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Catalunya Religió
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Artur Taltavull revisant i endreçant el cançoner de música cristiana en català.

Lucía Montobbio –CR Las iglesias evangélicas de Cataluña han empezado a recopilar canciones de música cristiana en catalán para configurar un cancionero digital que ya está en marcha. Hacía tiempo que las iglesias evangélicas veían la necesidad de reunir canciones en lengua catalana para su liturgia. Y es que, influenciados por Latinoamérica y el mundo anglosajón, la mayoría de las letras de piezas musicales protestantes se encuentran en inglés o castellano. Con la financiación y apoyo del Consejo Evangélico, la idea de crear un repertorio en catalán, que llevaba tiempo cocinando, encuentra la oportunidad de hacerse realidad. De esta iniciativa también ha nacido otra: un concurso de música en catalán.

"Llevamos al menos veinticinco años intentando conformar un cancionero de música cristiana en catalán y no ha sido hasta hoy que se ha conseguido", exclama satisfecho Artur Taltavull, músico y miembro de la iglesia evangélica Bona Nova. El deseo de compartir las piezas, que las diversas iglesias iban adaptando por propia iniciativa, viene de lejos. "Ahora sí que hemos tenido éxito; básicamente por dos razones: la primera es la existencia de Internet y todas sus posibilidades, antes íbamos con pdfs, con partituras en papel que dificultaban compartir o intercambiar material con los compañeros; y la segunda es la financiación que nos la ha proporcionado el Consejo Evangélico", explica Taltavull.

"CANTAR NOS AYUDA A MEMORIZAR TEXTOS IMPORTANTES, QUE VAMOS REPASANDO EN NUESTRO DÍA A DÍA Y EN LOS ENCUENTROS COMUNITARIOS"

Con esta iniciativa, se facilita que el material esté al alcance de todos, de forma gratuita y unificada. "Hasta ahora, cada uno lo ha hecho como ha podido, por lo que podemos encontrar hasta cinco letras diferentes para una misma pieza", describe Taltavull. Este cancionero tiene la voluntad de incentivar el uso del catalán en las comunidades evangélicas, y por eso se hace el esfuerzo de perfeccionar las traducciones y proponer una sola para todos.

Taltavull se pasa horas delante del ordenador. Revisa, ordena y sube el material que llega a sus manos a través del formulario de la web del cancionero. "Lo hago encantado, es un trabajo, pero lo disfruto", afirma. La persona que quiera participar en la compilación, sólo tiene que llenar los campos que se piden: título original, autor de la canción, letra en el idioma original, traducción de la letra, acuerdos y partituras, y un enlace que lleve a youtube o spotify.

Y es que el vídeo, o la pista de audio, asegura el aprendizaje de la prenda. "El otro día me contactaron de una comunidad ubicada en la Bisbal del Empordà; me contaban que son muy pocos y entre ellos no se encuentra ningún músico que pueda leer partituras, lo que hacen es un karaoke, proyectan el vídeo con subtítulos durante la liturgia y la comunidad se anima a cantar", relata Taltavull.

"EL CANCIONERO Y EL CONCURSO SON OPORTUNIDADES ESPLÉNDIDAS PARA HACER CRECER LA CREATIVIDAD ENTRE LOS FIELES EVANGÉLICOS"

Por ahora, se cuenta con un total de 206 piezas. Se prevé que con el tiempo, el número irá creciendo. "Es un documento abierto y dinámico, que estará en soporte digital y no en versión impresa, por tanto, irá modificándose con el tiempo", dice Taltavull.

La página web tiene otros recursos de interés como cancioneros que ya existían en papel antes de esta iniciativa: Canciones según el Evangelio de Juan de Àlex Blanco, Canciones en catalán del VI congreso Evangélico Español o el reconocido Cancionero Bona Nova, un recopilación de cánticos hecho por Ambròs Monsó.

