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Catalunya Religió

(Jordi Llisterri - CR) Esta semana, coincidiendo con la celebración del Corpus, las Cáritas de las diócesis de Cataluña han presentado su balance anual. Es imposible hacer un recuento exacto del movimiento total que representan porque cada una funciona de manera autónoma y los informes no recogen de la misma manera el trabajo de cada diócesis y de cada parroquia. Pero la suma de los datos presentados permite aproximar la cifra de 35 millones de euros como el importe que, durante el 2011, movilizaron las Cáritas de los diez obispados catalanes. Detrás de estos gastos también hay unos 8.000 voluntarios que hacen posible la labor diaria de Cáritas.

Estas son algunos de los datos que se han hecho públicos esta semana coincidiendo con la colecta extraordinaria de Cáritas que, como cada año, se hace por Corpus y por Navidad en todas las parroquias de Cataluña. La celebración religiosa del Corpus está plenamente vinculada a la acción social de la Iglesia.

El contexto económico también queda reflejado en los balances de Cáritas de los últimos años. En 2007 los gastos de todas las Cáritas de Catalunya no llegaba a los 20 millones de euros. Ahora, algunas diócesis casi han doblado el importe que gestionaban antes de la crisis y en conjunto llegan casi a los 35 millones. La mayor parte de este dinero proviene de fondos privados y en la mayoría de diócesis las aportaciones públicas están entre el 20% y el 30% de los ingresos. En el caso de Barcelona, ​​las subvenciones públicas son sólo el 11% de los ingresos, y, paradójicamente, entre todas las administraciones públicas sólo igualan la cifra que aporta la Obra Social "la Caixa" para el programama Proinfancia: 2,5 millones de euros.

El número de beneficiados por la acción de Cáritas en Cataluña todavía es más difícil de contabilizar con exactitud por la diversidad de programas y porque el trabajo directo de las Cáritas en las parroquias muchas veces no queda registrado en el balance de los programas conjuntos de la diócesis. Pero a partir de los datos que esta semana se han presentado en Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona, se puede aproximar que al menos unos 300.000 catalanes han recibido algún tipo de ayuda de Cáritas en el último año.

Situación límite

Aunque los responsables de Cáritas no siempre quieren hablar de situación límite, este año en las presentaciones del balance anual han explicitado más crudamente las dificultades que tienen que resolver desde los servicios diocesanos y desde las parroquias, y de situaciones que los desbordan.

"Algunas escuelas empiezan a ver casos de niños con desnutrición", explicaba el director de Cáritas Solsona, Josep Vidal. También el delegado episcopal de Pastoral Social de Tarragona, Santi Soro, hablaba de "casos muy angustiosos: hay niños que no pueden cenar y que la única comida que hacen es la del comedor escolar, otros no pueden ni pagársela". Y añadía que a las personas que llegan a las parroquias "no podemos solucionarles todos sus problemas pero al menos tienen un espacio donde poder hablar, donde sentirse acogidos."

Ramón Baró, director de Cáritas Lleida, explicaba también que "los casos que nos llegan son más complejos y requieren cuidados en más ámbitos" y que "teniendo en cuenta que los recursos van a la baja hemos tenido que priorizar las personas que el sistema público no atiende". En la mayoría de Cáritas también se detecta que después de cuatro años de crisis baja el número de demandas de personas de origen extranjero y que cada vez llegan más peticiones de personas que nunca habían utilizado los servicios sociales.

Los datos muestran que las aportaciones han subido, pero también se encuentra gente que tiene que ayudar a familiares en situación de desempleo y que dicen que ya no pueden hacer ningún donativo porque "tengo a Cáritas en mi casa". También se está reduciendo o desapareciendo la financiación pública de algunos programas concertados con la administración y para mantenerlos Cáritas debe utilizar recursos propios. Esto explica que, por ejemplo, en Barcelona durante el 2011 hayan tenido que vender patrimonio procedente de donaciones y legados por valor de un millón de euros, y que durante los primeros meses de 2012 ya hayan tenido que hacerlo por un importe similar.

A pesar de todo, esta semana el director de Cáritas de Barcelona, ​​Jordi Roglà, cerraba la presentación del informe anual asegurando que "viendo cómo está respondiendo la comunidad cristiana no pensamos en ningún momento cerrar ninguna actividad de Cáritas".

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