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Catalunya Religió
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(Jordi Llisterri -CR/Poblet) "Si algo somos es por lo mucho que hemos recibido, porque nuestra riqueza siempre proviene de los otros, empezando por Jesucristo Nuestro Señor". Así agradecía el teólogo Josep Gil i Ribas el homenaje cívico e institucional que ha acogido este sábado el Monasterio de Poblet. Los representantes institucionales de Tarragona y más de 300 amigos, familiares, y compañeros sacerdotes y académicos, han reconocido la trayectoria de mosén Gil como responsable de una amplia producción teológica, gran formador, y como impulsor de una iglesia más arraigada y transparente. Un homenaje que llega pocos días después de cumplir los 85 años con los que continúa activo en la parroquia de El Catllar de Tarragona.

"Totalmente abrumado, por no decir una palabra improcedente", así dijo que se sentía Josep Gil después de tantos elogios en los discursos del acto, y que recibía el homenaje pensando que "lo merecen todos los que han trabajado tanto a lo largo de la vida".

Se mostró abrumado por la Miscelánea que ha sido editada por Publicacions de l'Abadia de Montserrat sobre "Fe y valores humanos" con las firmas más relevantes de la Facultad de Teología de Cataluña; abrumado por el acto en un Monasterio "que nos hace respirar de una manera diferente", y abrumado por recibir el reconocimiento junto al arzobispo de Tarragona.

"Amo esta tierra y escribo en catalán porque no sé más y sería traicionarme hacerlo de otra manera", expuso Gil como motivación de su trayectoria: una" insustituible fidelidad a la tierra", " de la misma que soy hijo de la Iglesia", "orgullosamente presbítero", y "profundamente creyente".

El acto de reconocimiento se inició con la bienvenida del abad Josep Alegre y la presentación de Francesc Escobar, presidente de Justicia y Paz de Tarragona, la entidad promotora del acto. Escobar destacó la coincidencia con la finalización de los diez volúmenes que ha publicado en los últimos años Josep Gil de la "Historia del pensamiento cristiano".

Los primeros discursos repasaron las aportaciones de Josep Gil en el ámbito académico y pastoral. Josep Castanyé, profesor de Facultad de Teología, resumió cómo "la reflexión teológica de Josep Gil siempre es compartida y reposada". Un proceso creativo que el propio Gil compara con la parsimonia de un "fumador de pipa". Para Castanyé, Gil ha unido el ser "fiel al mensaje cristiano" y el ser "fiel en su esfuerzo por hacer la iglesia más transparente". Un estudio que siempre se ha combinado con la praxis pastoral que impulsó el Concilio Vaticano II.

Joan Martí i Castell, ex rector de la Universidad Rovira y Virgili, relató la "visión crítica del pensamiento cristiano" y "apología de la libertad de las personas" que ofrecece la obra de Gil, "distanciado de la demagogia fácil o de la intransigencia estéril". Y destacó como fundamental "la armonía que plantea entre fe y razón" en un creciente contexto de secularidad. "Josep Gil reconoce que la Iglesia tiene miedo especialmente de lo no conocido, de la novedad, que ha puesto a la defensiva a la Iglesia", explicó enumerando la lista de temas pendientes que tiene abierta la Iglesia, entre ellos el papel de la mujer. También acusó a la Iglesia española de ser "una de las más resistentes" con una referencia gratuita a determinados movimientos eclesiales.

En nombre de la Facultad de Teología de Cataluña, el decano Armand Puig, expresó el agradecimiento institucional: "fiel a la Facultad, con una disponibilidad indescriptible". Y lo definió como "un referente del clero de Tarragona" que con el arzobispo Pont i Gol pudo "sentar cátedra". Josep Llort, de la Real Academia de Doctores, explicó que la institución no había contado nunca con un teólogo hasta el ingreso del doctor Gil. Elogió su labor en la academia como "uno de los interpeladores más profundos de los científicos en los puntos en los que la ciencia intenta establecer conclusiones".

Después de dibujar este perfil, se sucedieron un rosario de reconocimientos los representantes de las administraciones públicas. De hecho, la mayoría de representantes que eran presente debido a su cargo, también tenían una relación y un recuerdo personal de la tarea de mosén Gil: el alcalde de El Catllar, Josep Galvaldà, donde ha pasado más años y de donde es hijo ilustre, el alcalde de Reus, Carles Pellicer, ciudad natal de Gil, y el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, quien aún recuerda su labor como rector en la parroquia de Sant Pau y donde vio que "la raíz de la acción pastoral de mosén Gil está en buena parte en Vidal y Barraquer". El vicepresidente de la Diputación de Tarragona, Josep Maria Cruset, el director general de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell, y el delegado del Gobierno en Tarragona, Joaquim Nin tambien reconocieron las aportaciones de Josep Gil a la sociedad tarraconense y catalana des de los tiempos difícilies de la dictadura hasta hoy.

El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, cerró los agradecimientos institucionales reconociendo su limitación para definir los 62 años de servicio de Gil como sacerdote de Tarragona, cuando él lleva sólo nueve años de Arzobispo. "Quiero seguir contando con tu ayuda y colaboración", le explicitó el arzobispo a mosén Gil para reconocer su trayectoria sacerdotal y académica en la diócesis.

Otras instituciones se añadieron a los agradecimientos al final de la comida como Rosa María Tarrida, presidenta de Cristianisme al Segle XXI y Josep Torrens, representando Església Plural. También el presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet, habló después de la comida.

En la segunda parte del acto de la mañana se hizo un breve mesa redonda sobre "Teología y sociedad hoy" con compañeros de docencia de la Facultad de Teología de Cataluña. Gaspar Mora explicó cómo la reflexión teológica debe tener "el Evangelio como criterio último"; Armand Puig citó varios retos en la evolución "de un modelo de cristiandad a otra cosa que todavía no sabemos que es"; Oriol Tuñí remarcó el pluralismo de las fuentes teológicas, "venimos de cuatro Evangelios y el Nuevo Testamento nos habla de Jesús de muchas maneras"; Xavier Alegre hizo hincapié en la necesidad de que la teología actúe para hacer entender que "Jesús se hizo solidario con los pobres y denunció las causas de la injusticia", y Josep Castanyé pidió una teología que "se 'debe ocupar en primer lugar de los hombres y de sus problemas. No hablar tanto de Dios, como hablar delante de Dios ".

Para cerrar la tabla, Josep Gil mostró su voluntad de hacer teología "desde la sociedad" y por tanto "desde la laicidad, llevando a una iglesia de una estructura clerical a una laical".

El acto terminó con una comida en la Hospedería del Monasterio con 270 personas. Entre las adhesiones recibidas, se leyó la del arzobispo de Urgell y secretario de la Conferencia Episcopal Tarraconense, Joan-Enric Vives. Antes de la despedida mosén Gil quiso agradecer públicamente una a una las personas que organizaron del acto . "No soy nadie, pero quisiera ser alguna cosa para todos", resumió Gil como actitud que ha marcado su vida.

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