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Catalunya Religió
(FTC) Coincidiendo con el cincuenta aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II, la Facultad de Teología de Cataluña (FTC) ha organizado cuatro Simposios internacionales conmemorativos, el primero de los cuales ha tenido lugar los días 11 y 12 de diciembre en el Aula Magna del Seminario Conciliar de Barcelona. Los otros se celebrarán los meses de diciembre de los años 2013, 2014 y 2015. El título del primer Simposio ha sido La Palabra, revelación de Dios en Cristo. El motivo de comenzar por este tema ha sido, según Joan Planellas, vicedecano de la FTC, debido a que todo el edificio doctrinal del Concilio Vaticano II se fundamenta en la Palabra revelada, en el misterio de Dios revelado en Cristo. Este centro vital radica en la Escritura y en la Tradición, que constituyen el depósito de la Palabra de Dios confiada a la Iglesia. A partir de este fundamento o eje vertebrador, se despliega el contenido fundamental del Concilio. Entonces, al abrigo del misterio de Cristo se desplegará también la Iglesia del diálogo, la Iglesia como signo que invita a creer, dado que la finalidad de la Iglesia es ser en el mundo y para el mundo signo de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano. El cardenal de Barcelona, ​​Lluís Martínez Sistach, Gran Canciller de la FTC, en el dicurso inaugural del Simposio, incidió en estos fundamentos conciliares, invitando a profesores y alumnos a abrirse a la fuente fecunda del Concilio, fundamentado y fundamentados en la Palabra de Dios.
Pero el Simposio, antes de entrar propiamente en la materia objeto del título, ha querido estudiar -según Planellas- el contexto en el que tuvo lugar el Concilio. A esta finalidad se dedicó la mañana del día 11. La ponencia de Salvador Giner, presidente del Institut d'Estudis Catalans y eminente sociólogo, presentaba cuidadosamente el contexto socioeconómico y cultural entorno a los años 1960 en el que fue convocado el Vaticano II. Giner incidió en el fuerte cambio cultural vivido en occidente a partir de finales de los años cincuenta. Esta ponencia venía complementada por la de Norbert Miracle, profesor de historia de la teología en la FTC, sobre el contexto socioeclesial del evento conciliar. De una forma clara y pedagógica, Miracle fue desgranando la situación eclesial de la primera mitad del siglo XX que, de alguna manera, iba preparando el contenido doctrinal del Vaticano II: la renovación litúrgica con el llamado movimiento litúrgico emergente ya en la época de Pío X, el movimiento bíblico con los pontificios Institutos de Jerusalén y de Roma, el movimiento patrístico, la renovación de la teología del laicado y, sobre todo, la llamada «Nouvelle Theologie», integrada o atenta a los movimientos anteriores. Estos años, se convirtieron en una verdadera edad de oro de la teología católica que, pese a las dificultades, incidieron en la teología del Vaticano II, con la aportación notable de teólogos eminentes, como Yves M. Congar o Henri de Lubac.
Los preámbulos de la matinal del martes terminaron con una notable ponencia de Salvador Pié-Ninot, profesor de eclesiología en la FTC y de Teología Fundamental en la Universidad Gregoriana de Roma, sobre la calificación doctrinal del Concilio Vaticano II. El ponente destacó su valor magisterial: el contenido del Concilio es «doctrina católica» de la Iglesia. De ahí que hay que subrayar su carácter «magisterial» como Concilio de la Iglesia. Su lectura debe ser «esencial», particularmente de sus constituciones dogmáticas: sobre la Palabra de Dios (Dei Verbum) y sobre la Iglesia (Lumen gentium). Aparte de eso, hay que valorar su carácterter «pastoral», como expresión de su puesta al día ("aggiornamento»): "de ahí que en el Concilio no haya anatemas, dado que quiere realizar una propuesta positiva de la fe cristiana".
