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Catalunya Religió

(Jordi Llisterri –CR) Golpe duro para la comunidad diocesana, en la fiesta de santa Eulalia, patrona de Barcelona. Este sábado por la mañana ha fallecido Antoni Vadell i Ferrer, obispo auxiliar de Barcelona y vicario general, a los 49 años. El pasado julio se anunció que el obispo sufría un cáncer de páncreas y que reducía su actividad para afrontar el tratamiento. Sin embargo en los últimos meses mantuvo buena parte de la agenda. Pero antes de Navidad se complicó y después de varios ingresos en el hospital no ha podido superar la enfermedad.

La muerte del obispo Vadell ha causado un fuerte impacto por su juventud. En el 2017, cuando fue nombrado obispo procedente del clero de Mallorca, con 45 años era el mitrado más joven de todo el Estado. Pero además, el corto período de ministerio episcopal lo ha dedicado especialmente al mundo de los jóvenes, la catequesis y el catecumenado, ganándose el cariño y la proximidad de la gente a la que ha acompañado. “Nuestra vocación pastoral es estar con la gente”, decía cuando le nombraron y fue su principal dedicación durante estos 5 años. Por eso, durante su enfermedad desde algunos grupos de jóvenes del arzobispado se han organizado velatorios de oración para apoyarle.

Durante estos meses también pudo estar acompañado de la familia de Mallorca desplazada a Barcelona, ​​en especial de su madre, que quedó viuda hace 2 años.

Antoni Vadell fue nombrado obispo auxiliar de Barcelona en junio de 2017 y junto al obispo Sergi Gordo fueron los dos primeros auxiliares que tuvo el cardenal Joan Josep Omella desde su llegada a Barcelona.

Experto en catequesis

Su nombramiento en Barcelona fue una sorpresa pero ya había conocido la realidad de la Iglesia en Cataluña por su trabajo en el Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y Baleares, que coordina la catequesis de niños y adultos de los diez obispados catalanes y los tres de las Islas Baleares.

Nacido en Llucmajor el 17 de mayo de 1972, a los 14 años ingresó en el seminario. Continuó su formación sacerdotal y estudios en Mallorca donde fue ordenado cura en 1998. Culminó sus estudios teológicos en Roma en 2009, como licenciado en la especialidad de Pastoral de la Juventud y Catequética en la Universidad Pontificia Salesiana. Durante veinte años su dedicación sacerdotal se desarrolló en el obispado de Mallorca.

En una primera etapa en parroquias y escuelas, y de 1999 a 2006 como párroco del Seminario Menor. Posteriormente fue profesor del Centro de Estudios Teológicos y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Mallorca (ISUCIR), delegado diocesano de Pastoral Vocacional y de Pastoral Catequética, y formador del Seminario Mayor.

En 2013 pasó a formar parte del gobierno diocesano cuando el obispo Xavier Salinas le nombró Vicario Episcopal para la Evangelización. Esta responsabilidad en la curia la combinó con el liderazgo de la Unidad Pastoral de Inca en la que se integraba el trabajo conjunto de diversas parroquias de la zona. También fue miembro del Colegio de Consultores y del Consejo Presbiteral en el Obispado de Mallorca. En 2015 el papa Francisco le nombró Misionero de la Misericordia.

Tras la ordenación episcopal en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, ​​en la Conferencia Episcopal Tarraconense fue elegido presidente del Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y Baleares, y en la Conferencia Episcopal Española ha sido miembro de la Subcomisión Episcopal de Catequesis y de la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado.

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