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Catalunya Religió

VII Congreso de la Associació Cristianisme al Siglo XXI

(Ramón Bassas / CR) "Un maestro mío, cuando estaba en Francia, me decía 'un optimista es un idiota alegre y un pesimista es un idiota triste". Así resumía, en una de sus intervenciones, el activista y filósofo Jordi Porta la necesidad de optimismo ante las sensaciones contradictorias de los asistentes al VII Congreso de la Associació Cristianisme al Segle XXI, celebrado el pasado fin de semana en el Colegio de los Jesuitas de Sarrià, en Barcelona. El tema principal fue las nuevas tecnologías y su impacto en los valores de la sociedad actual. Efectivamente, las cuatro ponencias y los diálogos que las sucedieron se movían entre los que defendían las enormes posibilidades de los avances que ofrece la innovación tecnológica, también en el ámbito de les relaciones personales, y la mirada crítica o escéptica de otros participantes.

Las dos posturas se vieron claramente reflejadas en la ponencia que, bajo el título "Dinamismos de caos, perjuicios y aspectos positivos", protagonizaron el sábado por la tarde el profesor de historia Jaume Botey y el psicólogo y educador Jaume Funes. Mientras Botey encuentra en las posibilidades de las tecnologies más modernas, tanto las de la información como las de la investigación, "el viejo mito del hombre que quiere ser dios y termina saliendo del paraíso", Funes recalcaba que "saber, crear y participar es hoy más posible", conscientes de que "ya no volverán las respuestas globales". Botey alertaba de la "desaparición de la vida real" ante el atractivo de las redes sociales y Funes advertía que estamos en una "crisis de la docencia" más allá de Facebook y Twitter, y que estos nuevos mecanismos apuestan por una "culturalidad dinámica".

El reto del Congreso, así, era de qué manera pueden vivirse los valores en una sociedad donde son tan presente las nuevas herramientas tecnológicas, especialmente entre los jóvenes. Por la mañana del sábado, els profesores Santiago Ramentol, David Jou y Joan M. Tresserras apuntaron algunos rasgos. Al día siguiente, el biólogo Ramon M. Nogués y la filósofa Begoña Román se adentraban en los límites éticos de los nuevos paradigmas. "Nos encontramos con la paradoja", ilustraba Nogués, "que en Italia ya hay personas que demandan al Estado por no haber sido abortados, conociendo éste sus riesgos genéticos ". Y, por último, el profesor F. Javier Vitoria ilustraba sobre cómo actuar desde la fe cristiana en este nuevo contexto.

Jordi Porta moderó un Congreso que, con 150 asistentes, llega a la VII edición -de la que, como las otras, se editarán las actas- con la participación de expertos creyentes y no creyentes que tienen como objetivo, desde de su polémica fundación el año 1999, averiguar "cómo debe ser la Iglesia del siglo XXI", como recordaba su presidenta, Rosa Maria Tarrida, en el acto de apertura del evento, convocado por las 14 entidades en las que se basa la Asociación.

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