(CR) Este domingo 17 de junio se han cumplido 20 años de la inauguración del Centro Abraham, el templo que acogió los servicios religiosos de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 y que luego se convirtió en la parroquia católica del Patriarca Abraham.
El Centro Abraham se construyó para dar acogida a los servicios religiosos de la Villa Olímpica para las cinco confesiones reconocidas por el Comité Olímpico Internacional: católicos, protestantes, islam, budistas, y judíos. El centro se construyó por un acuerdo en que el Ayuntamiento cedió el solar y el arzobispado de Barcelona se hizo cargo de la construcción del templo.
Durante los Juegos Olímpicos, cada confesión dispuso de un equipo de agentes pastorales que se alojó en el mismo edificio, convirtiéndolo en un espacio singular de convivencia interreligiosa entre los 25 responsables pastorales y los 14 voluntarios de diferentes confesiones. Cada religión tenía un espacio permanente de culto y los días de la semana más importantes para cada religión se celebraba el culto en la nave principal. La experiencia se repitió durante los Juegos Paralímpicos del mismo verano. El teólogo Salvador Pié fue el responsable de la organización de los servicios religiosos de los Juegos Olímpicos.
La construcción del templo se encargó a Josep Benedito y Agustí Mateos que lo concretaron en un singular edificio de evocación marina. La planta del edificio en forma de pez, las paredes evocando las velas con un estilizado campanario en forma de mástil, y el techo de la sala principal en forma de barco, son algunos de los elementos más significativos. El reto fue construir un espacio de culto que fuera compatible para todas las religiones que harían uso del edificio. La decoración del espacio principal destinado al culto se resolvió con un mural evocativo de la hospitalidad de Abraham que realizó Josep Maria Riera Aragó.
En la inauguración del 17 de junio, un mes y unos días antes del inicio de los juegos, intervinieron representantes de las tres religiones monoteístas junto con el cardenal Ricard Maria Carles y el alcalde Pasqual Maragall. En la inauguración se interpretó un Oratorio dedicado al patriarca Abraham escrito por el poeta Carles Torner.
En este artículo de Josep Rom, que también participó en el proyecto, podéis leer una amplia reflexión sobre els criterios y el trasfondo de la construcción del centro Abraham, que se mantiene como uno de los templos más singulares de Barcelona.
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