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Catalunya Religió

(David Casals CR) La semana de oración para la unidad de los cristianos, que se celebra estos días, lleva muchos años de bagaje. Poco a poco, y al cabo del tiempo, se han logrado crear lazos cada vez más intensos a escala local que van más allá del conocimiento mutuo. La amistad y la solidaridad han ido consolidándose a nivel local, en el ámbito comunitario, aunque todavía hay mucho trabajo por hacer para lograr la unidad de los cristianos, como explica en una entrevista en CatalunyaReligió.cat Maria Rosa Ocaña, delegada de ecumenismo de la iglesia ortodoxa de la Protecció de la Mare de Déu, situada en la calle Aragón de Barcelona y fundada hace 40 años.

"A lo largo de los años se ha ido creando un poso. Mediante los contactos ecuménicos han surgido contactos y amistades, se han ido creando vínculos, un vínculo" entre iglesias orientales, católicos y protestantes, explica, aunque a escala global las diferencias continúan.

Hoy en día se hacen gestos que "hace 70 años hubieran sido imposibles". Por ejemplo, hay comunidades ortodoxas que se ubican en dependencias de la Iglesia católica, y también iniciativas solidarias. En este sentido, recuerda que entidades sociales católicas y protestantes han dispensado ayuda a muchos fieles ortodoxos que viven en Cataluña.

El ecumenismo en una sociedad plural

Según Ocaña, el ecumenismo es necesario, aunque todavía hay obstáculos. "No todo el mundo participa en el diálogo, aún quedan actitudes de cierto recelo, vinculadas especialmente a la dureza de las "historias vividas".

"Me gusta resaltar el hecho de que ha habido personas con un cierto componente de profetismo, que se han adelantado a los tiempos" y han hecho bandera del ecumenismo. "Estamos conviviendo en una sociedad cada vez más plural, donde no puedes obviar al otro", añade.

A pesar de todo, siguen las diferencias, vinculadas a "aspectos de la teología profunda donde hay interpretaciones diferentes", y de ahí, las diferentes eclesiologías. "Quedan grietas profundas", pero poco a poco, católicos, protestantes y ortodoxos van estrechando sus lazos, lo que permite recordar "el cristianismo primitivo, donde todos eran uno".

Los iconos como punto de partida

Los iconos son elementos emblemáticos de las iglesias orientales. Según Ocaña, también pueden ser una herramienta para el ecumenismo, ya que a menudo los creyentes católicos que se sienten "muy atraídos" por la iconografía ortodoxa, una tradición que a lo largo de la historia "se ha preservado de forma muy cautelosa".

Ocaña ha destacado la importancia del "silencio, la contemplación y la oración" que llevan los iconos, y que permiten a los receptores acercarse "a una espiritualidad, la oriental, que en Occidente puede hacer mucha falta".

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