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Catalunya Religió

(Glòria Barrete/Eulàlia Muntané –CR, Sabadell) Este sábado muchos centros de esplai salesianos aprovechaban la jornada para celebrar la fiesta de Don Bosco con los niños y jóvenes de sus proyectos. Lo hacían desde el tiempo libre, con alegría, juegos, bailes y las tradicionales Buenas tardes salesianas, un rato de plegaria y oración que sirve para reflexionar y evangelizar a los más pequeños a través de canciones, cuentos o trozos del evangelio.

Uno de estos esplais salesianos es el Triqui i La Sala, el centro juvenil en Sabadell que la comunidad salesiana establecida allí dinamiza con la ayuda de una trentena de monitores voluntarios que se encargan de transmitir el carisma salesiano de Don Bosco des de los más pequeños hasta las secciones de jóvenes.

Y es que San Juan Bosco, además de escuelas y comunidades también fundó el concepto de oratorio, un espacio donde se llevaba a cabo su sistema preventivo y donde el joven podía crecer y profundizar en su fe a través del tiempo libre, el deporte y los juegos y que se ha transformado en la actualidad en los esplais y centros juveniles salesianos.

El responsable salesiano del Triqui, José Luis Navarro, hace referencia al sueño de los 9 años de Don Bosco, donde el santo empieza a discernir su carisma educador a partir de la voz del sueño que le dice “no con golpes, si no con amor”. Un carisma que para la coordinadora de la sección de pequeños del Triqui, Anna Vidal, se refleja “en la alegría, la sonrisa y la manera de estar con los pequeños” y es que según indican dos parejas de niños y niñas del esplai: “Don Bosco era simpático, amable, te defiende y es un padre, maestro y amigo para todos”.

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