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Catalunya Religió

(Glòria Barrete –CR) El profesorado catalán vuelve a movilizarse en la calle y en las aulas el 9 de junio, repitiéndose las movilizaciones que comportaron cinco días de huelga en el mes de marzo. Una huelga que también secundaban algunos sindicatos de profesores y maestros de religión y que camuflaron algunas reivindicaciones que eran un ataque directo a su trabajo. Los profesores de religión están a caballo entre el colectivo docente y laboral. Y días antes de la huelga vieron cómo algunos servicios territoriales publicaban un manifiesto en que rechazaban la clase de religión en la escuela pública. Pese a sumarse a la huelga, como personal laboral que son, sintieron que nadie les tenía en cuenta e incluso que se les maltrataba. ¿Pero cuál es la situación laboral del profesorado de religión en Cataluña?

Los profesores y maestros de religión forman parte del sexto convenio, junto a profesiones diversas como podrían ser limpiadoras, técnicos de integración social o cocineros. La huelga de marzo la convocaba el colectivo de docentes y también, por vez primera, el personal laboral. "Algunos de nosotros veíamos claro que debía ir a la huelga", afirman desde el sindicato de profesores de religión JUNTS. "Preguntamos a nuestra afiliación si creían que había que sumarse y dijeron que sí".

"Algunos sindicatos no nos quieren en las escuelas"

Cuando llegan a la huelga se dan cuenta de que sólo se hace subir a los docentes, pero ninguna persona representando al colectivo laboral. A este agravio se le suma días antes la carta-manifiesto que critica "la obligatoriedad de ofrecer la materia de Religión". Desde el sindicato confiesan que esto les removió y les reafirmó en la sospecha histórica que se lleva tiempo denunciando, "que en muchos centros públicos no quieren que los profesores de religión estén".

Desde el sindicato JUNTS explican la difícil situación en la que se encuentra el colectivo, en el ámbito laboral. Al profesorado de religión se le pide una carrera civil, tener el máster de capacitación educativa, y además tener la DECA y contar con la propuesta de aceptación del obispado correspondiente. "Todos somos contratados como docentes laborales, pero no somos tratados ni como docentes, ni como personal laboral, ni uno ni otro".

No niegan que tienen los privilegios en cuanto a horas o sueldo como el colectivo de docentes, pero no son considerados como docentes. "En la huelga nos sentimos aún más desamparados". El sindicato declara que los docentes no les han preguntado nunca qué les parecen las condiciones laborales, "a pesar de estar también en un centro trabajando, dentro del claustro junto a los compañeros". Confirman que los laborales, su caso, es un colectivo "muy disperso, a caballo entre ser docentes y laborales".

Los profesores de religión en Cataluña representan a poco más de un millar de personas. No tienen un contrato administrativo como los interinos y sí un contrato laboral muy peculiar, que se encuentra bajo el Estatuto Básico del Empleado Público. "Es muy difícil defender nuestra figura en los sindicatos porque algunos sindicatos no nos quieren en las escuelas y éste es el argumento para ni siquiera preocuparse por nosotros como trabajadores que somos". Desde JUNTS afirman que su especialidad, la religión, "es un obstáculo en algunos sindicatos para defender al trabajador, que es la esencia de un sindicato". Ellos son indefinidos no fijos.

Pero desde el sindicato no todo son lamentos. Recuerdan que antes, cuando los profesores de religión empezaron en la escuela pública, quizá les pagaban con un sobre desde el obispado. Los nombramientos eran anuales y no estaba traspasada la figura a Ensenyament. "De dónde veníamos, dónde estamos ahora, se ha conseguido mucho, pero debemos seguir luchando por mejorar". Laboralmente, en cuanto a sueldo y horas, están ahora equiparados a los docentes. En Cataluña, comparados con otros sitios del Estado, es donde tienen mejores condiciones laborales y económicas.

Dos líneas de actuación: la propuesta única y ser fijos

¿Qué reivindican desde este sindicato por el colectivo de profesores de religión en nuestro país? Tienen dos líneas de actuación claras actualmente: la propuesta única de los obispados catalanes, y la fijeza del colectivo. Ahora la propuesta aceptada por el obispado de turno sólo sirve para trabajar en esa diócesis. "Nos encontramos con escuelas que pertenecen a un mismo servicio territorial, pero a dos obispados distintos. Si la escuela tiene vacante, pero tú no tienes la propuesta del otro obispado, pues no puedes trabajar".

El otro fin que persiguen, a pesar de reconocer que es muy complicado, es conseguir la fijeza del colectivo. "Somos indefinidos y dependemos de la matrícula. Si somos fijos y terminara la clase de religión en la escuela donde estamos, se podría reubicar en otro lugar". Y es que creen firmemente que el hecho de ser profesor de religión ya te posiciona en la vida de cierto modo. "Si ves que hay necesidad por cualquier cosa en tu centro, a menudo eres el primero que se presenta para ayudar. Y esto es bueno". Reclaman que el profesor de religión pueda hacer escuela, hacer claustro y participar activamente en la escuela. Y eso, denuncian, "cuando trabajas en cuatro o cinco centros a la vez difícilmente se puede hacer".

"Preferimos no crear falsas expectativas"

JUNTS apuesta por una visión realista de las negociaciones como sindicato. Creen que no es necesario pedir algo imposible que no tienen, sino antes "buscar una mejora desde lo que ya tenemos, y siempre desde el diálogo". Son partidarios siempre de agotar las vías de diálogo antes de llegar a formular denuncias y, sobre todo, "no pedir nada posible". "Quizás somos un sindicato que peca de prudencia, pero preferimos mantener ciertas negociaciones discretamente para obtener más cosas y no crear falsas expectativas", explican.

En Cataluña están constituidos legalmente como sindicatos de profesores de religión el sindicato AMRC, que cuenta con tres representantes en el comité y que ha celebrado este año veinticinco años de trayectoria; el sindicato JUNTS, que cuenta con dos representantes; y el sindicato PREC, que no cuenta con ninguna representación en el comité intercentros. El comité intercentros es la mesa que negocia con el Departamento de Educación. "Siempre decimos que somos un sindicato y no podemos olvidar que nuestro trabajo, más allá de defender la asignatura, que también lo hacemos, es defender los derechos del trabajador".

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