La importancia de la música en la liturgia evangélica

Para la comunidad evangélica, cantar es una forma de alabanza básica. "Cantar nos ayuda a memorizar textos importantes, que vayamos repasando en nuestro día a día particular, y en nuestros encuentros comunitarios", afirma Eva CP, músico y miembro de la iglesia evangélica de Terrassa.

Esta tradición es antigua. Es heredera de la importancia de la música de la tradición hebrea. "En la parte central de la Biblia ya encontramos los Salmos, que son una forma de alabar: los hebreos ya alababan, Jesús ya alababa, ya cantaba", explica Eva a la vez que recuerda el pasaje de la última cena donde se puede leer: "Después de cantar el último salmo, marcharon hacia la montaña de los olivos". "¡Saber que incluso Jesús cantaba impresiona!", dice.

Eva está convencida de que Dios nos ha dado la capacidad de cantar, de hacer música, y lo ha hecho para que podamos alabarlo. Como dice el dicho, quien canta sus malos asusta y "cuando alabamos, generamos energía, controlamos la respiración, emitimos sonidos con nuestro aliento, fijamos emociones y sentimientos".

Cantar también ayuda a memorizar textos. "Esto lo vemos sobre todo en la reforma de Lutero, con los Corales, forma musical que se inventó viendo que la mayoría de la población no podía acceder a la Biblia", describe Eva, que invita a echar un vistazo en el blog 'Luz de noche' de Josep Marc Laporta. "Con Josep Marc hemos compartido camino, somos compañeros en la fe, él es musicólogo y ha documentado muy bien la historia de la música en la iglesia evangélica con libros, estudios y artículos".

De un cancionero a un concurso de música

La iniciativa del cancionero no sólo ha generado movimiento en voluntarios que han empezado a adaptar letras; sino que también ha llevado a que varios músicos, fieles de diversas iglesias evangélicas catalanas, se hayan animado a componer nuevos temas que quedan igualmente incorporados en el repertorio.

Por eso ha surgido una nueva idea, la de convocar un concurso. Llorenç Torras, cantautor y miembro de la iglesia protestante de Valldoreix, piensa que seguimos colonizados de cultura musical externa. Para él existe una grave desertificación de la lengua catalana porque nos llega material en castellano, inglés o francés. "Desde aquí nos lo miramos asombrados, sin reaccionar, ¿dónde está la creatividad propia de Cataluña?", se pregunta Torras.

Para darle respuesta, se quiere promocionar la creación de canciones de alabanza en catalán a partir de un concurso: "Queremos estimular la creatividad, que surjan nuevas canciones originales, en función de unos mínimos, o elementales condiciones". "Queremos disfrutar dignamente durante una celebración dominical, culto, o encuentro de creyentes que quieren crecer en la gracia y el conocimiento de Jesucristo", describe Torras.

"CUANDO ALABAMOS, GENERAMOS ENERGÍA, CONTROLAMOS LA RESPIRACIÓN, FIJAMOS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS"

Por ahora, se está pensando en cómo deberían ser las bases. "El concurso debería ser anual y como imponderables: letra con base bíblica; teocéntrica; en catalán; y que se siga la temática de los himnarios clásicos", anuncia Torras. Cuando la propuesta sea firme, se promocionará desde el Consejo Evangélico de Cataluña y desde otras entidades representativas de iglesias locales.

La música es un vehículo fundamental para las comunidades evangélicas, que como explica Ambròs Monsó, arquitecto y músico, autor del Cançoner Bona Nova y miembro actual de la comunidad La Vinya de Barcelona, ​​todavía encuentra su desarrollo en el curso de la historia. Él está a favor de los himnos clásicos y tradicionales: "Algunos deberían seguir cantándose en la liturgia, porque son maravillosos en el ámbito teológico y musical". Sin embargo, ve claro que las comunidades hoy necesitan otras formas de moverse y expresarse, con la aparición de instrumentos como la batería, el bajo o el teclado eléctrico. "Tanto el cancionero como el concurso, me parecen oportunidades espléndidas para hacer crecer la creatividad entre nuestros fieles", concluye Monsó.

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