gobierno las exportaciones mencionadas anteriormente.
Por otra parte, hay que tener presente que la propia Ley de control de exportaciones de armas establece que los resultados sobre exportaciones de material de defensa están clasificadas de acuerdo con la Ley de secretos oficiales. Es decir , los exportaciones de armas tienen la Clasificación de secreto de Estado y por tanto no están sometidas a control Parlamentario. ¿Por qué son secretas? Primero, porque así lo expresa la Ley y, en segundo lugar, porque los compradores de armas así lo desean, de modo que nuestros gobernantes están accediendo a las demandas de los compradores.
Muchas de las exportaciones de armas empeorarán la inestabilidad regional y los conflictos latentes a la vez que alargarán los conflictos ya existentes. En definitiva, exportar armas supone exportar sufrimiento humano a diferentes lugares del mundo, apoyándose sobre el secretismo en la toma de decisiones y el negocio subyacente.
Tica Font
Tica Font es directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz (Institut Català Internacional per la Pau)
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