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Catalunya Religió

(Laura Mor/Jordi Llisterri –CR) Este domingo ha fallecido el cura e historiador Casimir Martí i Martí a la edad de 95 años. Martí se especializó en el movimiento obrero y en la historia religiosa de los siglos XIX y XX. Formaba parte de una generación irrepetible marcada por el Concilio Vaticano II y que lideró la dinámica misionera de la Acción Católica. Se hizo presente en el mundo rural, obrero, empresarial, universitario y en el periodismo. De carácter fuerte y lenguaje conciso, estuvo vinculado casi toda su vida a la parroquia de Santa María del Gornal en Hospitalet de Llobregat. Desde allí, combinó el acompañamiento de las personas de barrios populares con el estudio, la enseñanza o la dirección del Archivo Nacional de Catalunya.

La misa exequial tendrá lugar en el Tanatorio de Sant Gervasi este martes a las 13:30 h. Se abrirá la sala de velatorio el lunes por la tarde. Por voluntad expresa y explícita de Martí, será una misa sencilla y no habrá concelebración.

En 2011 Casimir Martí escribía en El Pregó que "para la Iglesia de hoy" era necesario "afinar no sólo la comunicación verbal, sino también el lenguaje gestual de los ritos e incluso la imagen global que la Iglesia católica proyecta sobre la población civil". Con esta idea de fondo promovió diversas iniciativas como el Congrés Cristianisme al Segle XXI, el Fòrum Catalá de Teologia i Alliberament o la propia revista El Pregó, de la que fue director. Durante los años 90, la publicación dio voz especialmente al clero barcelonés crítico con la línea pastoral del cardenal Ricard Maria Carles.

Nacido en Vilanova i la Geltrú en 1926, estudió Comercio en los Escolapios en esta localidad. Ingresó en 1941 en el Seminario de Barcelona. Estudió Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca de 1947 a 1952. En 1954 se matriculó en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Gregoriana de Roma y se doctoró en 1958 con la tesis Orígenes del anarquismo en Barcelona, editada en 1959 con un prólogo de Jaume Vivens i Vives.

En 1963 entró en la redacción de El Correo Catalán, de Barcelona, ​​como encargado de la página religiosa donde marcó toda una etapa, especialmente, explicando al gran público la celebración y posterior aplicación del Concilio Vaticano II. Una renovación que incomodaba y ponía en evidencia al nacionalcatoliscimo de la dictadura franquista. Posteriormente, fue responsable del archivo documental del mismo diario donde colaboró ​​hasta 1976. Colaboró, entre otras publicaciones, también con la revista Quaderns de Pastoral, Serra d'Or, Qüestions de Vida Cristiana, Iglesia Viva y Pastoral Misionera, de la que también fue director .

En 1980 fue nombrado director del Archivo Nacional de Cataluña de la Generalitat. Él fue su primer director después de la restauración de la Generalitat y fue uno de los eclesiásticos con el que el presidente Jordi Pujol contó para crear estructuras de país. En 1991 se jubiló.

De la obra histórica destacan los dos volúmenes, junto a Josep Benet, Barcelona a mediados del siglo XIX. El movimiento obrero durante el bienio progresista, 1854-1856 (1976) o la colaboración en el volumen VIII de la Historia de España, dirigida por Manuel Tuñón de Lara (Revolución burguesa, oligarquía y constitucionalismo), en la parte titulada Afianzamiento y despliegue del sistema liberal (1983). En 1984 publicó La Iglesia en Barcelona, ​​1950-1857, en dos volúmenes. En 1989 recibió el premio internacional Jaume Vicens Vives por la obra L'integrisme a Catalunya. Les grans polèmiques, 1881-1888, publicada en colaboración con el cura Joan Bonet i Baltà.

En 1992 recibió la Cruz de Sant Jordi y en 2019, el reconocimiento de Hijo Predilecto de Vilanova i la Geltrú. Este último reconocimiento ya no pudo recogerlo por la delicada salud de los últimos años de su vida.

En el ámbito eclesial, Casimir Martí fue profesor en la Facultad de Teología de Cataluña y en el Instituto Católico de Estudios Sociales. Ordenado en 1952, fue vicario en Vilanova i la Geltrú. Y en 1976 fundó la parroquia de Santa María del Gornal en L'Hospitalet de Llobregat y fue párroco durante más de 32 años. Formó equipo pastoral con el cura Josep Maria Rovira Belloso. Una parroquia que, además de ofrecer servicios religiosos, se ha considerado como una entidad más dentro del tejido social del barrio. En el arciprestazgo de Sants-Can Tunis también hizo equipo con curas como Josep Maria Vidal Aunòs y Josep Bigordà.

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