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Catalunya Religió

(Glòria Barrete –CR) Llueve sobre mojado. Ésta es la conclusión que se extrae de la presentación de este miércoles del informe EINSFOESSA Exclusión y desarrollo social en Cataluña 2021, elaborado por la Fundación FOESSA de Cáritas con la colaboración de las diez Cáritas diocesanas con sede en Cataluña. Y llueve sobre mojado porque hace ya tres años que Cáritas alerta del enquistamiento y la cronificación de la exclusión. Ahora, con la crisis de la Covid-19, la exclusión social ha alcanzado un nivel sin precedentes, una exclusión que "va profundizando en la brecha de la desigualdad en nuestra sociedad".

La pobreza, ha recordado Raúl Flores, secretario técnico de la fundación FOESSA, no sólo existe durante una crisis, sino que es una realidad "que permanece y se estanca". La pobreza, ha afirmado, "tiene su origen en la desigualdad". Una pobreza que ha crecido en esta crisis que vivimos actualmente y que supera la crisis del año 2008. Y es que en la crisis de la Covid-19 "los pobres son los que más han perdido".

El obispo de Terrassa, Salvador Cristau, también ha remarcado este aspecto. Cristau afirma que la Covid-19 "ha empeorado la situación de forma desigual ya que nuevamente las personas vulnerables han sido las más perjudicadas".

El paro, cronificándose

La crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 ha impactado de lleno, aparte de en la salud, en el ámbito del trabajo, provocando graves consecuencias. Se han empeorado las condiciones de trabajo, afectando a quienes ya eran considerados como trabajadores pobres. El mercado de trabajo se ha convertido en más inseguro, más temporal, y la precariedad se ha duplicado con esta crisis. Una grave inestabilidad que genera "pobreza y exclusión". La segunda constante que analiza el informe es que los obstáculos para acceder a un trabajo después de estar en paro son cada vez mayores. "Se han cronificado las situaciones de paro", alertan, una problemática que ya afecta a seiscientas mil familias en todo el Estado Español.

Existen otras dimensiones sociales derivadas de la desigualdad social, como son las oportunidades educativas. A la desigualdad se le han sumado brechas educativas como la dificultad para continuar la escuela desde casa o la posibilidad de teletrabajar. "La brecha digital afecta a 1,8 millones de personas en España de forma regular", apunta Flores. Unas carencias que tienen impacto en determinados colectivos, como mujeres o jóvenes. "Ser joven hoy en día es un factor de exclusión en nuestro país", ha reconocido el técnico, "no se está respetando el contrato social con los jóvenes".

Cataluña lidera desgraciadamente el ranking de exclusión social en España, llegando al 29,1. ¿El motivo? Cataluña es un territorio con gente ocupada en sectores muy castigados en esta crisis y donde el coste de la vida, sobre todo en las grandes ciudades, es superior a otros lugares.

Pese a las cifras, Flores ha remarcado la voluntad y activación de las familias afectadas por salir adelante. "Se levantan cada día con fuerza para salir de esta situación, no se quedan pasivos ni bloqueados". Ante la imagen de pasividad que a menudo se ha transmitido socialmente, ha querido destacar que es falso que las prestaciones económicas "tengan un elemento desactivador para salir adelante".

El impacto en Cataluña

Pero, ¿cómo ha impactado la crisis de la Covid en Cataluña? Miriam Feu, del grupo de trabajo de análisis social de Cáritas Cataluña, lo ha detallado en cinco puntos. El primero, provocando una mayor precariedad laboral y de renta, destacando que 248 mil hogares tienen a todos los miembros de la familia en paro. En segundo lugar ha destacado las dificultades para acceder y mantener una vivienda digna, "fruto de una ausencia de políticas sociales decididas, donde 1.301.200 personas viven en una vivienda inadecuada; el tercer punto hace referencia a la salud mental; el cuarto punto destacado es la erosión de las relaciones sociales y familiares que ha puesto a prueba el confinamiento en los hogares; y el quinto punto son las medidas de protección insuficientes, como la brecha digital y la baja implantación de las rentas mínimas, a las que sólo un 13% de personas con pobreza severa han accedido.

Y es que "cualquier problema social afecta a toda la estructura social", ha recordado Francesc Roig, presidente de Cáritas Cataluña. Este informe, afirma, pone de nuevo de manifiesto "la debilidad de nuestro sistema de protección a las personas", así como desvela "la creciente pobreza severa en Cataluña". Hacen falta medidas sociales que pongan en el centro a las personas porque, si no, "el barco tendrá serios problemas para navegar".

Desde Cáritas alertan que están cansados ​​de presentar una y otra vez propuestas y soluciones sin respuesta. "No avanzamos al ritmo necesario. Las soluciones están ahí, falta voluntad, oportunidad y decisión política para aplicarlas".

Roig ha sintetizado en ocho puntos las propuestas sociales para revertir la situación: reimpulsar el modelo de estado del bienestar en su conjunto, con orientación clara hacia el acceso a los derechos; recordar que el reto de protección social es evitar que estas situaciones de vulnerabilidad se cronifiquen; aumentar la cobertura de la Renta Garantizada de Ciudadanía; establecer una política decidida de vivienda social; crear planes de empleo enfocados a los colectivos precarios; garantizar un sistema de salud pública de calidad; eliminar las barreras digitales; y avanzar hacia unos servicios sociales adaptados a las realidades sociales del s.XXI.

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