Víctor Rodríguez –CR Todavía se encuentran en ciertas iglesias y parroquias, no muchas. En algunas, dependiendo de su situación, han dado el primer susto a fieles despistados que en la penumbra de un templo se le han encontrado de repente. Hoy, en la colección de artículos 'Cosas de Antes' de Catalunya Religió, hablo de los monaguillos limosneros. Unas figuras de un metro y pico de altura y fabricadas en cartón pasta que recogen donativos a los pies de la capilla de un santo o de una Virgen.
Estas cajas de limosnas en forma de pequeño acólito tienen la virtud de llamar la atención por su tamaño y por su realismo. A diferencia de las cajas de limosnas empotradas en las paredes, la originalidad de la figura del monaguillo llama más la atención y, por tanto, aumenta la posibilidad de un donativo. Poner una moneda tiene su gracia.
Otra de las ventajas es que, pese a ser una figura algo pesada, es móvil. En consecuencia, dependiendo de las necesidades de la parroquia, puede moverse y ponerla en diferentes lugares de un templo, dependiendo del paso de la gente. Pero, desgraciadamente, ya sabemos que, todo lo que no está encadenado, es susceptible de ser robado.
Un monaguillo limosnero perdido y reencontrado
Este hecho llevó a que la figura del monaguillo fuera la trama central del famoso libro Mossèn Tronxo de Josep Maria Ballarín. El monaguillo de la parroquia fue secuestrado y derivó toda una investigación hasta que al acabar la novela se descubre dónde había ido a parar (bastante lejos, ya se lo digo). No seré yo quien desvelará, a los pocos que no habrán leído este best-seller de 1990, qué ocurrió finalmente y cómo acabó la cosa.
Lo que sí puedo explicarles es que estos monaguillos limosneros siguen dando titulares a la vida real. Si no, que se lo digan a los fieles del Santuario de Rocaprevera, en Torelló. Hace poco se lo robaron y al cabo de un mes, destrozado, lo encontraron.
Quien quiera uno nuevo, no hace falta que lo robe. Lo puede comprar en el taller del Arte Cristiano de Olot, todavía fabrican y al gusto del cliente.
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