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Catalunya Religió
(David Casals / CR) Comienza la celebración del Año Wesley en Cataluña: un acto institucional celebrado este sábado en la Iglesia Protestante de Barcelona Centro (Talleres, 26) ha servido para dar la bienvenida a un conjunto de eventos que se harán a lo largo del 2012 para recordar la figura del fundador del metodismo, John Wesley.
El metodismo es una de las principales denominaciones del protestantismo: nace en Gran Bretaña en el siglo XVIII, de la mano de John Wesley y de su hermano, entre otros colaboradores. Inicialmente no quería ser una iglesia independiente de la Anglicana, pero con el paso del tiempo se acabó separando.
El pastor Ignacio Simal recuerda que el metodismo defiende un "cristianismo social". Ante una Iglesia Anglicana fría y alejada de los humildes, en los inicios de la Revolución Industrial, se inicia este movimiento.
Una de sus aportaciones es la universalidad de su mensaje. Ante la teología protestante clásica que puede tener cierto componente que podría ser tildado de elitista (al dirigirse a una minoría de creyentes, los escogidos por Dios), el metodismo es universal.
"Es un mensaje de Cristo dirigido a todo el mundo, y todo el mundo puede llegar a la perfección cristiana, todo el pueblo", indica Simal, que también añade otras singularidades del metodismo: se rompe el dualismo entre pastores y laicos -ya que el metodismo incorpora predicadores laicos- y es un cristianismo social, ya que "la santidad, al igual que la salvación, es social y de ahí que la iglesia deba ser testimonio del Reino de Dios en la tierra y hacer de la utopía una realidad ". Esta preocupación social se traduce en microcréditos, escuelas para niños y adultos, programas de visitas a los a enfermos, obra social y sanitaria, primero en Inglaterra, después al otro lado del Atlántico y finalmente en todo el mundo.
El talante del metodismo
Según Enrique Capó, la frase de John Wesley:"Pensamos y dejamos pensar" ilustra perfectamente cómo es el metodismo, donde lo importante "ya no es la identidad: ser católico, bautista, u otros hermanos, sino si la conversión a Cristo era el centro de la vida cristiana ".
Llegada en Cataluña
Fue en el año 1868 cuando, tras la Revolución, se reconoció por primera vez en España la libertad religiosa, lo que aprovecharon sobre todo misiones evangélicas extranjeras para empezar a predicar y evangelizar el Estado.
Entre los primeros grupos que llegaron, los metodistas: un matrimonio se instaló en Es Castell (Menorca) donde inició una tarea de evangelización, y un enviado de la Sociedad Misionera Wesleyana, William Thomas Brown, empezó a trabajar en Barcelona repartiendo Evangelios y predicando en la calle.
Lo ha explicado Carme Capó, historiadora que ha especializado sus investigaciones en los inicios del protestantismo en Cataluña y Baleares: "En quince años, la obra había llegado a su punto más álgido y en Cataluña, tenía siete puntos de predicación en Barcelona y el Vallès, y ocho escuelas que de día eran para niños, y de noche para adultos ".
Con la Restauración borbónica en 1876, vuelven de nuevo las dificultades para los protestantes. De hecho, a partir de entonces se impuso la clandestinidad, los periodos de cierre, persecuciones, incautaciones y ausencia de manifestaciones públicas; una situación a la que sólo se pone fin en 1978, con la actual Constitución, con la excepción del breve paréntesis de la Segunda República.
Carmen Capó destaca de los pioneros metodistas su entusiasmo y sus convicciones: fundan comunidad religiosa y escuelas. Hoy, de toda aquella obra creada a finales del siglo XIX, permanecen iglesias protestantes de origen métodista en la calle Tallers de Barcelona, y en ​​los barrios de Poblenou y Clot, L'Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet y Rubí. Las escuelas que había en Barcelona y Rubí cerraron el año 1939, tras la caída de Cataluña en la Guerra Civil y la entrada de los franquistas, y nunca más reabrieron.
En los años 50, estas comunidades se integran a la Iglesia Evangélica Española (IEE), dando lugar a una iglesia unida de tradición metodista y presbiteriana, y hoy mantienen su compromiso social con proyectos como Fraternadal en Rubí, la residencia de ancianos Bet-San en Santa Coloma de Gremenet, y 'El Faro', también en Santa Coloma, que gestiona varios proyectos: entre otros, pisos de acogida, un centro dirigido a niños en riesgo de exclusión y ahora promueve un hogar para niñas y adolescentes que han quedado embarazadas y por sus hijos en Bolivia .
De las primeras comunidades metodistas, Capó destaca su "entusiasmo alentador". Por un lado, porque creían que el mensaje del Evangelio no sólo implicaría "una transformación de la vida humana en todas las dimensiones", sino que, también, todo serviría para transformar España y Cataluña y contribuir a su modernización. Sin este entusiasmo, fe y convicción, la obra metodista no hubiera logrado perdurar hasta el día de hoy a pesar de las dificultades políticas de la época.
En el acto del sábado estuvo presente el director general d'Afers Religiosos, Xavier Puigdollers, y el responsable de la Oficina d'Afers Religiosos de l'Ajuntament de Barcelona, Ignasi Garcia i Clavel, y representantes de otras confesiones cristianas y del movimiento ecuménico, como el capuchino Joan Botam.

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