Por la tarde del día 11 se inició propiamente la temática objeto del título de este primer Simposio, con dos ponencias que contemplaban globalmente la cuestión propuesta. Por un lado, la de Jordi-Agustí Piqué, presidente del Pontificio Instituto de Liturgia de Roma, monje de Montserrat y profesor de Teología Fundamental de la FTC, sobre el Dios que se revela. Por otro lado, la otra ponencia versaba sobre la centralidad cristológica de la Palabra divina, analizando la llamada "cristología de la Palabra", desde la Constitución sobre la Revelación divina (Dei Verbum) del Vaticano II hasta la exhortación apostólica Verbum Domini del Papa Benedicto XVI.
La mañana del día 12 prosiguió con el tema iniciado la tarde anterior. En primer lugar, Enrico Cattaneo, profesor de la Facultad de Teología de Nápoles, experto en la teología de los Padres de la Iglesia de los primeros siglos, se centró en la relación entre el texto de la Sagrada Escritura y la Tradición eclesial, indicando como la Constitución Dei Verbum retoma la teología de San Ireneo (siglo II). La Escritura y la Tradición tienen el mismo contenido, pero antes está la Tradición, que es en la Iglesia, de ahí que ésta sea única, pública y animada por el Espíritu Santo. A continuación tuvo lugar la ponencia de Dario Vitali, profesor de eclesiología de la Universidad Gregoriana de Roma, con la cuestión de la relación entre el Magisterio eclesial y el sentido de la fe de todo el pueblo cristiano. A partir del tratamiento del tema en la Constitución sobre la Iglesia, del Vaticano II, Lumen gentium, el Prof. Vitali subrayó como el sujeto del sentido de la fe son todos los bautizados, indicando que una propuesta de solución o de equilibrio entre el Magisterio de los obispos y el sentido de la fe de todos los cristianos hay que encontrarla en la circularidad necesaria entre ambas realidades, a la luz de lo expuesto en el núm. 10 de la Dei Verbum. Terminó indicando como esta circularidad ofrecía un modelo de actuación de un estilo sinodal para la Iglesia.
La mañana del día 12 acabó con la ponencia de Xavier Morlans, profesor de teología fundamental de la FTC y consultor del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Ésta fue sobre el acto de creer como recepción de la Palabra de Dios. A la luz de las aportaciones de Maurice Blondel, indicó como en el proceso de creer, ante los signos que muestran la fe, la luz del Espíritu no llega en un segundo momento, sino que eleva la estructura cognitiva, hace leer los signos con unos ojos nuevos, los ojos de la fe. También incidió en la fe-acción que implica una obediencia, una entrega.
Durante la tarde del día 12 tomaron la palabra los biblistas, con dos ponencias. La primera, de Armand Puig, decano-presidente de la FTC y profesor de exégesis bíblica, sobre la interpretación del texto de la Escritura. Se centró en las dos dimensiones que inciden en la interpretación del texto bíblico: el sentido literal (la letra) y el sentido alegórico. El segundo es fecundo y frágil, innovador y polivalente, pero hay que encontrar la unidad en el acto de interpretación; de ahí que la acción del Espíritu corresponde a los dos sentidos, tanto en el textual como en el alegórico. En su ponencia fueron especialmente sugerentes las consideraciones sobre lo que significa hacer exégesis bíblica, subrayando como el sentido textual es fundamento y fundamentador del acto de interpretación, así como que el principio unificador de la Escritura es la revelación amorosa de Dios, en Cristo, por el Espíritu: visión trinitaria de toda la historia de la salvación. La última ponencia corrió a cargo de Agustí Borrell, profesor de Nuevo Testamento en la FTC y Jefe del Departamento de Sagrada Escritura, sobre los métodos y lecturas bíblicas, indicando la importancia del método histórico-crítico, manifestada en los principales documentos del Magisterio, pero sin desligarla del sentido y de la finalidad teológica y espiritual del texto escriturístico.
La clausura del simposio corrió a cargo de Armand Puig, decano-presidente de la FTC, que subrayó la importancia de la memoria del Concilio para el futuro de la Iglesia, así como para la misma tarea teológica y bíblica. Al mismo tiempo -ante un auditorio que había ido siguiendo las diversas ponencias con una media de un centenar de personas, entre profesores, alumnos y externos al centro-, invitó a los oyentes a releer las diversas aportaciones que próximamente serán publicadas en la Revista Catalana de Teología, así como los invitó a los Simposios anunciados para los años próximos.

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