(Jordi Llisterri -CR/Roma) Los obispos catalanes se han sumado este miércoles por tarde en la celebración de Miércoles de Ceniza que ha presidido el papa Francisco, la primera de su pontificado. Coincidiendo con la visita "ad limina" que están haciendo esta semana en Roma, los obispos han participado en la celebración que tradicionalmente se celebra en la basílica de Santa Sabina.
La misa ha sido concelebrada con los numerosos cardenales asistentes, entre ellos el arzobispo Lluís Martínez Sistach. La mayoría de los obispos catalanes se han añadido a la procesión que transcurre entre la Basílica de San Anselmo de los benedictinos, hasta Santa Sabina que regentan los dominicos. Una procesión que hacen conjuntamente los dos órdenes religiosas.
Antes de imponer las cenizas, Francisco ha abierto la Cuaresma con una homilía de tono grave en la histórica basílica paleocristiana del Aventino. Indicó que la Cuaresma es un momento para "abrirse a Dios y a los demás". Y siguiendo su discurso habitual, ha levantado ellos ojos de los papeles y ha denunciado cuando ve "en pequeños ambientes cotidianos la lucha de poder para ocupar espacios. Entonces pienso: este gente juega a ser Dios creador. No se dan cuenta que no son Dios!"
Francisco ha ofrecido tres formulas muy concretas de seguir la Cuaresma a partir de la oración, el ayuno y la limosna. Una oración "que interceda por las muchas situaciones de pobreza y sufrimiento", un ayuno que "tiene sentido si realmente toca nuestra seguridad y logra un beneficio para los demás y nos ayuda a crecer en el estilo del Buen Samaritano"; y una "caridad" que "nos libere de la obsesión por el poder y del miedo a perder el propio bienestar ".
Por otra parte, este miércoles por la mañana los obispos catalanes han entregado varias reliquias de mártires catalanes del siglo XX al memorial que hay en la Basílica de San Bartolomé en la Isla Tiberina. Este espacio, impulsado por Juan Pablo II, está custodiado por la comunidad de Sant'Egidio.
Los obispos han entregado las reliquias de beatos recientes: del obispo Manuel Borrás y sus compañeros de Tarragona; de Josep Samsó, rector de Mataró, de curas mártires del obispado de Urgell, y de las hermanas Fradera, misioneras del Corazón de María , de Girona.
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