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El domingo pasado oí por radio la misa conventual del monasterio de Santa Maria de Montserrat. Encontré interesante la homilía del padre Joan Carles Elvira, antiguo prior. Entre otras cosas ha hablado de las dificultades que tenemos hoy los cristianos de entender la Biblia y comprender la riqueza de sus contenidos. Sus palabras me han servido para construir esta reflexión. A muchos cristianos nos pasa lo mismo que a Samuel cuándo todavía “aun no conocía Samuel a Yahveh, pues no le había sido revelada la parlabra de Yahveh” (1Sm 3,7).No la entendemos porque no preservaremos en su escucha. Dios nos habla a través de las Sagradas Escrituras y Jesucristo establece la comunicación definitiva y última porque comunica y hace comprensible toda la palabra de Dios. La gran fuerza de Jesús, Dios encarnado, es que nos revela el misterio de la persona humana y por eso lo entendemos. Por eso es importante la actitud de Samuel que dice “habla, Yahveh, que tu siervo te escucha” (1Sm 3.10).

¿Qué tenemos que hacer los cristianos para iniciarnos en la escucha de Dios?. El padre Joan Carles Elvira ha sugerido las siguientes propuestas. En primer lugar, amar el silencio. Las personas hemos de aislarnos con objeto de salir del ruido ambiental y situarnos en la condición de intentar escuchar. Se trata de alimentar la interioridad. La segunda propuesta es perder el miedo a adentrarnos en la lectura de la Biblia. Hay que educar la práctica de lectura bíblica para descubrir la riqueza de los textos. Las lecturas bíblicas de la liturgia ayudan a escuchar e interpretar el sentido de la palabra de Dios. El método de la Lectio Divina es también un buen recurso para adquirir el método y hábito de la lectura bíblica.
Finalmente, hay que cultivar el encuentro con Jesús la Palabra hecha carne. El descubrimiento de Jesús es un descubrimiento de la Palabra en la historia de la humanidad. Por eso, la liturgia de la Iglesia católica sitúa a principios del año los textos que muestran el descubrimiento de Jesús y su seguimiento por parte de los primeros discípulos. En este proceso destaca la actitud de san Juan Bautista, el Precursor, que sabe abrir el camino hacia Jesús. No busca protagonismo, sino abrir su camino e invita al seguimiento de Jesús. Él mismo da testimonio de cuál es este camino y enseña que cuando encuentra a Jesús sabe apartarse discretamente. El padre Joan Carles Elvira ha dicho que hoy quizás nuestro iglesia carece de estos profetas que abren caminos y que saben apartarse para que los cristianos sigamos a Jesús. San Juan Bautista es el gran evangelizador fiel. Su ejemplo tiene que ser un estímulo para que nosotros irradiemos a nuestro alrededor la alegría de ser cristianos.

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