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Catalunya Religió

(Vatican News) Un nivel superior de ambición y compromisos más concretos, siendo conscientes de que la lucha contra el cambio climático durará años. Estas son las expectativas del Movimiento Laudato si', que se encuentra entre las muchas asociaciones presentes en Glasgow para la COP26 sobre el clima. Lo que se conoció como el Movimiento Católico por el Clima con la encíclica del papa Francisco, que aborda sistemáticamente la crisis ambiental y social, ha encontrado un mayor impulso en su actividad y ahora coordina decenas de realidades católicas en todo el mundo.

Pocos recursos comprometidos con el medio ambiente

"Por un lado, esperamos que los distintos gobiernos presenten planes de acción climática nuevos y más fuertes", ha dicho Tomás Insua, director ejecutivo del Movimiento, en el portal VaticanNews. "Son planes a cinco años, pero sabemos que la mayoría son todavía muy, muy débiles". Es la misma alarma que hace unos días arrojó la Agencia de la ONU para el Medio Ambiente: los estados destinan pocos recursos a combatir las emisiones y contener el aumento de la temperatura global.

Detener la infraestructura de los combustibles fósiles

Con un nivel de gases de efecto invernadero sin precedentes, apenas frenado por la pandemia y que pronto volverá a aumentar, las exigencias del movimiento son precisas: "En la cuestión energética", explica Insua, "necesitamos que todos los gobiernos se comprometan a detener todas las nuevas infraestructuras de combustibles fósiles, todas". Algunos ya han empezado a hacerlo, "pero son pocos todavía", asegura. Otro ejemplo de esa mala gestión son las subvenciones a las empresas de combustibles fósiles. "No es fácil, pero es necesario orientarlo hacia las energías limpias, las energías renovables", dice Insua.

Solidaridad con los países más pobres

Como recuerda el papa Francisco en la Laudato si', la crisis medioambiental es también una crisis social y son los pobres los más afectados. De hecho, otra exigencia importante es que los países ricos cumplan "las promesas de los compromisos financieros adquiridos en 2009 de transferir 100.000 millones de dólares anuales a los países más pobres para ayudarles en la transición ecológica". Una cifra de la que, reitera Insua, "estamos muy, muy lejos".

Las encíclicas de Francisco como guía

En este sentido, el Magisterio del papa Francisco y la Doctrina Social de la Iglesia pueden ser una brújula para entender qué hacer. "La Laudato si' en particular, obviamente con el complemento de la Fratelli Tutti", sigue explicando Insua, "tiene todos los ingredientes para resolver esta crisis". Hay que elegir esta "opción preferencial por los pobres", porque "uno de los grandes problemas de estas cumbres de la ONU es que los países ricos no reparan las injusticias que han cometido y que siguen cometiendo con los países más pobres". Para Insua, lo que piden "es justicia, no caridad". Los países ricos tienen, como dice Francisco en la encíclica, una deuda ecológica con los países pobres. Éste es un ejemplo de un principio muy simple pero fundamental que se olvida en estas cumbres. "Tenemos que recordar que esta es la COP26, lo que significa que ha habido 25 antes y todavía no podemos resolver esta crisis", manifiesta el director ejecutivo del Movimiento Laudato si'.

"Planeta sano, gente sana"

En los últimos días, representantes del Movimiento Laudato si' y 86 ONG asociadas que operan en Italia han presentado la petición 'Planeta sano, gente sana' a los parlamentarios italianos para sensibilizar a las instituciones de cara a la Conferencia sobre el Clima. La iniciativa también se ha llevado a cabo a escala mundial, con la participación de más de 400 organizaciones católicas, que, según subraya el director ejecutivo del Movimiento, "han trabajado todas juntas para lanzar este llamamiento tanto a la COP26 como a la COP15 sobre biodiversidad del próximo mes de abril, de la que casi nadie habla, por desgracia". "Esta petición es un llamamiento a los gobiernos para que limiten el aumento de la temperatura a 1,5 grados", que es el objetivo de los acuerdos de París. "Es una lucha a largo plazo".

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