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Catalunya Religió

(David Casals / CR) Este miércoles 4 de septiembre, coincidiendo con la salida de la primera estrella, comienza un nuevo año nuevo judío: el 5774.

Es la festividad del 'Rosh Hashaná', fin de año en hebreo, que viene marcada por un período de introspección interior donde uno mismo hace un examen de conciencia. Cada año, cada 'Rosh Hashaná' es una oportunidad para cambiar, para volver a empezar, para renacer.

La tradición establece que en la víspera de 'Rosh Hashaná' se enciendan velas y se reciten bendiciones, y el día siguiente, el primero del año, se coloca fruta nueva de la estación del año correspondiente.

Las comunidades judías catalanas celebran este miércoles un breve servicio religioso de una hora el sábado por la noche, y luego comienza una comida comunitaria, donde no faltarán en la mesa manzanas y miel, entre otros alimentos.

El objetivo de la cena es dar la bienvenida al nuevo año judío comiendo productos que simbolizan la dulzura: manzanas y miel. Estos dos alimentos también pueden formar parte de tarjetas de felicitación del nuevo año.

El jueves continuará la celebración: se hará un servicio más largo, y este acto tiene su importancia, ya que se volverán a leer las Escrituras desde el comienzo, para terminar, el próximo año, con el último libro de la Torá (Antiguo Testamento por los cristianos).

El periodo de reflexión que empieza con 'Rosh Hashaná' dura diez días y culmina con Yom Kipur, que comienza el 13 de septiembre, y que es el día del arrepentimiento y la expiación de los pecados, según lo han explicado a Catalunya Religió representantes de una de las cuatro comunidades que hay en la capital catalana.

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