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Dones budistes a la sortida del temple | Pixabay

AINA ARGUETA -CR Las mujeres se unen para reivindicar su papel en su fe. Una tendencia generalizada en muchas religiones que en el budismo se inicia en 1987 con la red internacional de mujeres budistas y se materializa con la organización Sakyadhita Spain, fundada en 2015. "Es indispensable aplicar la perspectiva de género en todas las religiones, no sólo en el budismo", manifiesta Montse Castellà i Olivé, practicante de budismo tibetano desde finales de los años setenta y miembro de Sakyadhita.

"Las religiones transmiten un legado de sabiduría", explica Castellà, "en el caso del budismo, lo que ha llegado a Occidente es la unión y la experiencia de los hombres". Éste es el caso de muchos textos escritos desde una perspectiva patriarcal que llegan para ser traducidos. "Cualquier mujer que se lea sin anotaciones, cierra el libro y no quiere volver a saber más", ironiza. Es por ello que Castellà destaca la importancia de diferenciar lo que es cultural y, por tanto, lo que debe adaptarse y transformarse, de lo esencial y debe preservarse. Todo este proceso de revisión es un "trabajo necesario a realizar", asegura.

La principal dificultad para cambiar es que las estructuras patriarcales son piramidales y jerárquicas. Aún no se han aplicado estas perspectivas diversas dentro del budismo. "Esto está por hacerse", explica Castellà. Pero hay una corriente potente, que se visibiliza en Sakyadhita de "mujeres que sin nada que perder hemos creado un movimiento muy atrevido". La organización de estas asociaciones de mujeres funciona sin jerarquía. "Sentamos en círculo, escuchamos las opiniones de las demás y trabajamos en consenso", destaca la budista como metodología.

"LAS MUJERES SIEMPRE HAN ESTADO AL MARGEN, AHORA NO PUEDEN QUEDARSE AL MARGEN CON SUS MOVIDAS FEMINISTAS"

En el ámbito monástico del budismo, la desigualdad de género se agrava. En 2020 en la X Jornada de Budismo la venerable Damchö explicaba que las reglas de los monasterios señalaban que la monja con mayor rango era inferior al monje de posición más baja. Castellà destaca que esta jerarquía no permite a las mujeres tener las mismas oportunidades. "Pero comienza a cambiar", puntualiza.

"La energía femenina debe tomar valor"

Castellà admite que la energía masculina y femenina es distinta. El problema es que históricamente ha sido valorada sólo la masculina. "Los valores femeninos deben tomar valor", explica. Una de las iniciativas de Sakyadhita es la creación de un decálogo de 10 puntos de buenas prácticas en los sitios de culto para fomentar la igualdad. Las mujeres de la organización lo presentan en las comunidades y en las personas que lo dirigen para que tengan presentes aspectos que no habían contemplado. "Es una forma de introducirlo fuera de la propia organización", razona la budista. Sin embargo, reconoce que ha tenido un gran recibimiento en las comunidades donde se ha expuesto.

Aplicar la perspectiva de género en la fe es un proceso que está ocurriendo en muchas religiones. Se están produciendo encuentros interreligiosos de mujeres, donde se plantean otras formas de hacer y ser. "El peligro es que no se pueda integrar en el conjunto de la religión", alerta Castellà. "Las mujeres siempre han estado al margen, ahora no pueden quedarse al margen con sus movidas feministas", anuncia.

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