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Catalunya Religió
(Victoria Molins / CR) Benallar ha celebrado su décimo aniversario y lo ha hecho con una fiesta que ha llenado la iglesia del Carmen de Barcelona el pasado 25 de octubra.
Su rector, Josep Maria Rierola leyó y comentó la primera carta a los Corintios en una celebración emocionante. También participó Montserrat Esteve, periodista de TV3 y Radio Estel, que, con su palabra, dirigió el acto y acompañó a todos los participantes. Esteban recordó los comienzos pobres e incluso utópicos, como todas las obras que se realizan en bien de los demás con pocos medios, y dirigió frases alentadoras a los voluntarios y a todos los amigos de Benallar que durante estos diez años han convivido, han disfrutado y han sufrido las consecuencias primero de la inmigración y ahora de la crisis. Y acabó con aquellas palabras que aún emocionan en las bóvedas modernistas de la iglesia del Carmen: "No estáis solos, no estáis solas".
El discurso de la Directora de Benallar, Anna Royo, fue un recuerdo emocionante de esos primeros momentos en los que nadie creía en aquella utopía, y el agradecimiento a todos los que la han hecho posible: "Hace 10 años un grupo de personas del barrio de Ciutat Vella quisimos iniciar este proyecto con mucha ilusión. Avanzaba el año 2000 cuando, ante la llegada masiva de personas de otras culturas, un grupo de religiosas y laicos sentimos la inquietud de poder hacer algo para acercarnos a estas personas y empezar a caminar juntos. Fueron dos años de dudas, de ilusiones y de inquietudes, de reuniones y más reuniones, pero al final, empezamos a ver la luz: en octubre de 2002 se creó lo que entonces se llamaba el 'Proyecto Benallar' con el fin de promover la 'Convivencia en igualdad', la actividad principal fue la acogida residencial mediante el programa de vivienda para familias y personas recién llegadas."
Royo continuó recordando, uno por uno, todos aquellos proyectos que dentro de la Fundación se han llevado a cabo durante estos diez años. Todos los que conocemos las dificultades salvadas en estos años sentimos la emoción que acontece cuando las obras llegan a realizarse con pobreza de medios, pero con mucha fe y más ayuda de Dios. Y acabó con estas palabras:
"Lo mejor que nos llevamos todos los que formamos parte de esta gran familia es haber podido practicar "La Convivencia en Igualdad": para algunos es un peligro; para nosotros es una oportunidad. La acogida nos ha llevado a la relación y ésta, en la mayoría de los casos, a la amistad de igual a igual. Las fiestas y comidas interculturales, las excursiones, las paellas de San Lorenzo, tan típicas de Benallar, nos han hecho relacionarnos desde otro ámbito, mirar diferente, aprender unos de otros, comprender y convertirnos. Este es nuestro lema, nuestra misión y nuestro sueño, que un día desaparezcan las fronteras, que hagamos casas abiertas, que la acogida y la convivencia intercultural no sean un problema, sino un reto y una oportunidad para enriquecernos mutuamente. Decir el nombre es dar valor a una persona, ser algo para los demás: Rogelio, Bety, Wiltom, María, Irene, Bour, Miguel, Ayuk, Albazine. Todos estos nombres, y muchos más que están puestos ahí detrás son Benallar, se sienten Benallar. Todos ellos les dan y les damos la bienvenida. Muchas gracias."
La parte quizás más emotiva la protagonizaron los testimonio de algunos emigrantes que han hecho camino con Benallar y ahora han logrado una inserción plena, después de las angustias de los primeros momentos. Historias emocionantes como la del chico mexicano que llega como turista, le roban todo y termina en la calle, la mujer que ha conseguido, con su trabajo, y el sufrimiento de una soledad de años lejos de los suyos, pagar la carrera universitaria de los dos hijos en Bolivia,y al cabo, llevar a su familia con un mínimo de vida digna, el argentino recién llegado, huyendo de una situación política difícil, y se encuentra con una sonrisa que es el comienzo de su inserción, etc. También escuchamos el testimonio de voluntarios que han aprendido más que han dado.
Y, por último, el "debut" de la Coral Benallar. Una coral que acaba de nacer y que se caracteriza por su interculturalidad.

Unos pinchos preparados por los chicos del piso de acogida y con ingredientes de otras culturas, la venta de las velas y demás artículos artesanales de Benallar, los productos ecológicos del "bebé" Verdallar, y el pastel con las diez velas, finalizaron la fiesta. Una fiesta entrañable que nos da fuerza para seguir adelante.

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