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Catalunya Religió
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Fotografia: Arquebisbat de Tarragona.
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CRTras la muerte del papa emérito Benedicto XVI, las diócesis catalanas anunciaron diferentes eucaristías funerales para recordar al pontífice fallecido el 31 de diciembre. Esta semana han tenido lugar las celebraciones en Tarragona, Barcelona, ​​Lérida, Gerona, Vic y Tortosa. "La llama del papa Benito ha sido la llama de la autenticidad, no engañó a nadie", ha dicho el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, en la misa que ha tenido lugar en la Catedral de Tarragona.

En la homilía de Tarragona, el arzobispo Planellas ha afirmado que la existencia de Benedicto XVI "ha sido una presencia brillante y al mismo tiempo humilde y discreta, en medio de una Iglesia que ha amado apasionadamente".

De su larga trayectoria, el arzobispo ha destacado su papel como asesor teológico del cardenal Josef Frings, durante el Concilio Vaticano II. De este período ha subrayado el esquema de la Constitución dogmática sobre la Iglesia que redactó, donde "ya hablaba de 'todos los miembros de la Iglesia' y no sólo de la jerarquía, o sea, una Iglesia centrada en el concepto clave de 'Pueblo de Dios', esquema que, como todo el mundo sabe, se convertiría en definitivo".

Ha subrayado los tres aspectos más importantes de Benedicto XVI como teólogo y sucesor de Pedro: su papel en la reforma de la Iglesia y su magisterio de la fe como amistad y unión de amor con Jesús. Por otra parte, el arzobispo aseguró que "la virtud que más le ha caracterizado es la humildad". "Era humilde, introspectivo y trabajador, no exento de un sutil sentido del humor", ha dicho.

Para Planellas la llama del papa Benito ha sido "la llama de la autenticidad". "No engañó a nadie cuando renunció, reconociendo que le faltaban las fuerzas para gobernar la Iglesia, entre otras cosas, para cotejar adecuadamente la reforma de la Curia romana y los mismos escándalos de abusos y de pederastia que él mismo, con una bastante inusual, había empezado a afrontar cuando era prefecto de la Doctrina de la fe", apuntó.

Junto con Planellas, quien ha presidido la eucaristía en Tarragona, han concelebrado el vicario general de la archidiócesis; Joaquim Fortuny; el padre abad de Poblet, Octavi Vilà; el decano-presidente del Capítulo de la Catedral, Antoni Pérez de Mendiguren; y un buen número de presbíteros diocesanos.

“A BENITO LE CONTAGIÓ LA FUERZA DE DIOS HA HECHO EXPERIENCIA EN SU VIDA”

En Barcelona, ​​la eucaristía funeral por Benedicto XVI ha tenido lugar en la Sagrada Familia, donde se han reunido más de un millar de personas.

En la homilía, el arzobispo de Barcelona, ​​el cardenal Juan José Omella, ha remarcado la gran capacidad intelectual que desarrolló Benedicto XVI, hasta el punto de ser reconocido como "un gran maestro". "Ratzinger ha sabido hacer un verdadero diálogo entre la fe y la cultura de nuestro tiempo", ha dicho. Por último, rogó por el descanso eterno del papa emérito, pidiendo "desde la ventana del cielo bendícenos a nosotros e intercede ante el Señor para que nuestra fe no desfallezca y seamos valientes y humildes apóstoles del Evangelio".

Con Omella, han concelebrado el arzobispo emérito, el cardenal Lluís Martínez Sistach, y los obispos auxiliares Sergi Gordo y Javier Vilanova. A la eucaristía ha asistido el quinto teniente de alcaldía, Albert Batlle; el director general de Asuntos Religiosos, Carles Armengol; el rector de la Universidad Ramon Llull, Josep Antoni Rom; y el vicepresidente de Foment del Treball, Baldiri Ros.

"Mantenerse firmes en la fe"

En Lleida, el obispo Salvador Giménez ha pedido seguir el consejo dado por el propio Benedicto XVI en su testamento espiritual: "Mantenerse firmes en la fe". Giménez también ha destacado las últimas palabras del papa antes de morir: "Jesús te quiero". Según el obispo de Lleida, una muestra de sencillez. "Se expresaba con el mismo lenguaje llano que lo podría hacer cualquiera de nosotros, a pesar de haber sido un hombre sabio e intelectualmente, un gran pastor", ha dicho.

Pensar, escuchar y vivir. En estas tres palabras se ha centrado la homilía del administrador diocesano de Gerona, Lluís Suñer. Ha concelebrado con 25 presbíteros diocesanos en la Catedral de Girona. "El papa Benedicto XVI fue un oyente del Señor resucitado a lo largo de su vida", concluyó.

José Luis Arín ha presidido la eucaristía que ha tenido lugar en la Catedral de Tortosa junto a quince sacerdotes que han concelebrado con el administrador diocesano. "Hoy no celebramos la muerte del papa Benedicto, la muerte no se celebra; hoy celebramos el misterio de Cristo", ha dicho Arín en la homilía. "A Benedicto le contagió la fuerza de Dios y ha hecho experiencia en su vida". El administrador diocesano de Tortosa ha destacado la humildad de Benet, "teólogo de una categoría extraordinaria y asesor del Vaticano II, tiene unos grandes escritos que habría que repasarlos".

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